Arturo Molina / La Voz de Michoacán Charo, Michoacán. Entre el dolor y el temor por los enfermos y fallecidos por la COVID-19, el pueblo de Charo se encuentra listo para resurgir a través de la celebración del tradicional viacrucis de Semana Santa. Ante la cercanía de los días santos, la feligresía se prepara para recibir a visitantes de todo el estado. Fueron dos años en que la actividad religiosa se tuvo que suspender por las medidas sanitarias para evitar propagar la letal enfermedad en plena pandemia. El mismo dolor y deseos por la recuperación por los enfermos son las principales motivaciones para los charenses para montar de nueva cuenta la pasión de Cristo ante la población michoacana. En entrevista para La Voz de Michoacán, Gustavo Avilés Yépez, joven oriundo de Charo, lleva 4 meses preparándose para cargar la cruz y llevarla alrededor del pueblo. En total serán 90 kilogramos los que tendrá que cargar durante casi 3 horas para interpretar a Jesús. Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán. La preparación le ha tomado al menos cuatro meses, proceso que mantiene vigente a pesar de que en los últimos dos años su oportunidad de interpretar al nazareno se vio interrumpida por la pandemia de COVID-19. “Es una dicha enorme después de la pandemia por poder retomar las tradiciones y una gran alegría. Hace dos años teníamos todo listo, pero se suspendieron las actividades. Lo importante es recuperar las tradiciones, que se identifique el mensaje que se trata de dejar aquí. Hay quienes vienen por mandas”, manifestó. Así como en el resto del país, en Charo “todos perdieron a alguien, enfermaron o tuvieron algún enfermo grave”. Por lo anterior, la búsqueda de la sanación espiritual es otro de los factores que les impulsan a sumarse a la actividad que antes de ser cultural, es católica. ‘Perdimos seres queridos’ Adriana León representará a la Virgen María el próximo viernes. Con dolor recuerda que en meses pasados la pandemia les arrebató a seres queridos, entre ellos su propia madre. A pregunta expresa refirió como vital la preparación espiritual y conservación de la tradición por la que es conocida el pueblo de Charo. “Pues, significa algo muy grande representar a la madre de Dios. Es una experiencia muy bonita. Es la segunda vez que participo. Ahorita me motivan los tiempos difíciles que estamos viviendo, las pérdidas que tuvimos con la pandemia, ahora la fe y el amor. Yo perdí a mi mamá... Me ha ayudado para sanar porque perdí a mi mamá”, manifestó. El resto de los participantes del viacrucis reconocieron el reto que representa retomar la tradición luego de dos años de ausencias. En voz de Luis, quien interpretará Pilatos ante miles de personas, uno de los retos más grandes es acostumbrarse al vacío que dejaron quienes perdieron la batalla contra la COVID-19 Es muy impactante para nosotros y otras personas que van a venir, retomar las actividades que anteriormente hacíamos. Ahorita se siente un poco extraño regresar después de tanto tiempo. Es difícil regresar y darte cuenta que ya no hay personas que antes estaban aquí, que fueron parte de esta pandemia. En lo personal no tengo temor, las medidas de seguridad van a establecerse”, manifestó. En voz de Raúl Nez, otro de los incentivos que les impulsan a sumarse a la actividad religiosa es a que el municipio recupere la tradición que le ha colocado como uno de los más importantes durante los últimos años a nivel estado. El viacrucis lleva más de 70 años de tradición en Charo. Únicamente los efectos de una pandemia mundial pudieron frenar momentáneamente a la población. No obstante, ante la disminución del riesgo, el retorno de la tradición es ahora inminente. Es algo a la vez grato y fuerte interpretar a Judas. Sin la traición de Judas el misterio de Jesús no sería posible. La motivación es el orgullo por nuestro pueblo, por nuestro Charo. Es un orgullo vivir aquí. Fueron difíciles los dos años, acontecimientos totalmente tristes, tanta muerte, tantos enfermos y tantas cosas que sucedieron. Seguimos aquí y es una de las motivaciones, que seguimos vivos gracias a dios”, manifestó. La determinación del pueblo de Charo es apoyada por el padre José Miguel Navarro, de la parroquia de San Miguel. El presbítero explicó a la Voz de Michoacán sobre el valor espiritual de la tradición católica. “Después de esta pandemia y de que esta representación llevaba 70 años como una tradición, cuando se nos corta este por la situación que vivíamos pues nos entristecimos. Al retomarla, nuestros fieles, quienes están al frente de todo esto se llenaron de esperanza y de poder transmitir la fe a través de esto. Fueron dos años que no vivimos este momento de fe... Tuvimos muchos enfermos, muchas muertes, nos llenó de tristeza”, manifestó. Cabe destacar que la región del Valle de Queréndaro, destaca a municipios como Charo e Indaparapeo en donde la tradición por la semana Santa ha adquirido especial relevancia tanto por el tema religioso como por la captación de turistas y visitantes.