Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán Morelia Michoacán. En 2021 el entrante gobierno del estado de Michoacán buscó al gobierno federal para pedirle coordinación con las Fuerzas Armadas para liberar al municipio de Aguililla del secuestro al que estaba sometido por bandas delincuenciales, que no permitían el ingreso ni salida de pobladores, así como de mercancía de la canasta básica. Para lograrlo, se realizaron mesas de diálogo con las llamadas bases sociales, que son los grupos de las bandas delincuenciales que se plantan con el gobierno, informó este día el Juan Carlos Oseguera Cortés, secretario de Seguridad Pública del estado en una conferencia realizada en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). En dicho año el estado padecía la intervención de alrededor de 96 barricadas que controlaban grupos delincuenciales y que impedían el libre tránsito en numerosos puntos del estado de Michoacán, como en San Juan Nuevo, Aguililla, Coalcomán y Tepalcatepec, municipios sumaron a miles de familias completas que de vieron obligadas a huir y desplazarse por la violencia que no sólo era fuego cruzado, asesinatos o extorsión, sino que les prohibía o condicionaba el acceso a alimentos, medicinas y servicios básicos como le energía eléctrica y la comunicación. “Una circunstancia muy desafortunada que detonó miles de desplazados por violencia, por lo que lo primero que hicimos con la administración del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla fue buscar la coordinación con el gobierno federal y poco a poco con cada gobierno municipal afectado”, recordó el secretario de Seguridad Pública. Relató que “se tenía el secuestro de Aguililla, donde prácticamente no tenían gas, tenían un servicio intermitente de luz y no había telefonía”, además que nadie podía salir ni entrar al municipio. “El abasto de alimentos y productos básicos que recibía este municipio venían de Colima para poder pasar por Coalcomán pues un grupo delincuencial impedía el tránsito de libre mercancía para otro grupo delincuencial”. Rastros de enfrentamientos en fachadas de Aguililla. Foto: Christian Hernández LAS BARRICADAS, UNAS CON DIÁLOGO Y OTRAS A LA FUERZA Juan Carlos Oseguera Cortés explicó que en 2021 en el poblado El Terrero, entre Aguililla y Apatzingán, había un retén que impedía que pasaran las mercancías del consumo diario como la leche, el pan, el azúcar y el resto de la canasta básica”, por lo que urgieron a mesas de trabajo con la Sedena, Guardia Nacional y la secretaría de seguridad Pública y Protección Ciudadana, siendo esta última la que encabezaba el Plan Rescate Aguililla a nivel federal. Ya coordinados, se realizaron varios recorridos con el objetivo de identificar las barricadas y se lograron quitar dos, una de un grupo que estaba en el lado de Santa Ana Amatlán y la que estaba en El Terrero. El secretario dijo que para lograrlo se tuvo reuniones con pobladores, pero destacó que los acercamientos con las conocidas bases sociales, “que son las caras que tienen los grupos armados para presentarse públicamente y plantarse con los gobiernos y establecer mesas de diálogo”. En aquel año, eran frecuente que las fuerzas armadas liberaran caminos de la región que habían sido cortados con maquinaria o bloqueados con piedras, sin embargo, a las pocas horas eran intervenidos de nuevo por las bandas delincuenciales y por varios meses fue una tendencia. Camino a Aguililla. Foto: Christian Hernández La carretera entre Tepalcatepec y Coalcomán, que se recorre en poco más de 70 kilómetros, tenía 27 cortes de profundidades distintas, como una zanja de 2 o 3 metros que impedía el tránsito entre Apatzingán y Coalcomán, pasando por Tepalcatepec, en donde producto de esa violencia se tuvieron 3 mil desplazados, quienes además abandonaron hasta 7 mil hectáreas de caña de azúcar que era el sustento. Informó que los trabajos coordinados y de proyección y planeación duraron un par de meses hasta que pudieron reactivar situaciones claves como el transporte público y los servicios, así como la entrada y la salida de personas. Recalcó que la coordinación primera fue entre la federación y el estado y gradualmente se iban sumando los gobiernos municipales, mismos que prestaban instalaciones para dar condiciones mínimas para poder prestárselas a la gente, como albergues; además de que se unieron autoridades como el DIF y Migración. Foto: Christian Hernández UNAS CON DIÁLOGO OTRAS CON TODA LA FUERZA ARMADA Una vez que pudieron resguardar la vida misma de los pobladores, prosiguieron a realizar el despliegue para seguir quitando barricadas algunas con diálogo y otras mediante otros mecanismos, como el uso de la fuerza pública. En el caso de San Juan Nuevo, la barricada tuvo que ser retirada con todo el uso de la fuerza y hubo “heridos, detenidos, con todos los mecanismos de operación ya con poder de fuego de la GN, Sedena y de nosotros y logramos rescatar al municipio, quitamos 2 retenes, detuvimos un líder delincuencial”. Fueron alrededor de seis meses de desenvolvimiento de acciones y operación para que se pudiera tener contacto con Coalcomán, Aquila, Coahuayana y Chinicuila, en la sierra costa del estado, de acuerdo con el secretario de seguridad. Destacó que a la par se implementaban las estrategias de recomposición del tejido social como las becas, programas a adultos mayores y otros que coadyuvaban a regresar la normalidad a Aguililla. “Fuimos abonándole a puntos de la renegación ética de la sociedad, la construcción de la paz , recuperar espacios públicos e ir estableciendo poco a poco la gobernabilidad”. SILVANO DEJÓ PATRULLAS RENTADAS Juan Carlos Oseguera Cortés dijo que el gobierno anterior a cargo de Silvano Aureoles Conejo, los habían dejado “con patrullas rentadas, unas deudas impresionantes en materia de seguridad como en los cuarteles, de entre 7 y 10 mil millones de peses en arrendamientos de patrullas, helicópteros y la construcción de un C5 y de 7 cuarteles de la Guardia Civil”. Agregó que Michoacán tenía una fuerza mermada, instalaciones deficientes, con falta de chalecos, déficit de patrullas, falta de armamento y de muchas situaciones operativa requiere de una cirugía mayor para lograr un combate efectivo contra la delincuencia.