El legado de Tanganxoan II revive en Pátzcuaro con homenaje a la cultura purépecha

Con la presencia de los pueblos indígenas de las cuatro regiones, se realizó el acto luctuoso de Tanganxoan II, último rey purépecha.

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Con la presencia de los pueblos indígenas de las cuatro regiones purépechas, autoridades civiles, comunales e instituciones educativas indígenas, se realizó el acto luctuoso de Tanganxoan II, en la glorieta donde se ubica la efigie en honor al último rey purépecha que fue asesinado por Nuño de Guzmán en 1530 en Conguripo cerca del río Lerma en el municipio de Angamacutiro. Además, celebraron la entrega del palacio Huitzimengari, donde vivió el último emperador purépecha Antonio Huitzimengari.

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Como parte de la conmemoración en honor del Rey Purépecha, a los pies de su efigie se realizó el acto cívico con los honores al Lábaro Patrio y la entonación del Himno Nacional, para dar paso a la Bandera Purépecha que llevaron cuatro mujeres cada una sosteniéndola de una punta, todos los presentes alzaron y empuñaron la mano izquierda. Se trata del saludo a la Bandera, que fue creada en Santa Fe de la Laguna y de la cual cada color representa una región purépecha: Ciénega de Zacapu, Cañada de los 11 Pueblos, Región Lacustre y Meseta Purépecha.

De acuerdo a una investigación realizada por el historiador José Manuel Martínez Aguilar, la escultura a Tangaxoan fue hecha por el artista plástico Guillermo Ruiz. Al igual que Roberto Cueva del Río, quien fue seleccionado por el presidente Lázaro Cárdenas para decorar diversos edificios en Pátzcuaro y la región lacustre, Guillermo Ruiz recibió el encargo de crear las esculturas que se erigirían en Pátzcuaro y Janitzio.

La escultura de Tangaxoan II, el último rey tarasco, fue colocada en una glorieta ovalada recién construida en una zona poco habitada de la ciudad, como lo evidencian las fotografías y planos de la época, cerca del Cerro Blanco. La obra, de tres metros de altura, está montada sobre un pedestal de cantería, de base cuadrada y 3.64 metros de alto, en estilo Art Decó.

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“Su rostro, girado hacia su izquierda como mirando el lago, presenta pómulos pronunciados, ojos rasgados, nariz ancha y labios gruesos; su cabellera es larga y ondulada. Tiene una postura algo rígida y piernas semi abiertas; sus grandes manos empuñadas denotan una actitud desafiante y en la derecha porta el bastón de mando, símbolo de su jerarquía”, narra en su documento.

Al realizar el acto luctuoso que es organizado por las supervisiones escolares indígenas, continúan con un recorrido a pie hasta la plaza Vasco de Quiroga, frente al palacio Huitzimengari se realiza una evento cultural con bailables, presentación de orquestas tradicionales y una serie de actividades para festejar el 37 aniversario de que este edificio histórico fue entregado a las comunidades de las cuatro regiones purépechas, donde actualmente también alberga las supervisiones escolares indígenas, así como a artesanos purépechas de al menos 20 comunidades originarias.

Como parte de sus tradiciones, se realizó la entrega del bastón de mando por parte de los profesores cargueros que coordinaron esta conmemoración luctuosa y festejo de este año, a quienes les corresponderá hacerlo en el 2025, todos son maestros y maestras de las escuelas indígenas de las regiones purépechas, quienes durante este año deben definir las actividades y fortalecer sus usos y costumbres.

Los cargueros salientes y los entrantes se colocan unos frente a otros, quien lleva el bastón de mando lo pasa a los cargueros nuevos, quienes a su vez lo van llevando frente a cada uno de ellos y ellas para hacer una breve reverencia con la cabeza en señal de aceptación, al igual llevan una caja de cigarrillos, una botella de tequila, todo como ofrendas, que concluyen con cajas de frutas y que también las aceptan con el mismo gesto de inclinación.