Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Al menos 40 plantas de tratamiento municipales, prácticamente la mitad de las que hay en todo Michoacán, se han convertido en auténticos elefantes blancos. A pesar de los costos multimillonarios de construcción de las plantas no hay dinero para operarlas, por lo que pese a contar con cierta infraestructura, el volumen de agua tratada sigue siendo muy bajo. A las cifras de las plantas tratadoras que no operan, se suman otras 40 que operan muy por debajo de su capacidad, es decir, la otra mitad de las plantas está siendo subutilizada, también de derivado de diversas problemáticas logísticas y financieras. En su mayoría, las plantas tratadoras que operan no lo hacen más allá del 50 por ciento de sus capacidades, lo que ha abonado al escenario de problemática medioambiental en la entidad, donde la contaminación de los cuerpos de agua ocupa un lugar preponderante. De los 8 mil litros de aguas negras que se generan en el estado por segundo, menos del 40 por ciento son tratadas, el resto se vierten ‘crudas’ a lagos, ríos y litorales. En voz de Germán Tena, coordinador de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (CEAG), se plantean ya soluciones para detener esta tendencia que ha propiciado que 80 por ciento de cuerpos de agua en el estado estén contaminados. Por cada litro por segundo de agua se requiere una inversión en infraestructura que puede rondar entre 800 mil y hasta un millón de pesos, por lo que, advierten las autoridades michoacanas, la tarea para este año es titánica. “Estamos bajando los indicadores de carencia de agua y tenemos el compromiso de tener al menos 50 plantas operando bien al fin de año”, comentó Germán Tena, por lo que el primer paso sería poner al 100 por ciento a las plantas funcionales e iniciar la actividad en otras que están actualmente detenidas. “El promedio para rehabilitar las plantas es de 4 millones de pesos por cada una, hay otras que si están a medio construir y salen en más de 10 millones de pesos. Tenemos varias más que hay que rehabilitarlas”, agregó el funcionario estatal, quien detalló que “de entrada, en lo que hemos visto, es que son 150 millones de rehabilitación, vamos gestionar otros tantos con Hacienda para cerrar con una inversión de los 400 millones”. Así pues, el plan del gobierno de Michoacán para el año entrante es gestionar mediante instancias federales el poder aterrizar 400 millones de pesos en la entidad para rescatar las plantas tratadoras. Buena parte del recurso se iría para rehabilitación y otro tanto para ponerlas a operar como tal, por lo que no se descarta la participación de los propios Ayuntamientos en donde están ubicadas las plantas para completar la ecuación. “En el tema de algunos proyectos para rehabilitar plantas vamos a ingresar a programas de Conagua, ahí vamos a que el 50 por ciento para rehabilitación lo pone la federación, el 25 nosotros y el 25 los municipios”, refirió Germán Tena a pregunta expresa. Morelia, contaminación a la vista de todos Y es que el pendiente sobre el tema es ya un rezago histórico. En el mejor de los casos, la ciudad de Morelia cuenta con dos plantas de tratamiento, no obstante, falta la planta de Jesús del Monte, en tanto que se requiere que la planta de Atapaneo continúe con sus procesos de crecimiento a un tercer tanque de tratamiento. El titular de la CEAGC aseguró que el Ayuntamiento capitalino tendría que volver a proponer al Congreso de Michoacán que se autorice el plan de crecimiento. Es en el tema del manejo de las aguas residuales es donde la situación se agrava, y es que los dos cuerpos de agua más contaminados y afectados por los desechos de nuestro estado se encuentran, precisamente, en Morelia: el Río Chiquito y Río Grande de Morelia presentan hasta un 250 por ciento más de la contaminación de lo que tienen otros acuíferos del país y significan un auténtico riesgo sanitario para casi un millón de habitantes. Aun así, ambos cuerpos atraviesan la urbe como si nada. Décadas han pasado sin que se atienda un problema de salud pública que está a la vista de todos. En el caso del municipio de Morelia, la situación es complicada y a pesar de tener mayor cantidad de recursos y mayor estrategia de cobro, el Organismo Operador de Agua Potable (OOAPAS) absorbe casi el 90 por ciento de los recursos en nómina y gasto corriente, mientras que el resto de los recursos alcanza para muy poco en materia de crecimiento al tratamiento de las aguas residuales o siquiera de dar mantenimiento a la infraestructura existente. En el balance general, Germán Tena menciona que “hay 40 plantas que no funcionan, 40 que funcionan a medias y la falta de construcción de al menos otras 33”, considerando que hay prácticamente una planta por cada municipio en la entidad. Falta poner orden en organismos operadores A nivel nacional se sigue discutiendo la situación financiera de los municipios en contraste con la carga de sus obligaciones. Si bien el abastecimiento y tratamiento de las aguas es responsabilidad de los ayuntamientos, tanto estado como Federación pareciera se han hecho a un lado aún con las condiciones financieras complejas. En el caso del oriente Michoacano, el municipio de Zitácuaro apenas sanea 35 por ciento de las aguas, las cuales posteriormente bajan a la Presa del Bosque. Al respecto, reconocieron que es una condición de afectación ambiental y social en la región, pero los planes para solucionar el problema siguen lejanos. La falta de cobro de los recibos el agua y casos específicos de conflictos laborales han desarrollado una condición deficitaria en el tratamiento del agua en el estado. El único municipio con la suficiencia presupuestal para atender a la población es Morelia, no obstante, el organismo de la capital se ha visto afectado por los conflictos con el sindicato de trabajadores. Recientemente los agremiados exigieron un aumento del 20 por ciento en los sueldos y prestaciones, pese a que los empleados del OOAPAS tienen uno de los Contratos Colectivos de Trabajo más beneficiosos en todo el país. Al respecto, el titular de la CEACG, señaló que, en el caso concreto de Morelia, el organismo y la Junta de Gobierno Municipal cuentan con el apoyo del gobierno del estado para el saneamiento de las finanzas de la paramunicipal. Sin embargo, el problema es exponencialmente mucho mayor, pues en total el volumen de aguas tratadas es mínimo y la inversión hecha en infraestructura está o paralizada o subutilizada. El rescate de todo el sistema requiere una millonaria inversión que se buscará gestionar con la Federación.