Angélica Ayala / La Voz de Michoacán Charapan, Michoacán. La comunidad de Ocumicho presentó este lunes un pliego petitorio a raíz de la inseguridad que se vive en esa región de Charapan, en el cual solicitan de manera urgente una mesa de trabajo con los gobiernos federal y estatal para definir estrategias que permitan garantizar la seguridad de sus habitantes, todo ello luego de haber localizado con vida al coordinador del Consejo de Gobierno Comunal y comunicador comunitario de este poblado indígena, Esteban Cruz Rosas. De acuerdo con un comunicado emitido por el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM), piden solidaridad, seguridad y justicia para la comunidad autónoma de Ocumicho. Citan en contexto la desaparición de Esteban Cruz, que fue retenido el pasado sábado por un comando de personas armadas; ante ello, las comunidades indígenas se coordinaron y emprendieron la toma de carreteras en varios puntos del estado, exigiendo la aparición de su compañero. Al texto señalan: “Agradecemos totalmente a las comunidades originarias que se movilizaron para exigir su presentación con vida; a las organizaciones sociales y sindicales, a los medios de comunicación, a los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos que coadyuvaron en su localización, al gobierno estatal y federal por encabezar su búsqueda y lograr su libertad. De corazón, muchísimas gracias a todas y todos”. Esteban Cruz fue interceptado por un comando armado tras salir de la Radio Comunitaria. Frente a sus familiares fue golpeado y privado de la libertad la tarde del jueves 28 de abril de 2022. El sábado 30 fue rescatado con vida en Tangancícuaro. En este contexto y en virtud de lo acontecido, escriben: “Exigimos categóricamente una mesa de trabajo entre el gobierno estatal, federal y la comunidad de Ocumicho para atender las necesidades justas y los derechos colectivos de esta comunidad”. El documento que dieron a conocer y que va firmado por Marcelino Diego Felipe, jefe de tenencia; Rogelio Elías Rafael, representante de Bienes Comunales, y los integrantes del Consejo Comunal del poblado citado, piden una coordinación con el gobierno federal. Para ello dieron a conocer un pliego petitorio, en el cual piden que se instale un destacamento de la Guardia Nacional dentro de la comunidad para una vigilancia permanente. Asimismo, en el punto 2, solicitan que se garantice la seguridad “de todos los habitantes de la comunidad, de las autoridades locales: civiles y comunal, y la seguridad e integridad física y emocional de Esteban Cruz Rosas, coordinador general del Consejo Comunal, y su familia”; además de que se agilice la entrega del presupuesto directo para favorecer el desarrollo pleno y armónico de la comunidad. De igual manera y como parte del pliego petitorio, quieren la entrega de las unidades vehiculares “para el patrullaje permanente de armamento y equipo complementario, para el buen desempeño de la seguridad pública, ya que la comunidad está indefensa”. Concluyen el documento agradeciendo a las organizaciones civiles y sociales, como el Consejo Supremo Indígena, la Sección XVIII de la CNTE, la comunidad náhuatl de Ostula, la red de radios comunitarias, entre otras, por el apoyo para recuperar a su autoridad comunal. Ocumicho, lugar artesanal Ocumicho es un poblado que se ubica en la Meseta Purépecha. Una característica muy particular es que toda la población habla en su idioma natal, el purépecha. Es difícil platicar con los ancianos, quienes poco entienden el español. Aunque es una comunidad indígena sus casas no son tradicionales, la mayoría tiene influencia de viviendas que se ven en Estados Unidos, ya que una de las principales economías que tienen son las remesas que envían los migrantes; sin embargo, hay quienes decidieron quedarse en su tierra y adoptaron a la artesanía como un modo de vida. Ocumicho se caracteriza por su artesanía de barro, especialmente de los diablitos, que son elaborados por sus artífices. Varias son las leyendas que cuentan los pobladores en torno a este personaje que lo moldean en diferentes escenas de la vida cotidiana, es que el Diablo recorría el pueblo y se escondía atrás de los árboles para espantar a las personas que después de verlo perdían la razón. Como tregua entre la población y el Diablo, empezaron a moldearlo con el barro que utilizan para sus artesanías, y darle un lugar para que viviera sin molestar a nadie. Las figuras hacen de la imaginación una realidad al moldear sirenas, ardillas con colmillos y un sinfín de variedades de figuras que dan un realce a la comunidad indígena.
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