Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Atención a víctimas del sismo dejó fuera a las principales comunidades originarias del estado de Michoacán. Desde las comunidades como Santa María de Ostula, en la zona de Costa de Aquila, así como otros daños en los pueblos de la Meseta Purépecha. En voz de Pavel Ulianov Guzmán, vocero del Consejo Supremo Indígena de la entidad, hasta el momento se reportan poblaciones en las que incluso no han ingresado las autoridades estatales para evaluar las posibles afectaciones, tanto a la infraestructura civil, como a las viviendas que resintieron los estragos de miles de sismos. En entrevista con medios locales de comunicación, insistió en que la atención por parte de las autoridades se ha focalizado en las zonas de cabeceras municipales, como Coalcomán y Aquila, mientras que otras zonas más alejadas fueron dejadas de lado. A pesar de las necesidades, se reconocen prácticamente solos para enfrentar el largo proceso de recuperación. “No hay ninguna garantía de que pueda haber un apoyo por parte del gobierno estatal o federal y menos ahora que están en la última etapa de su presupuesto. No ha acudido personal de los tres niveles de gobierno. Los vemos en tierra caliente, pero a las comunidades no han ido. Sí es abandono, pero eso siempre pasa que no se toman en cuenta a las comunidades indígenas. Son principalmente en Huánsito nos reportaron en la plaza con pilares colapsados de la plaza, son templos estructuras civiles, públicas y privadas, escuelas y casas las afectadas”, manifestó ante la opinión pública. Ha pasado una semana desde la fatídica tarde del 19 de septiembre de este 2022, cuando un sismo volvió a sorprender a México. Desde la Costa michoacana se reportó un movimiento magnitud 7.7 que, hasta el cierre de esta edición, ha provocado casi 3 mil replicas, la mayor de ellas de magnitud 6.9. Desde entonces, la constante actividad ha debilitado y cimbrado las estructuras civiles de la mayor parte del estado, sumándose Uruapan a la zona de afectaciones desde la madrugada del pasado jueves. En este sentido, el vocero del Consejo Supremo lamentó que de nueva cuenta la atención a los pueblos originarios en cuanto a la reparación de los daños sigue siendo limitada, sobre todo, enfocada a otros espacios. Desde este lunes se inició formalmente con el levantamiento del censo de daños para identificar el impacto del sismo, así como el daño generado tanto a la infraestructura civil como de las miles de viviendas. El corte preliminar presentado por el gobierno del estado antes de las réplicas de mayor intensidad señalaba casi 4 mil viviendas afectadas en la costa y sierra costa, más de 27 nosocomios afectados entre estatales y del sistema federal de salud, así como decenas de kilómetros de carreteras colapsadas o afectados por los deslaves de la zona serrana. Si bien no se han registrado víctimas mortales por los sismos, el impacto a la economía de la región luego de una semana de problemas de conexión terrestre, las afectaciones a la infraestructura turística y de servicios se advierte importante. Cabe destacar que, hasta las 18:00 horas de este martes, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportaba un total de 3 mil 294 réplicas originadas por el sismo de 7.7 registrado el pasado 19 de septiembre. Con lo anterior, se ha configurado una de las temporadas de mayor incidencia sísmica de la historia reciente del estado. Hasta antes del 19 de septiembre, Michoacán había registrado menos de 1 mil sismos en los primeros 9 meses del año, principalmente en Coalcomán, lo que implica un incremento exponencial en la actividad sísmica de la Costa en un periodo de menos de una semana. Especialistas advierten que lo anterior revela un fenómeno complejo de falla inversa que libera constantemente energía a través de los movimientos telúricos. Las estadísticas y el análisis histórico de datos recientes en términos geológicos señalan los antecedentes de sismos de alta intensidad cada 70 años, no obstante. en el caso de la Brecha de Michoacán los eventos de 1985, 1997 y el más reciente de este 2022 revelan un patrón de comportamiento de mayor liberación de energía.