Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Faltaban 30 minutos para las 12:00 horas y la sala 16 del Juzgado Oral, anexa al Cereso Lic. David Franco Rodríguez, se encontraba llena. Del lado izquierdo, frente al juez, dos hombres hasta hoy desconocidos ocupaban el sitio de la defensa de Diego Urik. En el lado derecho, Verónica, madre de la joven víctima, apretaba con su mano una pequeña esponja de color verde mientras fijaba su mirada nerviosa y agotada a cualquier lugar; la acompañaban personal de Atención a Víctimas y representantes del Ministerio Público. Familiares, amigos de Jessica González Villaseñor y medios de comunicación ocupaban las pequeñas bancas de madera. Tres policías procesales custodiaban a los presentes, uno de ellos, faltando cinco minutos para las 12:00 horas, se dispuso a cerrar la puerta de la reducida sala, pero antes de que pudiera hacerlo, tres hombres que estaban en el pasillo de afuera se acercaron a él para preguntarle si podían quedarse uno minutos sólo para comprobar si el juez de control anunciaba una revocación en la defensa de Diego. La auxiliar de la sala se acercó y les dijo que sólo uno podía quedarse debido a la falta de espacio, entró el abogado principal. El presunto culpable del feminicidio de Jessica mandó un escrito la noche del martes, unas horas antes de la cita para la audiencia de control, para solicitar la renovación de sus abogados. Su representante anterior no había sido notificado y este miércoles se presentó a la audiencia, topándose con dos hombres desconocidos, ocupando los asientos en la sala y que decían ser la nueva defensa. Faltando un minuto para las 12:00, la alta figura de Diego Urik entró a la sala, custodiado por dos elementos de seguridad. Vestía una playera blanca con el logotipo de un anime y un pants del mismo color. El cabello muy corto y usando cubrebocas. Su tono de piel es de alguien que pasa tiempo a la intemperie, sus músculos se observan trabajados. Es casi evidente que dentro de prisión hace ejercicio. La sala es demasiado angosta. Sólo unos metros lo separaban de la madre, padre y hermano de Jessica. A él lo culpan de haber asesinado brutalmente a una joven de sólo 21 años, quien apenas comenzaba su carrera profesional como educadora. Su presencia hizo que se escuchara el corte de respiración de la sala y el acomodo en los asientos. Luego, el silencio. El juez de control, Fernando Hernández Hernández, tomó la palabra y pidió a la mesa de la víctima que se presentara. Uno por uno dijeron su nombre y cargo. Tocó el turno de la mesa del imputado: se presentaron los nuevos abogados defensores, luego Diego y, por último, el ahora exabogado, quien añadió: “Señor juez, me comentan que hay una nueva designación, cuestión que yo ignoraba, por lo que me gustaría saber lo que sucede”. “Así es, el día de ayer por la noche se presentó un escrito para la revocación de la defensa, la cual fue aceptada pues de acuerdo con la ley, el imputado tiene el pleno derecho de generar designaciones de sus abogados y las puede generar en cualquier momento”, dijo el juez, y añadió que el código no pone tiempos ni otras condiciones al ser un ejercicio de un derecho a los acusados y que no viola los derechos de la víctima. Sobre la sala se coló un ambiente de confusión. El juez prosiguió y pidió a Diego que dijera quiénes son sus nuevos defensores. Luego preguntó a estos si aceptaban el nombramiento. Se dirigió al exrepresentante y le pidió que entregara la carpeta de investigación que se ha recolectado durante más de un año, a lo que contestó que no venía preparado para la situación y que no la llevaba consigo. “Establezco que en un lapso de 24 horas sean entregados los documentos, así como material audiovisual, a los nuevos representantes; de lo contrario, se establecerá una multa. Puede usted retirarse”, quien representaba a Diego hasta ahora entregó unos papeles, dijo unas palabras a quien era su cliente y a sus colegas y se retiró. En seguida, quien tomó la palabra fue el abogado Jesús Medina, principal y nuevo representante, quien señaló que considerando que es defensa nueva, requieren que se entregue la carpeta de investigación, para lo cual –dijo– ya se realizó la solicitud correspondiente y que el fiscal se comprometió a cotejarla. “Le pido seño juez que instruya al fiscal a que se me entregue cualquier documento que me haga falta, pues tenemos el derecho a tener todo”, pidió el representante Medina. La mamá de Jessica, inconforme con la dilación en el proceso. Foto, Christian Hernández. SE APLAZA AUDIENCIA El juez en este momento se limitó a decir que es obligación darle todo con lo que se cuenta. Posteriormente se dirigió a la mesa de la víctima para escuchar si había alguna objeción. Los representantes del Ministerio Público señalaron que pareciera una estrategia para retrasar el proceso penal, pero que es un derecho con el que cuenta Diego y que la FGE no tenía ningún inconveniente, pero que se establecieran los 10 días como máximo. Agregó que la Fiscalía cuenta con 8 tomos, mismos que se dividen en 14 carpetas y que no hay inconveniente en entregarlos foliados, sellados y originales a la defensa del imputado. La representante de Atención a Víctimas dijo que tampoco tenía inconveniente pero que pedía que se llegara a la justicia definitiva y eficaz. La señora Verónica se limitó a decir que “es un derecho y no tenía más que agregar”. Ella, madre de Jessica y quien por meses ha luchado inalcanzablemente por castigar a quien le quitó a su hija para siempre, veía cómo una vez más el presunto feminicida seguía ganando tiempo. El juez tomó la palabra para decir que lo que proseguía era aplazar la audiencia intermedia para el 3 de diciembre a las 09:00 horas. Dijo que ambas partes están obligadas a comparecer, o de lo contrario serán acreedores a una multa. Familiares de Jessica, a las afueras del Cereso de Mil Cumbres. Foto, Christian Hernández. NO HAY PRETEXTOS El juez de control, Fernando Hernández Hernández, advirtió al nuevo abogado que no había ningún pretexto para que el 3 de diciembre llegara con argumentos de que no le fueron entregados los documentos. “Usted no podrá venir a decirnos que no tiene papeles. Hay tiempo suficiente para que usted desde este mismo día acuda al Ministerio Público y a los lugares correspondientes para que le sean entregados todos los documentos, archivos audiovisuales y otros elementos, en 10 días debe llevarse a cabo la audiencia”, sentenció. Levantó la sesión. Diego se puso en pie y sin voltear a ningún lado se dirigió a la salida detrás del asiento del juez, luego salió su defensa apresuradamente por un largo pasillo. Le siguieron familiares, la prensa y, casi por último, la madre y el hermano de la víctima caminaron lentamente y abrazados. Una vez más, el caso se atoró. Jessica, una víctima de feminicidio para la que no ha habido justicia. Foto: Facebook. MI HIJA NO TUVO NI DOS SEGUNDOS PARA DEFENDERSE, A ÉL LE DAN TODO EL TIEMPO Fuera del Juzgado Oral anexo al Cereso conocido como “Mil Cumbres”, la madre de Jessica dijo ante los medios que esto es una nueva “jugarreta por parte de la familia de él [Diego], se sigue demostrando que nuestras leyes le siguen dando derechos a los feminicidas y que se pisotee a las víctimas”. “El juez dice que no hay afectaciones los derechos de la víctima, pero más de un año y estar sufriendo esto, mientras los derechos de él se tienen que cubrir. Mi hija no tuvo ni dos segundos para defenderse y a él le dan todo el tiempo para hacerlo; para los acusados existen todos los derechos, pero para las víctimas no tienen ninguna protección, ni ningún derecho; más de un año exigiendo la justicia y ni siquiera podemos acceder a ella”. Por otro lado, dijo que el 25 de noviembre presentará ante el Congreso del Estado una iniciativa para una pena vitalicia para quienes resulten responsables de feminicidio. “Los castigos no van de acuerdo con lo que comenten, las penas no son justas, ve el caso de Gaby, a ella la degollaron, le dieron más de 50 puñaladas y le dieron sólo 40 años al responsable”. Verónica Villaseñor dijo que es urgente que los legisladores revisen las penas impuestas a los sentenciados por feminicidio, debido a que los periodos previstos no contribuyen a desincentivar la comisión de este delito.
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