Arturo Molina / La Voz de Michoacán Se mantiene la tensión en el centro penitenciario de Tierra Caliente. En el Cereso de Apatzingán volvieron a presentarse manifestaciones por parte de los internos, quienes denunciaron, por tercera vez en lo que va del año, malos tratos por parte de los directivos, abuso de autoridad y hasta actos de corrupción. Mientras circularon videos que se transmitieron en redes sociales completamente en vivo, autoridades penitenciarias negaron que la situación se hubiese salido de control, como mencionan los internos en el material gráfico. Hasta el cierre de esta edición, las autoridades sólo habían informado de una manifestación de inconformidad por parte de un grupo reducido de internos que no pasó a mayores. De las tres denuncias por malos tratos que han presentado tanto familiares como internos del penal ubicado en el corazón de Tierra Caliente, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos no ha certificado ninguna, únicamente han quedado en manifestaciones de los internos en contra de las autoridades. En el caso de este inicio de semana, en los videos se alcanzan a notar los suelos del penal inundados por agua que aparentemente fue derramada por el combate a un incendio. Fuentes cercanas refieren que se trató de la quema intencionada de colchones y otros enceres de internos inconformes. Datos oficiales revelaron que tras la manifestación las autoridades penitenciarias de dicha región lograron el decomiso de 5 teléfonos inteligentes con acceso a internet. Hasta el momento no se ha aclarado cómo se hicieron los internos de los dispositivos o cuántos de ellos cuentan con aparatos que se encuentran prohibidos para los reclusos. Fue hace poco más de un mes que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos revisó las condiciones alimentarias de este y otro centros penitenciarios en el estado. Luego de que en febrero se denunciaran las malas condiciones en el penal de Apatzingán, la CEDH advirtió que al menos en este caso, es la segunda ocasión en que reclusos denuncian el mal trato alimentario. La visitadora auxiliar, Karla Giovanna Pineda Figueroa, se reunió con los internos, ocupantes del Módulo B, quienes expusieron su malestar debido a que los alimentos están en mal estado, son insuficientes y poco nutritivos, aunado a que no se proporciona una dieta específica para los internos que tienen algún padecimiento y que por indicación médica requieren de una alimentación especial. Las condiciones en los centros de readaptación social en nuestro estado no son las mejores. El Diagnóstico Estatal de Supervisión Penitenciaria de Michoacán que realiza la Comisión Estatal de los Derecho Humanos (CEDH) cada año, presentó un descenso en su apreciación global en su última evaluación. Con una calificación de 8.06 en 2017 respecto al 8.40 que obtuvo bajo el mismo proceso de evaluación del año 2016. Aún se espera que se actualice el panorama respecto al año 2019. Desde el año 2017, al menos 4 centros penitenciarios han cerrado sus puertas en Michoacán. Uno de ellos, y el más significativo, fue el Centro de Readaptación Social Francisco J. Múgica, cuyos presos fueron trasladados al David Franco Rodríguez. Uno de los puntos que más preocupó a las autoridades tanto estatales como a los visitadores de la CEDH, es que se ha identificado que en prisiones como el Cereso David Franco Rodríguez y el de Uruapan se han generado intentos de autogobierno por parte de internos que buscan apoderarse y cobrar cuotas. Los recortes presupuestales a la reinserción social es uno de los puntos que inciden en las malas condiciones generalizadas en todo el país. Al menos el 40 por ciento de los presos, son jóvenes de entre 18 y 30 años, por lo que, a decir de las autoridades, es necesario reestructurar el esquema de prisiones y dejen de ser consideradas como escuelas del crimen. Un dato que preocupa a las autoridades estatales es que hasta un 25 por ciento de los presos que egresan de los penales de Michoacán reinciden en algún tipo de delito, la reinserción social de las personas privadas de la libertad sigue representando el principal reto para la coordinación estatal de centros penitenciarios. Autoridades estatales han calificado a las cárceles estatales y federales como auténticas "universidades del crimen", desde donde se planean, ejecutan y desarrollan diferentes actividades delincuenciales. Los datos de años pasados refieren incluso las fallas al tratar de generar condiciones, talleres, desarrollo académico y otras actividades. Actualmente, el sistema de readaptación social logra apenas una décima parte de su objetivo, sólo el 10 por ciento de los internos, logran egresar del penal estatal y reintegrarse a la sociedad en una actividad productiva. Actualmente se cuenta con poco más de 5 mil internos en los 11 centros penitenciarios estatales en Michoacán. Se estima que para el año 2017 disminuyó en un porcentaje importante el ingreso de delincuentes a las cárceles. Uno de los factores fue el cambio en el Nuevo Sistema de Justicia Penal, en donde la prisión preventiva es una de las últimas instancias a las que acuden los jueces.