Instalan en Pátzcuaro el Altar de Dolores para recordar el sufrimiento de la Virgen María

El altar está a la vista del público en el Portal Hidalgo y su instalación fue a iniciativa de por monseñor Diego Monroy

Foto, Angélica Ayala.

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Con la inauguración del Altar de Dolores se inicia oficialmente con las actividades culturales con motivo de la Semana Santa. Como es tradición, se instaló en el Portal Hidalgo, llamando la atención de todos los que pasaban por el lugar. El presidente municipal, Julio Arreola, al emitir su mensaje señaló que esperan buenas expectativas para los días de vacaciones, ya que Pátzcuaro “es un lugar bendecido”.

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Al centro del altar se ubicó la imagen de la Virgen Dolorosa. De acuerdo con la explicación que dieron, sobre la virgen colocaron una cruz y sobre ella montaron un corazón, “que nos recuerda el corazón de Jesús, del cual de su costado herido es de donde emana la sangre y el agua que dio la redención al género humano.

“Brota una cadena que se conecta con el corazón inmaculado de la Virgen y, a la vez, en la parte de abajo están los dolores de la Virgen y también hay corazones más pequeños que representan a las almas, las almas deben estar encadenadas a María para que María nos lleve a su hijo Jesucristo”, detalló uno de los encargados de montar el altar.

Durante la explicación se informó que los medallones que están a los pies de la Dolora representan sus siete dolores, “que son la presentación del niño Jesús en el templo, cuando el anciano Simeón le dice y ‘a ti una espada atravesará tu alma’. Después, cuando tiene que ir con San José y el niño a Egipto y evitar que Herodes lo matara, el tercer dolor es cuando el niño Jesús es perdido y es hallado en el templo”.

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Foto, Angélica Ayala.

Los otros medallones significan el encuentro de la Virgen con Jesús en la vía dolorosa, otro más es el dolor cuando Jesús muere en la cruz, “el sexto dolor cuando es bajado de la cruz y puesto en los brazos de su madre, y el séptimo dolor, cuando Jesús es sepultado y la soledad de María”, explicaron.

Todo el altar está cubierto por un tapete de aserrín, asemejando a los bordados textiles y estos a su vez simbolizan el suavizar el camino de la Dolorosa o el camino hacia el Calvario, todo el altar está rodeado de trigo germinado, que es la materia prima para la elaboración del pan que se convertirá en eucaristía, seguían detallando cada uno de los elementos del altar.

El trigo germinado también representa a Cristo que tiene que crecer, “que tiene que morir para darnos vida eterna, y está regado con las lágrimas de la Virgen, lágrimas que también están representadas en todas estas esferas que están colgadas en todo el trayecto del altar”.

El montaje del Altar de Dolores fue por monseñor Diego Monroy y los recursos aportados por el municipio. El presidente municipal, Julio Arreola Vázquez, al emitir un mensaje, se dijo complacido y bendecido porque ahora tiene la oportunidad de trabajar para el pueblo de Pátzcuaro, pero, además, explicó que se esperan buenos resultados en cuanto a afluencia turística y que todo resulte tranquilo durante los días santos.

A los altares también se les conoce como “Incendios”, debido a la cantidad de velas que se colocaban y encendían, aunado a las cosas brillantes que se colocan como las esferas, las telas y las banderillas doradas insertadas en las naranjas doradas, que representan el corazón de la Virgen María atravesado por las siete espadas. Mientras que los botellones de agua también son para representar las lágrimas de la Virgen.

Los Altares de Dolores datan del siglo XVI, sin embargo, dos siglos después se empezó a documentar esta celebración y empiezan a salir de las iglesias a espacios públicos. Fueron los franciscanos quienes iniciaron con esta actividad para promover los ritos católicos entre los indígenas.

Foto, Angélica Ayala.

En Pátzcuaro, de acuerdo con los datos recabados, esta tradición fue rescatada hace poco más de 25 años por un grupo de trabajadoras del Museo de Industrias Populares de Pátzcuaro, quienes montaron el altar dedicado a la Dolorosa en el museo con el apoyo de algunos vecinos.

Todos los elementos que integran el altar son la representación de los cuatro elementos: aire, tierra, fuego y agua, que se conjugan para aminorar el dolor de la virgen. Las aguas de colores son las lágrimas vertidas por María; frutas, flores y semillas germinadas son producto de la madre tierra; banderitas doradas y papel picado que revolotean al soplo del viento; velas y veladoras, que mantienen vivo el fuego de la esperanza de una nueva vida, aun después de la muerte.