José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Con una derrama económica cercana al medio millón de pesos, mujeres de este municipio cumplen el ritual ofrecido hace décadas a la Virgen de Guadalupe previo a la tradicional peregrinación de la noche del 8 de diciembre de cada año, aunque en esta ocasión el recorrido por carretera se realizará desde la ciudad de Zamora y no la Ciudad de México, como se venía realizando. Lo anterior debido a la contingencia de salud global a raíz de la COVID-19, aunque, a diferencia del año anterior, al recorrido final desde la entrada sur y hasta el santuario de la ciudad podrán sumarse las mujeres de la ciudad que así lo deseen. La tradición de la Rosa Guadalupana nació apenas hace 20 años, cuando varias mujeres, movidas por promesas religiosas o “mandas”, viajaban a la Basílica de Guadalupe y regresaban a manera de peregrinación hasta Jiquilpan portando una rosa de oro bendecida por las autoridades eclesiásticas en la Ciudad de México, rosa que al final de la peregrinación era colocada a manera de exvoto a los pies de la imagen de la Guadalupana en el santuario de esta ciudad. Hasta antes de la pandemia, las mujeres que integran esta organización de corte católico se trasladaban en caravana hasta la Ciudad de México y después de escuchar la misa de la mañana siguiente regresaban en carrera pedestre de relevos, procurando que la portadora de la rosa de oro encabezara al contingente hasta llegar a la ciudad de Jiquilpan, donde encabezaban la peregrinación de las mujeres hasta el santuario. Las peregrinaciones en Jiquilpan En el marco del docenario en honor a la Virgen de Guadalupe en esta ciudad, las peregrinaciones de los varones y las mujeres guardan especial relevancia debido a que se han convertido a lo largo de los años en una especie de atractivo turístico que previo a la pandemia se promocionaba ya de manera institucional. Si bien el viaje a la Ciudad de México que realizaban los hombres y las mujeres, así como la llegada y la celebración de la procesión, pudieran parecer idénticas, a diferencia de la de los varones, en la peregrinación de las mujeres no es necesario un orden de colores ya que todas las rosas que en esta procesión sustituyen a los faroles y antorchas, son del mismo color, por lo que el rojo se torna en el color predominantes en esta caminata en la que las mujeres visten su ropa de gala o ropa de las diversas regiones del estado o del país para formar un mosaico multicolor adornado por cantos y los rezos de un rosario que se replica en miles de voces y miles de veces, ya que, de acuerdo con los organizadores, en esta procesión se han llegado a registrar hasta 10 mil participantes sin contar con las miles de personas que abarrotan las calles por donde se realiza la peregrinación. La industria de la fe Para la edición 2021 de esta peregrinación los precios de las rosas que llevarán las mujeres en esta caminara se ubicaron en los 45 pesos, lo que aproximadamente significa una derrama económica cercana al medio millón de pesos para las personas que desde hace varios días se dedican a la manufactura de estas piezas realizadas con papel china y carrizos. La derrama económica será un poco superior en el caso de los varones, ya que se espera que la asistencia al reinicio de la tradición de la Peregrinación de los Faroles supere los 11 mil visitantes registrados durante las ediciones prepandemia. Foto, José Luis Ceja Guerra. Angélica Arteaga, quien durante estos días centra su actividad económica en la fabricación de rosas y faroles para estas festividades, destacó que, incluso de las ganancias obtenidas entre el 8 y el 11 de diciembre, logra los recursos necesarios para sobrevivir a los gastos de las festividades navideñas, ya que si bien son muchas las familias que se dedican a esta actividad, nunca serán suficientes como para que esta temporada deje de ser rentable, ya que, incluso acelerando la producción, no se darían abasto. “El problema es que no sabíamos si este año íbamos a tener peregrinaciones y las pocas rosas que pudimos hacer las hicimos a la carrera. Otros años empezamos desde unas dos semanas antes y más o menos alcanzábamos a hacer hasta 2 mil piezas entre faroles y rosas, y ahora, cuando mucho, hicimos unas 500, más lo que alcancemos a hacer de aquí al 11 para la peregrinación”. Finalmente, las autoridades locales de este y otros municipios ofertaron escoltas y ambulancias de Protección Civil al contingente de mujeres que realizan el recorrido por carretera entre las ciudades de Zamora y de Jiquilpan, en cuyo trayecto se suman también mujeres de las localidades de Villamar, Emiliano Zapata y Totolán.