Pese a prohibición de la Iglesia por vocabulario vulgar, el ‘Padre Pistolas’ sigue oficiando misas

La Arquidiócesis de Morelia exhibió la “desobediencia” del sacerdote de Chucándiro, a quien le impidió toda actividad sacerdotal por “calumniar” al obispo y otros sacerdotes.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, exhibió la desobediencia en que ha incurrido el presbítero Alfredo Gallego Lara, conocido como el ‘Padre Pistolas’, por continuar oficiando misas y ejerciendo la labor sacerdotal, cuando está impedido para ello por la Arquidiócesis de Morelia.

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Desde el 4 de septiembre de este año, el sacerdote fue suspendido por su actuar, por “usar vocabulario vulgar y ofensivo, calumniar al obispo, así como a sacerdotes y a fieles; usar el altar y las homilías para promocionar remedios y curaciones; y, finalmente, utilizar un lenguaje inapropiado contra las mujeres”, sentenció la Arquidiócesis.

Por lo anterior, el ‘Padre Pistolas’ no tiene facultad para celebrar misa, ni primeras comuniones, ni organizar confinaciones, matrimonios, ni otra actividad del ministerio sacerdotal, actividades que continúa haciendo en el municipio de Chucándiro.

Por instrucciones del arzobispo Carlos Garfias, el 20 de noviembre de 2021 el ‘Padre Pistolas’ recibió una primera amonestación que le fue enviada con el monseñor Juan Espinoza Jiménez, entonces obispo auxiliar de Morelia, quien junto con el presbítero José Filemón Guzmán Tapia, vicario episcopal de la Zona IV de Nuestra Señora de la Luz, dialogaron con el padre Gallegos Lara, para exhortarlo a “corregir su actuar”.

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Después, el 22 de mayo de 2022, el obispo auxiliar Herculano Medina Garfias, en compañía del padre José Filemón Guzmán Tapia, le presentaron una segunda amonestación enviada por el arzobispo, para finalmente 4 de septiembre de 2022, quedar suspendido formalmente del ejercicio del ministerio sacerdotal.

Además, el arzobispo precisó que otra de las razonas que motivaron el veto al ‘Padre Pistolas’ fue el incumplimiento en el apoyo económico para el sostenimiento del Seminario, las misiones y obras piadosas de la Iglesia.

Días después, el padre Gallegos Lara, ayudado por abogados civiles, envió una petición de revocación del decreto de suspensión, al que se le dio un silencio administrativo, “lo cual significa una negativa a la petición hecha”.

“Ha ejercido con abierta desobediencia el ministerio sacerdotal sin hacer caso a la prohibición, tampoco ha corregido su vocabulario, ni las ofensas, y continúa con la promoción de sus remedios desde el altar”, indicó el arzobispo, por lo cual fue exhibido.