Juan Bustos / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Parece que poco hemos aprendido en materia de hábitos saludables pese a la contingencia sanitaria por la COVID-19-. Todavía el estilo de vida que llevan un gran número de mexicanos genera las condiciones claras para el padecimiento enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, que en el contexto de pandemia avanza y se presenta en personas de mayor edad. Ante la necesidad de cambios en estos hábitos, también hay que destacar la aparición de nuevos tratamientos y fármacos que ofrecen soluciones ante dicho padecimiento, indicó Araceli Díaz Polanco, médico especialista en el Hospital Star Médica de Morelia. En entrevista para esta casa editorial, la especialista recordó que en Michoacán en 2021 se registraron 9 mil 678 nuevos casos de diabetes mellitus tipo 2; de esta cifra de pacientes detectados, 3 mil 958 fueron hombres y 5 mil 720 en mujeres, y que en conjunto es un aumento respecto a los 9 mil 373 casos diagnosticados en 2020 en la entidad. Este dato, de entrada, llama inmediatamente a revisar nuestros hábitos y no dejar de lado el tema preventivo en nuestra salud, situación que –parece- no ha sucedido ni siquiera con el antecedente reciente de la pandemia de COVID-19. La doctora expuso que la principal causa de mortalidad en los pacientes con diabetes es la enfermedad cardiovascular y en el 90 por ciento de los casos la diabetes está relacionada con la obesidad, por lo que es importante que la población tenga acceso a medicamentos que, además del control de la glucosa, contribuyan a la reducción del riesgo cardiovascular y el peso corporal. “Hay un incremento de la obesidad que a lo largo del tiempo lo vemos desde los niños, un 60 por ciento de los niños y adolescentes tiene sobrepeso, pero esto lo vemos ya reflejado en los adultos, sobre todo en poblaciones urbanas”, apuntó Araceli Díaz. Preocupa sobrepeso Indicó que el sobrepeso y obesidad están presentes en todo el país, sobre todo –y de manera paradójica- en lugares donde hay mejores condiciones económicas, “pero también en el sur del país se está presentando, esto deriva en la presencia del síndrome metabólico, donde se va presentando la presencia de los lípidos, el colesterol y la presión arterial, enfermedades asociadas a la diabetes”. “La presencia de diabetes es la culminación de este proceso que lleva muchos años; estamos llegando tarde a un problema que empieza en la casa, de la genética de los hábitos en alimentación de los niños y se va manteniendo a través de los años”, dijo la doctora. Explicó también que la prevalencia de esta enfermedad está en un 10 y 12 por ciento en poblaciones de alto riesgo, mientras nuestro promedio como país es del 11 por ciento; “estamos consideradas entre las poblaciones del mundo con las mayores presencias de casos de diabetes, por lo cual se convierte en un problema de salud pública”, aseveró. Indicó que el último reporte de Ensalud señaló que los adultos menores de 40 años un 25 por ciento tiene el inicio de la diabetes tipo 2, “lo que tenemos que hacer para detenerlo es educarnos en la forma de alimentarnos, vivir día con día y en los tratamientos de la enfermedad, que también han cambiado”. Romper la inercia terapéutica Explicó que existen nuevos fármacos que ayudan al paciente a evitar el aumento de peso, no solamente controlar la glucosa, sino a controlar de una manera integral lo que provoca un desencadenamiento o progresión de la enfermedad. Expuso que en este momento no se está teniendo el impacto en los hábitos alimenticios sanos que se requiere y se necesita que los médicos conozcan las nuevas moléculas de los tratamientos, ya que existe mucho temor a cambiar lo que ya se conoce, “a lo que se le denomina inercia terapéutica”. Recordó que el 70 por ciento de los pacientes diagnosticados con diabetes está descontrolado y que esta situación, sin el adecuado tratamiento, puede terminar en daño permanente a los órganos. Expuso que la utilización de análogos del receptor GLP1 se ha convertido en la mejor opción frente a etapas tempranas de la enfermedad; “este medicamento de nueva generación es inyectable y se confunde con la insulina, pero no, la insulina tiene su utilidad en las últimas etapas de la enfermedad”. Subrayó que análogos del receptor GLP1 protegen el páncreas para que no deje de producir insulina y evita que el paciente aumente de peso y promueve que pierda peso, ayuda a disminuir la presión y protege los riñones y el corazón. Expuso que acompañado de este tratamiento se le “enseña a comer al paciente”, ya que hay una reducción del estómago que obliga al paciente a comer menos; “el punto está en la educación del médico y del paciente, para la utilización de medicamentos sumamente útiles para el control de la enfermedad”, concluyó.