En riesgo, la sanidad del agua potable de Jiquilpan por filtraciones de humedal contaminado

En el humedal de La Lobera confluyen aguas pluviales, pero también descargas de drenaje, lo que contamina los mantos de donde se abastecen varios pozos

Foto, José Luis Ceja.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. De no atenderse la desecación del humedal existente en la zona agrícola de La Lobera, la sanidad del agua potable extraída de los pozos que se ubican en esta zona podría verse comprometida en los próximos meses, de acuerdo con lo señalado por el especialista ambiental Jesús Villaseñor Magallón.

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Y es que, de acuerdo con el especialista, las filtraciones del estancamiento de aguas negras y excedentes pluviales de esta zona agrícola alcanzaría los pozos Lobera I, Lobera II y Lobera III, que son las principales fuentes de abastecimiento de la zona urbana, ya que actualmente, de acuerdo con sus estimaciones, el agua consolidada en este humedal se encuentra a 200 metros de los pozos; sin embargo, consultado sobre este tema, Mario Alberto García Cárdenas, titular del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOAPAS), destacó que el emplazamiento de este humedal se encuentra a más de un kilómetro de distancia de los pozos, por lo que se buscarán los mecanismos para evitar la filtración a los mantos freáticos.

Datos del OOAPAS señalan que, de manera conjunta, de los pozos Lobera I y Lobera II y Lobera III se extraen 195 litros por segundo del total de los 321 litros por segundo que se extrae a través de los 14 pozos que administra el órgano descentralizado.

El humedal de aguas negras en La Lobera y otras filtraciones

La concentración de aguas se da en lo que fuera una de las denominadas “cajas de agua”, que son espacios diseñados en las zonas de labranza para disminuir el impacto de los escurrimientos de las partes altas de los cerros y eran reservorios de líquido para las temporadas de estiaje o como abrevaderos de los hatos ganaderos de la zona; sin embargo, en el caso de la Caja de Abelino, el tema se complicó ya que este espacio fue vendido a un particular para la construcción de una estancia ganadera pese a su cercanía con la planta de tratamiento de aguas residuales, lo que aumentó el volumen de agua concentrada.

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Meses atrás, el regidor presidente de la Comisión del Medio Ambiente del Cabildo local, Daniel Mendoza, había señalado la necesidad de realizar los trabajos pertinentes para la desecación de este humedal debido a que las descargas contaminantes afectaban ya a los cultivos aledaños; sin embargo, el tema no fue discutido al seno de las sesiones de Ayuntamiento.

Hace unas semanas, vecinos de esta cabecera municipal señalaron haber realizado estudios al agua proveniente de la red de distribución del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOAPAS), en el que se detectó la presencia de coliformes, lo que indicaría que el agua de los pozos está contaminada con excremento o desechos de alcantarillas y tiene el potencial de causar enfermedades como Escherichia coli.

Sobre este tema, el titular del OOAPAS destacó que ello pudo deberse a un deficiente trabajo de conexión del ducto principal a una red doméstica, ya que al hacerlo se generaron fisuras en los ductos de drenaje, lo que pudo haber generado contaminación en una parte de la red de agua potable. Este problema, dijo, fue resuelto ya sin riesgo para la salud de los usuarios, además de asegurar que se realiza de manera constante el monitoreo de la cloración de los pozos por parte del sector salud.

En cuanto a la posibilidad de la contaminación de los pozos Lobera I, II y III, el especialista Villaseñor Magallón destacó que la única forma de evitarlo es mediante la desecación de este humedal y proceder a la limpieza de los lodos remanentes, además de generar la infraestructura necesaria para evitar que los escurrimientos de posteriores lluvias puedan concentrarse en este lugar y buscar la forma de hacer funcional la planta de tratamiento de aguas residuales como un imperativo para evitar la posibilidad de contaminación de las perforaciones.

En el mes de noviembre del año pasado se registró por primera vez en este municipio el arribo de los pelícanos borregones, que regularmente pasan la temporada invernal en los municipios de Régules y Venustiano Carranza, a orillas del Lago de Chapala. La llegada de estas aves se registró en varios humedales en las cercanías de la tenencia de Francisco Sarabia de este municipio y en la zona agrícola, luego de las inundaciones registradas en varios potreros que hasta el momento no se ha desecado luego de la temporada de lluvias.