Abril García / La Voz de Michoacán. Morelia, Michoacán. En México, el trabajo doméstico remunerado representa una parte significativa del mercado laboral. Sin embargo, la naturaleza informal de estos empleos frecuentemente implica la falta de derechos laborales. Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 9 de cada 10 empleos de este sector son realizados por mujeres. Estos incluyen las labores de cocineras, choferes, cuidadoras, vigilantes, lavanderas y planchadoras. En un sondeo realizado por La Voz de Michoacán a cuatro empleadas domésticas de Morelia, las trabajadoras revelaron no contar con ningún derecho laboral como vacaciones pagadas, seguro médico, hora de comida y contrato laboral. Solo una de ellas manifestó contar con un horario fijo en la casa donde labora. Las trabajadoras describieron el transporte desde su casa a la casa de sus empleadores como complicado, costoso tardado e inseguro. Así mismo, declararon que el pago que reciben por limpiar una casa es entre 100 y 500 pesos. Dos de ellas refirieron que era entre 100 y 300 pesos, mientras que las otras dos entre 300 y 500 pesos. Este pago es por las horas que dura el servicio de la vivienda, que puede ser desde 5 hasta 8 horas, acorde con tres de las empleadas. A esta lista del incumplimiento de los derechos laborales se suma el de la jubilación. Acorde con los datos del censo nacional, el 33.7% de las empleadas domésticas tienen más de 60 años. A pesar de que han sobrepasado la edad de retiro, a causa de la falta de contrato laboral no pueden comprobar el tiempo de servicio necesario para su retiro, acorde con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR). A nivel nacional, en el 2017 el valor económico de este tipo de actividades superó los 5.1 billones de pesos, lo que equivale al 23.3% por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Esto quiere decir que una cuarta parte de la riqueza del país es generada por los trabajos de este sector. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) creó una reforma de ley para formalizar el trabajo doméstico, dándoles servicios como afiliación obligatoria al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El esquema para afiliarlas es tripartito, es decir, que aportan las personas o las empresas que contratan, las propias empleadas y las autoridades federales. Sin embargo, esta no es la realidad de las empleadas morelianas. A nivel municipal, estatal y nacional, urge reconocer las aportaciones de esta labor a la economía, así como crear condiciones laborales dignas para las trabajadoras que incluyan prestaciones, contratos y jubilación, así como medidas que garanticen la aplicación de las leyes ya establecidas respecto al seguro médico.