Redacción / La Voz de Michoacán Michoacán.- La Misión de la Universidad Vasco de Quiroga, como institución de identidad católica, promueve en su esencia la dignidad de la persona humana, lo cual da sentido a nuestro quehacer como formadores de jóvenes y colaboradores en la educación de ciudadanos comprometidos con el bien común de la sociedad. La vocación educativa valora la historia y siembra el futuro de una comunidad, la cual está constituida por personas que gozan del derecho básico e inviolable a la existencia. Esta perspectiva ética implica el respeto a la persona humana en cualquiera de sus estadios, tomando como fundamento la continuidad ontológica y morfológica, que se presenta desde la concepción hasta el fin de la existencia, lo cual se basa en evidencia científica que aportan ramas como la Embriología, la Neurofisiología y la Genética. Por otro lado, desde la perspectiva ética, consideramos que el concurso del libre albedrío no avasalla al prójimo, sino que lo reconoce como un actor real, en igualdad de condiciones y derechos, por lo tanto, nuestras decisiones no deben coartar la vida, sobre todo del más vulnerable. Mujeres y hombres estamos llamados a defender la existencia y no convertirla en un motivo utilitarista, relativizando al ser humano según la circunstancia del individuo que está a su cargo o apoyando una postura eugenésica o selectiva. Los seres humanos somos seres de relación, formamos vínculos y nos reconocemos. Apelar al derecho a la vida no implica que deje de ser escuchada la circunstancia o toma de decisión de la madre o del padre, sino que pone énfasis en reconocer con equidad también el derecho de la persona que está en el vientre materno. Ningún principio de justicia puede partir de menospreciar o vulnerar al más indefenso. Las leyes y el Estado deben erigirse como salvaguardia de los ciudadanos y, por ende, del reconocimiento de la dignidad de la persona humana, desde su concepción en el vientre materno, razón por la cual apelamos a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia a reconsiderar su postura, en congruencia con el respeto al derecho básico a vivir, sin menoscabo de su condición, movidos por un sentido profundo de equidad y justicia. Nuestro compromiso con la formación de la juventud nos obliga a pronunciar nuestra postura ética, que es firme y cierta en favor de la protección de la vida humana, tanto de la madre como del hijo concebido, siendo coherentes con la Misión, Visión y Valores que la Universidad enarbola en cada uno de sus estudiantes, colaboradores y sus familias. La formación integral que nos caracteriza es el motivo para seguir adelante ante este reto histórico. Lo mejor que podemos elegir hoy es que nuestro espíritu e inteligencia se expresen con valentía y se fortalezcan en favor de la Vida, la Verdad y el Bien Común, guiados por la Caridad que da sentido humano a cuanto prodigamos en el mundo.