Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La crisis hídrica empeora al interior de los municipios en el estado de Michoacán. Más del 60 por ciento del agua que ingresa a las ciudades y poblaciones termina siendo desperdiciada por las malas condiciones de los sistemas de distribución y tratamiento de las aguas residuales. Información de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (CEAGC) reveló la tendencia en la que diariamente miles de millones de litros de agua terminan desperdiciados en fugas y distribuidos a usos no innecesarios, mientras que el 60 por ciento de las 150 plantas tratadoras no opera y el resto requiere labores de mantenimiento. Atender de lleno la problemática requeriría de menos una inversión cercana a los 3 mil millones de pesos, según ha reconocido la misma dependencia. Actualmente, Michoacán se enfrenta a una de las peores crisis de sequía de la historia reciente, con prácticamente el 100 por ciento del territorio estatal sumido en condiciones de sequía y demanda de volúmenes del vital líquido por encima de lo normal en las principales presas y lagos del estado. En voz de Roberto Arias, titular de la CEAGC, el panorama en cuanto a la disponibilidad y el uso del agua es desolador en cuanto a la infraestructura y la responsabilidad de cada una de las 113 demarcaciones de la entidad. Foto: Christian Hernández. Morelia, como la ciudad más densamente poblada y con mayor demanda de agua per cápita, presenta niveles de distribución y desperdicio por encima de la media nacional. De 10 litros que se suministran a través de las redes hidráulicas al menos 6 terminan desperdiciados en fugas y otros daños de las viejas tuberías. El panorama anterior se replica en prácticamente todas las ciudades del estado, en dónde los organismos fueron calificados como ineficientes ante las necesidades de aprovechar cada litro de valioso y cada vez más escaso líquido. A pesar de las necesidades, al menos 80 municipios no tratan ni una sola gota del agua que diariamente consumen y desechan, mientras que el resto lo hace de manera parcial y terminan vertiendo aguas crudas a ríos, lagos y litorales. En números reales, de las 150 plantas tratadoras que existen en este estado un total de 90 (el 60 por ciento) no funcionan, están apagadas o simplemente dejaron de operar ante los altos costos que representa para las demarcaciones mantenerlas funcionando. Incluso, y a pesar del costo ambiental, los municipios y sus ayuntamientos prefieren pagar las multas de hasta 300 mil pesos mensuales y más de 3 millones de pesos al año a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que reactivar el funcionamiento de la infraestructura abandonada desde hace más de una década. Y es que incluso a pesar de lo abultado de la cifra de sanciones que emite la Conagua, sigue siendo más “rentable” para los municipios pagar las multas por incumplimiento que la operación por año de las plantas de tratamiento. Desde el 2018, a nivel nacional se propuso una reforma de ley en cuanto al tratamiento de las aguas residuales a nivel nacional, la cual cambiara el paradigma de sanciones que llevó a los municipios a estar en la comodidad de no resolver los problemas ambientales como en el caso de las aguas residuales. Solo para resolver la problemática de las plantas tratadoras Michoacán requiere de una inversión de más de 3 mil millones de pesos y convenios de colaboración con los municipios para asegurarse de que el abandono no se volverá a replicar, señaló el encargado de la estrategia de manejo de agua del estado. Avanza la sequía El 100 por ciento del territorio Michoacano se encuentra bajo condiciones de sequía. A meses de que inicie la temporada de lluvias, el estiaje y las condiciones de desertificación ya provocaron una de las épocas de sequía más intensas de la historia reciente. La Comisión Estatal de la Agua y Gestión de Cuencas reveló que para la segunda semana de febrero la intensa sequía ya derivó en un incremento de consumo de agua de las presas, lo que ha llevado a niveles del 65 por ciento en los 23 embalses de todo el estado. Roberto Arias, director de la CEAGC, manifestó que el fenómeno meteorológico de “La niña” provocó un rezago en el nivel de precipitaciones para los primeros meses de este año, lo que ha llevado a condiciones anormalmente secas en la mayor parte del territorio. Se espera que para los últimos días del mes de abril se registren las primeras lluvias del año, mismas que vendrán acompañadas por un déficit estimado en al menos un 26 por ciento respecto a la media histórica. Mientras tanto, las cuencas y las dos regiones hidrológicas que componen a este estado mantienen una tendencia de estrés hídrico elevado que serán atendidas en coordinación con los presidentes municipales. “Tenemos finalmente una medida arriba de la media del país con el 65 por ciento en todas las presas, tenemos que trabajar en las obras públicas que nos ayudarán a mitigar los efectos de la sequía. La infraestructura nos ha impactado por sus malas condiciones y ya ha provocado que el agua se nos filtre y se pierda en estas temporadas tan fuertes”, explicó.