Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Luego de casi un mes de interrupción del servicio, finalmente esta semana los centros de verificación vehicular del estado de Michoacán volvieron a operar con relativa regularidad, tanto en Morelia como en la zona oriente del estado. A pesar de las buenas noticias, la incertidumbre para las empresas concesionadas a prestar el servicio ambiental sigue más latente que nunca, pues ante constantes fallas y rezagos los negocios han presentado severas problemáticas financieras. La mayor parte del mes de julio los módulos concesionados cerraron bajo el argumento de estar trabajando en la actualización de los sistemas que permiten emitir los hologramas homologados para la circulación en la Ciudad de México y la llamada Megalópolis. Si bien lo anterior representa un avance para las golpeadas economías de los empresarios del sector de la verificación, los principales aspectos de preocupación no se han resuelto, según refieren. EN LA QUIEBRA Fuentes cercanas a los centros advierten que el Gobierno del estado, a través de la Secretaría de Medio Ambiente (Secma) mantiene adeudos de años pasados con la empresa que genera los hologramas, por lo que el flujo de los distintivos sigue siendo limitado. A pesar de que cada uno de los centros cuenta con capacidad para verificar hasta 100 vehículos al día, actualmente se les entregan tiras de hologramas de menos de 20 y únicamente se les surten cuando se les agotan. Una vez que solicitan otro lote de hologramas pueden pasar días para recibir respuesta por parte de los encargados del programa ambiental en el estado. Luego del cierre de los centros de verificación durante el pasado mes, concesionarios advirtieron serias dificultades económicas ante la falta de capacidad institucional para garantizar la operatividad del sistema. Si bien se cuenta con demanda de los automovilistas que requieren del documento para circular por la capital del país, cada vez es más común negarles el servicio. Aunque durante esta semana el servicio se ha prestado de manera constante y sin contratiempos, la incertidumbre por una posible nueva interrupción del servicio por falta de hologramas se mantiene entre los concesionarios que han sobrevivido a lo que califican cómo una falta de atención al programa de origen ambiental. La desconfianza y la falta de condiciones económicas incluso ha llevado a pensar a “algunos” concesionarios en trasladar sus instalaciones a estados vecinos en dónde los gobiernos sí garantizan la operatividad del programa de verificación. Sobre la situación, la postura del gobierno del estado a través de la Secretaría de Medio Ambiente de Michoacán se ha enfocado en señalar que el programa de verificación homologada se mantendrá y que las interrupciones al servicio obedecen a procesos de actualización necesarios. Sobre la presunta falta de hologramas y adeudos, no hay versión oficial. Lo anterior se suma a la tendencia de falta de revisión de las fuentes móviles de contaminación de la capital del estado. Apenas en enero de este año, el Gobierno del estado decretó la desaparición de la verificación local, así como todas las políticas que se ella se desprendieran. El holograma L para la circulación en la ciudad capital y zonas metropolitanas de la entidad fracasó prácticamente durante los últimos dos años previos a su derogación por distintos factores ligados a la falta de supervisión por parte del estado. Fuentes cercanas a los centros de verificación refirieron que en promedio se expidieron 6 hologramas por cada centro durante el 2021, antes de ser erradicado.