Impunidad y falta de reconocimiento al fenómeno agudizan el terrorismo en México

La escritora Yuriria Rodríguez indicó que el narcoterrorismo nació en Michoacán con los granadazos y es un problema que no se reconoce como tal.

Foto: Christian Hernández La Voz de Michoacán.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Impunidad y falta de reconocimiento a la existencia del fenómeno agudiza el terrorismo tanto en Michoacán como a nivel nacional. A pesar de la violencia extrema manifestado a través de ejecuciones, atrocidades y narcomensajes, el problema del narcoterrorismo se niega a ser reconocido como tal tanto por las instituciones como por la sociedad civil.

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La escritora Yuriria Rodríguez Castro, investigadora de criminología y seguridad, y autora del libro ‘El terrorismo transnacional y del narcotráfico’, advirtió sobre las implicaciones del fenómeno en la sociedad y la falta de acciones para analizarlo y erradicarlo.  

En su visita al estado de Michoacán para prestar su obra, la también analista y académica reconoció que el atentado terrorista del 15 de septiembre de 2008 en el Centro Histórico de Morelia cambió para siempre el análisis y el fenómeno de narcotráfico y narcoterrorismo a nivel nacional. 

Desde entonces, advirtió, el fenómeno ha crecido en impunidad y finalmente llegó al grado en que la normalización del terrorismo y la violencia se hicieron prácticamente invisibles tanto para la ciudadanía como para las autoridades de los tres órdenes de gobierno y los poderes de los estados.

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“Es algo, una marca que no debemos borrar. Es algo muy importante porque el mexicano es desmemoriado y por eso hay impunidad, porque hay corta memoria. Necesitáramos recordar año con año esto sucedió y no solamente con un minuto de silencio”, refirió la investigadora en la presentación de su libro ante medios.

“En lugar de decir terrorismo decimos granadazos, en lugar de eso decimos Culiacanazo, en vez de decir terrorismo decimos colgados, decapitados, descuartizaos como si fuera un asunto de una guerra florida”.

Yuriria Rodríguez Castro, investigadora de criminología


Desde hace más de 15 años, Michoacán fue considerada como la cuna del narcoterrorismo por la detonación de dos granadas de fragmentación sobre plazas del Centro Histórico cuando se celebraban las fiestas patrias.

Desde entonces, prácticamente todo el territorio nacional se sumergió en la crisis de violencia que ha dejado cientos de miles de muertos, miles de desaparecidos, secuestros, extorsiones y otros atentados contra la ciudadanía, principalmente orquestados por los grupos delincuenciales.

La especialista lamentó que en el caso de la violencia como fenómeno social también los académicos de las universidades han dejado de lado el análisis profundo, y sobre todo, la búsqueda de una cura como ocurre en otros aspectos de la vida científica en donde se aportan análisis y soluciones.

“Esa exhibición extrema de la violencia en cualquier parte del mundo es terrorismo, menos en México: es increíble a lo que hemos llegado. A mí eso me preocupa como persona y como académica”.

Yuriria Rodríguez Castro, investigadora de criminología

Aseguro que “así como cuando ocurre un virus como la COVID-19 toda la comunidad científica se unió, el gran virus del terrorismo y del narco también tendría que ser combatido por los científicos sociales, todos concentrados en prevenir la violencia; es impunidad total, cerrazón, omisión, silenciamiento”.

SE DISPARA EL NIVEL DE VIOLENCIA EN MICHOACÁN

La violencia sigue escalando. Actualmente, Michoacán se mantiene como el tercer lugar a nivel nacional en cuántos crímenes de atrocidades y violencia generalizada por distintos factores. En total se han registrado más de 505 víctimas de hechos como calcinamiento, tortura, homicidios de niños, feminicidios y atentados contra grupos vulnerables y periodistas. El análisis gráfico presentado por la organización Causa en Común reveló el preocupante panorama al que se enfrentan tanto el estado como el país en términos de incidencia delictiva y el grado mismo de violencia. 

Las masacres como fenómeno delictivo impulsado por la pugna entre grupos delincuenciales siguen creciendo a pesar de la presencia reforzado de las fuerzas de seguridad pública de los tres niveles de gobierno. El último caso documentado se registró en Tuzantla, el cual fue atribuido directamente a grupos de civiles armados que operan entre Michoacán, Guerrero y Estado de México. En todo el país se acumularon al menos 7 mil 118 víctimas de atrocidades. 

Causa en Común describió que en donde se registraron más noticias de atrocidades fueron Baja California, con al menos 343; seguido por Guanajuato, con 301; Michoacán, con 286 hechos documentados; Morelos, con 215; y Estado de México, con al menos 163. Las entidades con el menor número de noticias sobre atrocidades fueron: Coahuila, con al menos 21; Querétaro, con 25; Aguascalientes, con 26; Nayarit y Baja California Sur, con al menos 31 en cada entidad. 

Al respecto, la especialista y escritora juzgó el origen del narcotráfico como vehículo de la violencia y, sobre todo, la relación del Estado en el origen, evolución y desarrollo tanto del terrorismo como del narco.

“El narcotráfico, el presidente Lázaro Cárdenas del Río firmó un decreto para permitir el cultivo de amapola en México, el documento es público. México firmó ese acuerdo para enviarles la amapola a los Marines en la Segunda Guerra Mundial. Tenemos un narcotráfico que surge del Estado, esa es la diferencia con Colombia; la única diferencia es que ellos dicen que son narcotraficantes, pero en realidad los narcotraficantes cometen actos terroristas y los terroristas trafican con drogas, son lo mismo”, concluyó.