Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán En lo que va del 2021 se ha mantenido la violencia hacia la mujer en hogares católicos, pues la Arquidiócesis de Morelia informó que sus Centros de Escucha han atendido a 115 personas en los primeros meses de este año, de los que más de un 81 por ciento son mujeres y el mayor motivo sigue siendo la violencia intrafamiliar, seguida por el luto o el estrés por la pandemia por el Nuevo coronavirus (COVID-19) “Entre enero y febrero se han atendido un total de 115 casos y a 12 personas se les ha dado la atención vía telefónica o virtual. De los casos atendidos presencialmente 94 han sido mujeres y 21 son hombres, el motivo de la atención más frecuente sigue siendo la violencia doméstica, aunque las atenciones relacionadas con el COVID-19 han aumentado en un 20 por ciento, por perdida de familiares o ansiedad”, dio a conocer Cristian Ortiz Gómez, titular del Observatorio de la Arquidiócesis de Morelia. A su vez, el arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos expresó que “Es muy lamentable que se violente a las mujeres. Contra toda expresión de violencia a las mujeres, la iglesia siempre estará reprobando y en contra, recomendando que se dignifique, valore y aprecie la gran aportación de las mujeres. Lo que la iglesia plantea y ofrece es que siempre estamos buscando cómo acompañar, cómo ayudar y cómo estar presentes para las mujeres que son víctimas”. Según datos del observatorio, los Grupos de Apoyo a Mujeres (GAM) son actualmente otra de las estrategias más importantes para este sector, en tanto que cuatro de estos talleres se han llevado a cabo en los propios Centros de Escucha, uno en la zona poniente de la ciudad, uno en el Secretaría de Seguridad Pública (SSP), uno en la Fiscalía General del Estado (FGE) y otro en la Universidad Latina de América, además de que se prevé iniciar dos procesos más este ocho de marzo. “Uno de los programas más precisos que hoy tenemos en la Arquidiócesis de Morelia y que se está impulsando en todo el país son los GAM, Grupos de Ayuda a Mujeres Víctimas de la Violencia; en éstos se capacita a personas y sobre todo a mujeres que quieran poner su empeño para acompañar a las mujeres víctimas de la violencia”, añadió el arzobispo. Según se detalló, los Grupos de Apoyo a Mujeres se han estado impulsando por la Iglesia Católica en diferentes puntos de México incluyendo el puerto de Acapulco, en Guerrero, e incluso se han expandido a El Salvador, Guatemala y otros países de centro y Sudamérica. “Es un esfuerzo que estamos haciendo para acompañar a las mujeres y es un llamado que hacemos a toda la sociedad, para que donde haya una mujer que haya sido víctima, buscar la forma de darle el acompañamiento”, dijo el arzobispo. Perdón es necesario para salud de la víctima Cuestionado sobre si en los Grupos de Ayuda a Mujeres, éstas son invitadas a perdonar a sus agresores, el arzobispo confirmó que existe un punto del proceso en el que se requiere de este paso. Sin embargo, también enfatizó que dicho perdón no significa un beneficio para el agresor, sino que se trata de un elemento necesario para la “salud mental” y la dignidad de la persona víctima de violencia. “Parte del proceso del taller y del acompañamiento es que llega un momento en que hay que enseñarles a perdonar y es por salud mental y por dignidad de la persona; quien entiende el valor del perdón, entiende que no es por beneficiar al victimario, no es por beneficiar al agresor, es por salud mental y emocional de la víctima”. “Quien habiendo sido ofendido de la manera más grave, quiera encontrar el camino de la reconstrucción personal, puede llegar el momento en que se encuentre con la alternativa del perdón, es para encontrar el proceso de sanación personal. Ciertamente no hay un camino que no pase por el perdón, al menos yo no lo conozco”, afirmó el líder religioso. En cuanto a la posibilidad de que los agresores puedan sufrir una pena como la excomunión, respondió que juzgar el caso le corresponde a las autoridades civiles y no a las instituciones religiosas. Penas como la excomunión, añadió, pueden imponerse únicamente cuando un religioso o creyente comente una falta directamente en contra de las normas o estatutos de la iglesia.