Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Luego de meses cerrados por la contingencia sanitaria y los efectos de desastres naturales, finalmente esta semana los campamentos tortugueros de la Costa michoacana, en el municipio de Aquila, han vuelto a abrir sus puertas a las actividades turísticas. En medio de la que podría considerarse la quinta arribazón masiva en la Costa del estado, el campamento Punta Ixtal ya recibe, además de decenas de miles de tortugas y millones de huevos, a los turistas nacionales e internacionales. Fue el mismo campamento el que reportó la reapertura de sus puertas. El pasado mes de agosto, la tormenta tropical Hernán provocó reacciones de erosión en las playas y arrastró cientos de nidos que representaron una pérdida a los ecosistemas marítimos. En ese entonces las imágenes fueron dramáticas: cientos de nidos destruidos, las playas reducidas, las estructuras de los campamentos derivadas y los oleajes que impidieron a los quelonios salir a desovar durante más de una semana. Si bien el daño generado por el meteoro había generado pronósticos fatalistas en cuanto a la liberación de tortugas, recuperación de los nidos y reactivación de las actividades turísticas, apenas 2 meses después vuelve la vida a la Costa michoacana. Destacan que lo anterior sigue dependiendo de que no impacten nuevas tormentas tropicales y que las condiciones de contagios por el COVID-19 no alcancen al municipio de Aquila, como ha sucedido en Lázaro Cárdenas. La actividad turística y el trabajo en los campamentos tortugueros por medio de los apoyos representan la fuente de sustento para cientos de familias de las comunidades indígenas que radican en esta región del estado. Cada uno de los campamentos tortugueros en el municipio de Aquila llega a contar hasta con 7 jornaleros que se dedican a recoger y resguardar los huevos de los quelonios, a protegerlos de los depredadores y cazadores furtivos y evitar el saqueo, así como el tráfico de especies en la región. Lo anterior representa que el mismo número de familias obtienen un ingreso constante durante la temporada de arribazón. Aún se esperan al menos otras dos llegadas de tortugas en lo que comprende los meses de noviembre y diciembre. Una vez concluido el año 2020 pasarían otros 6 meses para que reinicie la temporada de la que es considerada como la tercera migración natural de la que Michoacán es sede año con año. Lo anterior representa un avance en cuanto al tema turístico y la protección de las tortugas, pero el daño económico generado por la pérdida de visitantes, tanto locales como nacionales, implica un daño irreversible al desarrollo de las comunidades indígenas de la Costa. Hasta el momento no se han dado conocer apoyos más allá de los términos operativos de los campamentos tortugueros a las comunidades tanto de Lázaro Cárdenas como de Aquila. Si bien cada año operan con carencias y con pocos apoyos, para este año las condiciones económicas siguen empeorando. Cabe destacar que año con año aumentan los obstáculos a los cuales se tienen que enfrentar las especies que arriban a la Costa del estado. Aunado al factor humano, el climático también ha generado un fuerte impacto a la reproducción de estas especies. Los huracanes y las tormentas tropicales generan fuertes erupciones en las playas que destruyen los nidos y que reducen los espacios en los cuales las tortugas pueden desovar. La información respecto a si la tortuga golfina se encuentra en peligro de extinción o no sigue siendo un tema de debate entre especialistas en tanto que la coincidencia señala que se tienen que resguardar todos los espacios de migraciones naturales como el caso de las tortugas marinas.