Arved Alcántara/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Sólo mediante la observancia de una auténtica gobernanza regulatoria se podrá llevar a buen puerto una reforma financiera en el país, destacó Julio César Villarreal Guajardo, presidente de Grupo Villacero, quien señaló que, además de ser planteada de manera cuidadosa debe ser incluyente y abogar por el trabajo conjunto de los sectores público y privado, para crear un clima de confianza en inversiones y detonar el crecimiento económico. En Michoacán, un posicionamiento similar tiene el Colegio de Economistas del Estado (CEEM), que pide por una mayor inversión pública, favorecer la industria con procesos de valor y facilitar el acceso a financiamiento, hoy día altamente burocratizado y con tasas que vuelven incosteables a corto y mediano plazo los créditos para la mayoría de ideas de emprendedores. En este sentido, Julio César Villarreal resaltó la necesidad de respetar los ámbitos de cada uno de los sectores involucrados y poner cada uno de su parte, pues recordó que “las soluciones legales se cumplen y se vuelven sustentables cuando reguladores y regulados se apropian de la reforma, haciendo suyas las nuevas reglas”. Las reformas funcionan sólo cuando todos los participantes están de acuerdo en el tema, expuso durante el evento de presentación del libro “Reforma al sistema financiero mexicano: una visión de futuro”, escrito por el senador de Morena, Ricardo Monreal, obra que alabó por su numerosas aportaciones y planteamientos abordados en 292 páginas. En este sentido, comentó Villarreal Guajardo que “es fundamental establecer políticas públicas bien planeadas para que los recursos que entren a la economía atiendan en tiempo y forma los sectores prioritarios emanadas de las mismas”. A manera de reflexión, mencionó también la urgencia de la banca de desarrollo, para que no únicamente participe con programas de garantías, “sino también premiando el buen comportamiento y la innovación a las micro y pequeñas empresas, así como a los emprendedores a través de estímulos en las tasas y comisiones”. También, pidió la participación del Poder Judicial como “actor relevante” en dos sentidos en una eventual reforma financiera. La primera, con su obvio propósito de favorecer la justicia, pero bajo una agilización de los procesos contenciosos. También, mediante el reforzamiento del marco normativo para endurecer sanciones punitivas a delitos relacionados con la banca electrónica, tales como el robo a los cajeros, el robo de identidad y los ciberataques. De la mano, Villarreal Guajardo llamó a impulsar una mayor inversión pública en proyectos de infraestructura y de beneficio económico que pudiesen generar un efecto multiplicador en la cadena productiva. Con respecto al sector privado, el director de Grupo Villacero consideró que “se puede lograr una disminución a los costos de intermediación a través de sinergias entre todas las instituciones financieras privadas del país”. También, los sectores industrial y productivo deben apostar a invertir en nuevas tecnologías, ya sea de forma directa o con alianzas estratégicas que faciliten “la reducción de costos en beneficio de los clientes, favoreciendo principalmente a la población de más bajos recursos”. Además, facilitar el apoyo y financiamiento a emprendedores y nuevos empresarios, reducir el uso de efectivo en transacciones y concientizar a las empresas medianas, pequeñas y micros sobre la importancia de la inversión a través de créditos bien planeados, una herramienta que puede detonar la producción sabiéndose emplear de manera adecuada. A las grandes empresas, Villarreal Guajardo les pidió confiar en los negocios emergentes y formar una red de apoyo a Mipymes para poder integrarlos, incluso, a sus procesos y así reducirles costos, sustituir importaciones, y desarrollar la innovación tecnológica. Al respecto del libro del legislador Ricardo Monreal, resaltó en específico cuatro apartados. Lo didáctico y bien documentado del mismo, que aborda cómo debió quedar la reforma financiera hace cinco años, el limitado papel que juega la banca de desarrollo y la falta de acceso a programas de crédito para personas de bajos recursos y emprendedores emergentes. En México, tener un apoyo de la banca privada o desarrollo sigue siendo complicado y a tasas de interés que muchas se vuelven privativas. Es complicado para los bancos otorgar un crédito a una persona, empresa o emprendedor que no puede comprobar sus ingresos y respaldar legalmente sus activos, entre otros problemas que emanan de la informalidad y el subempleo, caracterizado por su baja remuneración. Al final, el usuario del crédito paga el costo inflacionario en el justo momento de su aplicación y el usuario del ahorro cobra el beneficio inflacionario según el esquema que eligió, reflexiona. “Como ustedes saben, uno de los retos más importantes que enfrenta el sistema financiero de nuestro país es que tenemos un bajo acceso al crédito y el mismo es caro”, aseveró el líder empresarial, por ello el llamado a una amplia reforma que fomente la inclusión financiera, donde estados, como Michoacán, que viven un desfase industrial visible podrían acortar distancias, incorporarse con mayor fuerza a la dinámica productiva nacional y generar mayores aportaciones al PIB.