En el Asilo el Cristo Abandonado, pasarán triste el Día del Abuelo

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Foto: La Voz de Michoacán. Hay una buena cantidad de jubilados que gozan de buena salud y que tienen autonomía económica.

Tsuri Chávez/La Voz de Michoacán

 

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Morelia, Michoacán. Con 510 mil 695 adultos mayores que habitan en Michoacán y pese a la tendencia de envejecimiento poblacional que va al alza en el estado y en el resto del país, el olvido y abandono que existe entre este sector persiste.

En el marco del día del Abuelo, una fecha que busca conmemorar y honrar la figura de las personas con más experiencia de vida, el Asilo de indigentes y ancianos el Cristo Abandonado, ubicado en la colonia Juárez de esta capital michoacana, resguarda los testimonios de abuelitos a quienes solo el titulo les queda, ya que luego de años de haber perdido contacto con sus hijos y nietos, aguardan en este lugar por una visita o a que la vida termine de pasar.

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Al entrar en el edificio del albergue del Cristo Abandonado, la presencia de los ancianos es obvia, un señor recibe a quien llega a visitar, tras ingresar, la segunda estancia es el comedor y al fondo, en el patio se encontraban cerca de 20 de las 70 personas que habitan en este lugar, quienes, por razones de enfermedad, abandono o incluso maltrato acabaron en este lugar, un sitio donde al menos, las comidas, los cuidados médicos y la compañía están garantizados.

En el patio, dos grandes árboles dan sombra al lugar, donde los abuelitos y abuelitas descansan en sus sillas de ruedas, fue en este sitio donde la señora Guadalupe Vega Morales, originaria de una localidad cercana a Zinapécuaro, platico con este medio de comunicación sobre sus familiares, de quienes dijo “casi no viene a visitarme”.

Mis nietas, las huerfanitas, tengo de no verlas desde que su mamá murió, como ya se casaron ya no las veo, una está en Moroleón, uno está en Estados Unidos, ya se casó con una gabacha”, relato la señora Lupe.

Con 82 años en la espalda, la señora que lleva cerca de 5 años de vivir en el Cristo Abandonado, opino que es un lugar donde “tienen todo”, algo que la llena de tranquilidad, ya que después de perder a su marido por un cáncer terminal, hace diez años, fue en este lugar donde ha encontrado tranquilidad.

Actualmente su hija mayor, una enfermera que labora en el Hospital Civil, es la que acude a visitar a la señora Vega Morales, que, aunque no es muy seguido por la agenda apretada que cubre en su trabajo, es la única familiar que está al pendiente de doña Lupe.

Yo les mando un saludo a mis nietos, que vengan a ver a la abuelita, que tengo ganas de ver a mis nietecitas”, externo la octagenaria, quien a su vez recordó que ella fue huérfana de madre y lo que aprendió del campo, un lugar que recuerda con nostalgia fue por instrucción de su padre.

Vale la pena recordar que a este lugar los ancianos llegan por tres razones principalmente, ya sea por canalización del DIF, quienes normalmente los remiten a este lugar por casos de maltrato o abandono, también pueden llegar por denuncia ciudadana, a través de la cual el albergue se da a la tarea de investigar el caso y si la persona no cuenta con familia es admitido en el Cristo Abandonado, o también, se puede dar el caso de que familiares que n pueden cuidar de su adulto mayor los ingresan a este lugar, donde dan una mensualidad para su cuidado.

Por otro lado, la señora Gloria López, con 80 años de edad y apenas una semana de haber llegado a este lugar, indicó que los 14 nietos que tiene, “a veces vienen y no a visitarme”, una situación que acepto con franca resignación.

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