Afectación ambiental degrada el %30 de los 600 manantiales que hay en Michoacán 

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto: La Voz de Michoacán. Versiones oficiales refieren que los 600 manantiales que existen en el estado ya han disminuido al menos en un 30 por ciento su capacidad.

Arturo Molina/La Voz de Michoacán

 

PUBLICIDAD

Morelia, Michoacán. Luego de décadas de degradación ambiental, deforestación, contaminación y cambio ilegal de uso de suelo en el estado, la factura ya empieza a ser cobrada a los michoacanos. Versiones oficiales refieren que los 600 manantiales que existen en el estado ya han disminuido al menos en un 30 por ciento su capacidad.

Las condiciones son complejas, ya que por la limpieza de sus aguas y su constante producción que puede llegar a superar los mil litros por segundo de agua, los manantiales se han convertido en una de las principales fuentes de agua que existen en la entidad. Aun con lo anterior, la degradación de las zonas de recarga, la contaminación y daños constantes a sus estructuras son la constante.

Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet), advirtió que la situación es compleja, por lo que ya se han iniciado trabajos para la restauración de zonas de recargas de manantiales, como en el caso de La Mintzita, en la capital michoacana.

PUBLICIDAD

Así mismo, precisan, se buscará que a partir del próximo lunes se tomen cartas en el asunto en el manantial de Jesús del Monte, donde la población ha denunciado que particulares buscan fraccionar y privatizar uno de los manantiales más importantes de esta tenencia habitada por más de 3 mil personas.

El funcionario estatal refirió que entre los casos más evidentes de degradación ambiental y reducción en sus niveles de producción de agua, se encuentran el de La Mintzita, al sur de Morelia y el Manantial de la Rodilla del Diablo, en el Parque Nacional de Uruapan, donde se han registrado pérdidas de hasta un 40 o 50 por ciento de sus niveles de producción.

Hay factores que han acelerado la degradación de los manantiales en el estado de Michoacán. La costumbre y práctica de los agricultores de monocultivos en el estado, de instalar hoyas de agua y de perforar pozos profundos, que a su vez impiden que los mismos manantiales se recarguen en sus aguas.

“Los pozos profundos que se están dando de manera irregular, sobre todo en las zonas aguacateras hay una proliferación de pozos que la Conagua es la que regula la cancelación o los permisos. También las grandes hoyas de agua que impiden la infiltración de esa agua que va a ríos subterráneos y que originan el nacimiento de los manantiales”, explicó.

A la fecha no existe un registro de cuántos manantiales han desaparecido en las últimas décadas por los efectos del cambio de uso de suelo. No obstante, en zonas como Morelia, áreas urbanas y rurales, han consumido y desaparecido manantiales completos por el cambio del uso del suelo, ya sea por expansión de habitaciones o por agricultura.

“Tenemos conocimiento de que en Jesús del Monte hay presión en un manantial por el crecimiento urbano y vamos a ver ahí con la Conagua. La Comisión Nacional del Agua es la que tiene que tomar cartas en el asunto. Las hoyas de agua deben tener permisos de la Semarnat y de la Conagua”, manifestó el titular de la Semaccdet.

Los efectos de la disminución de la cantidad de agua ya se han dejado ver en diferentes regiones del estado. Recientemente, agricultores de la región de Tierra Caliente, principalmente de Parácuaro y Apatzingán, han presentado los primeros indicios de conflictos entre propietarios por la disposición del agua. Los municipios de Tepalcatepec y Parácuaro, los cuales se abastecen de agua que proviene de la región alta de Uruapan, ya han mostrado altos índices de afectación por sequía.

En cuanto a la región más densamente poblada, la situación no es muy diferente con las afectaciones. La capital michoacana atraviesa por problemas por el mal aprovechamiento de las aguas subterráneas. De un total de 100 pozos al menos el 70 por ciento se encuentran abatidos o ha reducido significativamente su producción de agua, lo anterior derivado de la falta de un programa que permita la recuperación de los niveles de recarga.

Incluso, ante la escasez de la disponibilidad del agua en nuestro municipio se han tenido que ampliar las excavaciones para sacar el agua, pasando de 200 metros que era el promedio de perforación a más de 400 metros para extraer el vital líquido, lo cual a decir de las mismas autoridades municipales del organismo operador, es un reflejo del abatimiento de las reservas subterráneas.

La Mintzita, establecida como el manantial que dota de un 30 por ciento de las aguas del municipio, ha reducido su capacidad hasta en un 40 por ciento y según especialistas, de seguir la tendencia de degradación sería en menos de una década que el manantial podría desaparecer por completo.