Arzobispo de Morelia aplaude incursión federal en Michoacán

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Redacción Web/La Voz de Michoacán.
México, 5 Ago.- En sus casi 28 años como obispo en Michoacán, Alberto Suárez Inda, consideró que la entidad pasa por el momento más grave que le haya tocado atestiguar, por lo que aplaudió la entrada del Ejército y la autoridad federal en el estado. Es una nueva oportunidad que se debe aprovechar, expresó.

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"Era el momento que la Presidencia de la República, el gobierno federal, pusiera sus ojos en Michoacán para apoyarnos, pero también el tiempo de ir consolidando el gobierno estatal para caminar de una manera justa como estado libre y soberano".

"Se trata de ayudar para que en un momento dado el estado cuente con una policía y con un sistema de seguridad propios", expuso en entrevista con Notimex.

El estado está "tocando fondo", es el momento de decir esto no puede seguir así, las cosas tienen que cambiar y requiere de una revisión a fondo, profunda, no sólo de barnizar, de que ahora va haber un régimen de justicia, sino que realmente gobernantes y gobernados reconstruyamos la sociedad desde sus cimientos, precisó.

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"Por muy lamentable que sea la situación, no podemos doblar las manos, no podemos caer en la tentación gravísima de un pesimismo derrotista", enfatizó el prelado.

"El mal no tiene la última palabra, tenemos que vivir siempre de una esperanza fundada, en primer lugar de que el hombre a pesar de todo lo que pueda parecer de maldad, no es totalmente corrupto", subrayó.

Suárez Inda, quien cumplirá 75 años en enero de 2014, edad en la que de acuerdo con las reglas de la Iglesia Católica un obispo deberá presentar su renuncia al Papa y convertirse en emérito cuando así lo acepte el Sumo Pontífice, denunció que en muchos pueblos de Michoacán la situación es "tan grave" que se desea una intervención eficaz del gobierno federal.

"No basta el Ejército, es necesario que se reconstruya el régimen de autoridad estatal y municipal, quizá como una emergencia. Es bueno que las Fuerzas Armadas coadyuven pero vemos como una necesidad imperiosa, sobre todo, la coordinación entre fuerzas federales, policiacas, militares y las fuerzas de la policía estatal y municipal".

Porque "si no hay coordinación, si se descalifican unos a otros o no se apoyan solidariamente, resulta que las fuerzas contrarias siguen escabulléndose, siguen teniendo predominio", aseveró el prelado.

En conversación en la sala de su casa ubicada en el Centro Histórico de Morelia, Suárez Inda consideró que esta vez no es precisamente la última oportunidad para los michoacanos.

"Siempre habrá oportunidades, nunca podremos decir que será la última pero es una nueva oportunidad la que en este momento tenemos", insistió.

Suárez Inda expresó su confianza porque con la buena voluntad del Gobierno Federal, Michoacán ocupará un lugar digno dentro de la relación entre los estados y hacia el mundo.

"Michoacán tiene una vocación en México y en el mundo por toda su historia, su cultura, su belleza, sus recursos naturales y la nobleza de la inmensa mayoría de su población", remarcó.

"Don Alberto", como le llaman los michoacanos, una de las pocas provincias en donde el arzobispo es aún un eje central de la sociedad, admitió que ha visto con tristeza cómo ha habido muertos últimamente en la entidad.

Desde un alto mando de la Secretaría de Marina-Armada de México hasta elementos de las fuerzas federales y del Ejército, por lo que necesitan entre ellos "una mayor coordinación", puntualizó.

Como obispo en Michoacán, primero en Tacámbaro y luego en Morelia, expuso que ha visto cómo "tristemente" se ha venido deteriorando el tejido social.

El prelado consideró que esto viene por un gran descuido de la educación, por un deterioro o una fragmentación de la sociedad "con en base en una pobre impartición de justicia y una gran impunidad".

Todo ello, diría yo, "a un fenómeno tristísimo que es la desintegración de la familia, el fenómeno migratorio que en Michoacán es muy fuerte y creo que ha repercutido en este sentido", aseveró.

En Michoacán hay muchos pueblos donde están los niños y los ancianos pero faltan los padres de familia. Otro problema muy grave es el nivel educativo o la falta de atención de los maestros a su misión y todo ha sido como un cóctel de factores negativos, resaltó.

Sin descartar, "debo decirlo con vergüenza, una pobre evangelización de parte de la Iglesia, creo que nos ha faltado mucho más para formar la conciencia de nuestros fieles".

"Da vergüenza pensar que la mayoría de los que están en las cárceles y de los que andan prófugos, que son quizás los peores criminales, hasta se confiesen cristianos y se declaren católicos, cuando en realidad han actuado totalmente contra lo que debería ser su vocación".

En esta entidad hay muchas influencias de fuera, hay gente prófuga de Guerrero, inclusive extranjeros que operan desde aquí, y "yo digo que no es el carácter de los michoacanos lo que nos está afectando, sino la situación globalizada de un mundo que tiene muchas influencias y que tristemente han encontrado refugio en algunas zonas incomunicadas, especialmente, depauperadas".

Pero Michoacán tiene grandísimos recursos humanos, tiene un destino sin duda de superación y para ocupar el lugar que le corresponde por la cultura y por la tradición, subrayó.

Es un estado rico también en recursos naturales, de manera que debemos ver con sólida esperanza un cambio en el futuro.

Sin embargo, tiene que ser a largo plazo, con una nueva educación, con una reorganización, hay que sanar las estructuras del gobierno y sobre todo dar condiciones de confianza para las inversiones, concluyó.