Emiliano Martínez Coronel Suena trágico, dramático, pero no hay otra forma de denominar a la Autopista siglo XXI. Antes de abundar en el análisis resulta necesario hacer algunos apuntes sobre los caminos y carreteras en México, que nos dan una idea precisa del tema que estamos abordando, me refiero a la red carretera nacional. La Secretaria de Comunicaciones y transportes y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática en un trabajo institucional se dieron a la tarea de actualizar un instrumento que permitiera a los mexicanos tener acceso a la información sobre los caminos en el país. Con motivo de dicho esfuerzo surgió la Red Nacional de Caminos, que es la representación cartográfica digital y georreferenciada de la infraestructura vial del país con alta precisión y escala de gran detalle; modelada y estructurada con el fin de facilitar el cálculo de rutas está conformada bajo estándares internacionales y el riguroso marco normativo aplicable del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, según lo indican las propias dependencias que lo elaboraron. De conformidad con este documento al año de 2016 el país contaba con180,606 km de carreteras pavimentadas, 61,709 km de carreteras federales, 9,819 km de Carreteras de cuota, 1,055 Plazas de cobro, 47,269 km vialidades urbanas e infraestructura de enlace, 150,758 km de caminos NO pavimentados. Se trata de una gran infraestructura que ha crecido enormemente en el 2017 y lo que va del presente año. Dentro de esta red carretera se encuentran las de tipo federal, estatal, municipales, las autopistas y carreteras de acceso restringido o lo que comúnmente conocemos como carreteras o autopistas de cuota. Las carreteras en México no son lo que quisiéramos, por un lado los caminos estatales en la mayoría de entidades se encuentran en condiciones de franco deterioro debido a la falta de mantenimiento y las carreteras de cuota son sumamente caras y peligrosas en muchos tramos. Así, peligrosa, podemos considerar a la autopista Siglo XXI. Esta autopista, si es que se puede denominar de esa manera, fue construida durante el sexenio de Vicente Fox y concluida en 2005, es decir tiene poco más de 13 años en operación. Es una carretera de poco más de un carril y medio de cada sentido que va de la ciudad de Pátzcuaro hasta el Estado de Guerrero y termina en el Puerto de Lázaro Cárdenas. Es una carretera con gran aforo vehicular principalmente vehículos de carga de más de un remolque. La carga pesada o vehículos propios de la industria son el principal cliente de dicha carretera de peaje. Manejar en dicho tramo carretero es como jugar a la ruleta rusa. Su principal característica es que los grandes vehículos rebasan sin la mayor precaución y sobre un área de rodamiento insuficiente para dichas maniobras. Lo más cotidiano y normal es encontrar vehículos de frente sobre el carril que se va conduciendo lo que obviamente obliga a maniobras de gran pericia. En ninguna carretera el conductor debe distraerse, pero específicamente en esta un descuido es fatal. La carretera se ha teñido de rojo, lo hace insistentemente ante la falta de señalamientos. Las tragedias se cuentan por decenas, no es fatalismo pero es una realidad que se lee frecuentemente en los medios de comunicación. La carretera carece de señalamientos para la forma de manejo, que necesariamente debe ser pegada al acotamiento, no se señala la peligrosidad y así, entre la negligencia suma muertos muy frecuentemente. Es una carretera de gran importancia, a través de ella se mueve miles de toneladas de productos, pero también es una carretera de tránsito familiar y de vacacionistas ya que es camino a la bellísima costa michoacana y a las playas del Estado de Guerrero. Algo debe hacerse con urgencia, cada día pueden sumarse tragedias al amplio récord de la vía. La autopista siglo XXI es así, peligrosa, trágica, muy cara en sus costos y con la necesidad de la ampliación inmediata, por lo pronto la prevención se hace indispensable para todos los que transitamos por esa vía.