Paola Franco/ Ariadna Báez Morelia, Michoacán. Con carencias pero con pasión, trabajan desde hace varios años los Bomberos Voluntarios de Morelia, mismos que constantemente arriesgan su vida buscando salvar la de otros. En el marco del Día del Bombero, Mauricio González, presidente de esta institución de asistencia privada, nos relata lo complejo que llega a ser mantener “vivo” al equipo de apagafuegos, debido a que las condiciones económicas no son las más favorables y al ser una institución no gubernamental, no reciben ningún presupuesto fijo. Lo que sí es fijo, es el entusiasmo de los 15 voluntarios por seguir con esta labor. La Asociación Voluntaria cuenta con 3 mujeres, una persona mayor y la mayoría hombres que oscilan entre 30-40 años. La institución se fundó hace 4 años, por un grupo de bomberos que ya tenía experiencia y tuvo la iniciativa de ayudar a las corporaciones oficiales ya establecidas, ya que “a veces los incidentes y accidentes rebasan a los equipos existentes”. El traje de bombero no es sólo físico, la actitud rescatista la llevan tatuada y en el oficio incluso se involucra a la familia, que llega a acompañar en las guardias y que espera con incertidumbre en las emergencias. https://www.youtube.com/watch?v=QgOQ8KzReUU Los voluntarios acaban de adquirir un camión de bomberos apodado “roji”, BM-06, marca pierce, con una bomba de mil 200 galones por minuto (almacenaje para poder descargar agua, alrededor de 4 mil litros, único en su tipo en Michoacán, obtenido con recursos propios). Además tienen 2 camionetas pick up de ataque rápido, atención prehospitalaria; cuentan con personal calificado y experto en la materia, con el cual brindan servicio de rescate urbano, acuático y ataque de incendios forestales. ¿Sabes cómo es un día en la vida de un bombero voluntario? Aquí te compartimos un video de esto: https://youtu.be/oJhkXJ_d01M ¿Cómo sobreviven los bomberos? No sólo el fuego es amenaza para los voluntarios, su existencia pende siempre de un hilo, ya que las condiciones para su sobrevivencia son complicadas, al no ser una institución lucrativa. El grupo debe contar con una cantidad mínima de 40 mil pesos en su equipo, para mantener el registro ante la Junta de Asistencia Privada. Es necesario que tengan un equipo de protección básico para dar atención a los incidentes, esto implica tener la unidad de bomberos, extintores y equipo de protección personal para atender en la medida de lo posible los accidentes de Michoacán, ya que “no tienen límites”. Botas y pantalones especiales, así como el chaquetón de bombero, la moja para la cabeza, los guantes y el casco son parte del equipo para cada rescatista. Mientras que en la unidad deben llevar mangueras conexiones, extintores, mochilas y quemadores. Ante las necesidades que deben cubrir, los apagafuegos ponen a trabajar todas sus habilidades. Una de sus principales entradas de recurso son las capacitaciones, mismas que se han vuelto parte de la esencia del grupo de los voluntarios, dan cursos en escuelas, fábricas e incluso en oficinas Además, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público autoriza a los bomberos voluntarios proporcionar recibos deducibles de impuestos por donaciones. Que cualquiera pueda atender de manera básica un incendio, una fuga o un accidente es el objetivo de los talleres que dan los Bomberos Voluntarios de Morelia. Los elementos saben que no pueden vivir de esta labor, por lo que la mayoría tiene un trabajo paralelo y en algunos casos son estudiantes. ¿Qué requieres para ser voluntario? -Vocación de ayudar. -Ser mayor de 18 años. -Capacitación que se otorga por bomberos. -Una persona que ingresa y empieza desde cero se capacita por 6 meses. -Hacer guardia de fines de semana. Alistan grupos de “bomberitos” Los Bomberos Voluntarios de Morelia están adquiriendo equipo de protección para los niños, para que en los cursos u otras actividades dirigidas a ellos, éstos se sientan bomberos al tener equipo como el que usan los apagafuegos. Los niños también se podrán tomar fotos vestidos de bomberos. La intención es que “peques” de Morelia conozcan mejor el oficio, que implica un riesgo constante, que tiene una mayor paga emocional que económica.