AP/La Voz de Michoacán Ciudad del Vaticano. El papa Francisco encabezó el domingo la canonización de dos grandes personajes de la Iglesia católica en el siglo XX: el papa Pablo VI, quien supervisó la modernización de las reformas de la Iglesia en la década de 1960, y el arzobispo Oscar Arnulfo Romero, emblemático defensor de los derechos humanos que fue asesinado al defender a los pobres de su El Salvador natal. En señal de la gran influencia que ambos hombres tuvieron en el primer papa latinoamericano de la historia, Francisco celebró la misa de canonización usando el cíngulo manchado de sangre que Romero llevaba cuando fue asesinado a tiros en 1980 así como el báculo, cáliz y estola de Pablo VI. Mientras el papa celebraba la misa, retratos de los dos hombres ondeaban colgados en las galerías de la Basílica de San Pedro, junto con los de otras cinco personas que también iban a ser canonizadas en el oficio, con la intención de mostrar a los jóvenes que gente de todo tipo puede alcanzar la santidad.