Morelia, Mich.- Las artes constituyen una vía para la expresión del erotismo del cuerpo y el deseo, de ello nos podemos percatar a través de la historia de la humanidad en expresiones artísticas que abarcan la pintura, escultura, danza, arquitectura, música y literatura, pese a que el tema sigue siendo para sectores sociales de ultra derecha un tema tabú y con necesidad de tratarse con mayor apertura. Dentro del 3er Coloquio Internacional con Perspectiva de Género:erotismo, cuerpo y prototipos en los textos culturales, realizado a fines del semestre pasado en la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, (UMSNH), la Investigadora en Letras Modernas, Gloria Prado Garduño, dictó una conferencia magistral en la que disertó sobre la utilización del erotismo por parte de la concepción del cuerpo humano en el arte. El erotismo se encuentra presente desde la Biblia en el libro El Cantar de los Cantares, o bien en escritos de religiosas en conventos de la Edad Media, afirmó, así como en el periodo del Romanticismo del siglo XIX, “el erotismo, es una condición humana con una enorme necesidad de expresarse por estar trincado en el deseo, es fuente interminable de la literatura erótica”, señaló la doctora emérita de la Universidad Iberoamericana. Durante su conferencia magistral en la UMSNH, señaló que los humanos somos los únicos seres vivos capaces de crear un imaginario erótico y las artes son una fuente de tramitación de ese estado físico y emocional, al que podría denominarse Eros, “todo arte nace de su seducción y de su engaño, a la vez que la creación artística da rienda al erotismo”. Como un ejemplo de lo anterior, dentro de la Literatura, citó la obra de “Las mil y una noches”, en la cual hay alusiones eróticas; mientras que en el libro bíblico del “Cantar de los cantares” se presenta un diálogo amoroso entre dos apasionados amantes, como demuestran estas líneas: “Ponme la mano izquierda sobre la cabeza y con la derecha abrázame”. Otros tratados del erotismo, como el Kamasutra, “son una guía de la enseñanza de la sensualidad, ternura, fineza y suavidad de las caricias, todo ello con una dimensión estética, con un discurso lírico y metafórico, distinto a la pornografía que es sólo un desahogo físico de ambas partes”, diferenció. Las manifestaciones del erotismo en la literatura en cada época se manifiestan de forma diferente. En la Edad Media europea fue a través de la poesía de monjas y trovadoras del siglo XII al XIV. En el Renacimiento se percibe en las obras de Dante y Francesco Petrarca, Calixto y Melibea. En el Romanticismo un ejemplo es El corsario de Lord Byron. Mientras que en el siglo XX se manifiesta en la escritura de mujeres como Angelina Muñiz, Inés Arredondo y Ali Peterson. Actualmente, afirma, cuando una mujer crea literatura erótica, se tiende a tachar de superficialidad, “afirmación con la cual no estoy de acuerdo, lejos de la vulgaridad y la pornografía que algunos sectores sociales quieren darle a la totalidad de los textos que tratan de la relación erótica (no únicamente sexual) entre dos seres, el erotismo es inherente al ser humano y lo expresa a través del arte”. Dentro de la reivindicación de género que buscan las mujeres, en el campo literario hay también espacios de reconocimiento por conquistar en cuanto a su visión del erotismo, de manera destacada mencionó a las autoras mexicanas Ana Clavel, autora de cuentos y novelas en las que el deseo, en todos sus sentidos, es piedra angular; Daniela Tarazona quien escribió su primer cuento en una servilleta a los 9 años, su primer novela se titula “El animal sobre la piedra” publicada en el 2006; y Marcela Lagarde, académica, antropóloga e investigadora mexicana, representante del feminismo latinoamericano.