Arturo Molina/La Voz de Michoacán Cointzio. Los altos niveles de contaminación orgánica, la falta de tratamiento de aguas residuales de comunidades rurales, la deforestación, escurrimientos de residuos químicos de la agricultura y el azolve, han convertido a la Presa de Cointzio en un embalse completamente infestado de Lirio y todo tipo de maleza acuática. Pese a ser el principal abastecedor de agua de casi un millón de habitantes en Morelia con cerca del 33 por ciento de la demanda, tanto la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), como la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (CEAGC), no han dado a conocer medidas para el saneamiento del embalse. Son cientos de miles de toneladas de lirio las que se encuentran obstruyendo el paso de luz al agua, con lo que ya se han producido también cambios en la oxigenación del recurso, un aumento súbito en lo que respecta a la sedimentación y, por ende, daños a las especies de aves, peces y otros organismos que ahí habitan. Desde marzo del 2017, no se han realizado tareas de limpieza profunda en la presa, por lo que poco a poco la invasión de la vegetación ha ido avanzando hasta dejar prácticamente aislada el agua, de la superficie. Pese a la presencia de indicadores de contaminación y aguas residuales que provienen de numerosas comunidades y poblaciones que se descargan en la presa de Umécuaro y posteriormente en Cointzio, no existe un proyecto para controlar las descargas de aguas residuales en las presas y canales. Actividades pesqueras de comunidades rurales, actividades turísticas y la navegación de la presa ha quedad prácticamente inhabilitada. Uno de los impactos más importantes es el visual; por el hecho de ver una de los vasos de agua más importantes del estado infestado. La Voz de Michoacán recorrió la Presa de Cointzio, en donde corroboró la denuncia de ciudadanos y usuarios de la Ciclopista Morelia Pátzcuaro; la infestación completa del vaso de agua. Y es que incluso, en tomas gráficas aéreas, el espejo de agua quedó prácticamente sepultado debajo de la vegetación. En los costados de la presa, han quedado los vestigios de lirio seco, evidente muestra de que la evo transpiración y pérdida de capacidad de captación de agua se han visto generadas ya en la casi centenaria presa. Justo el mes de mayo de 2017, las autoridades de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en coordinación con el Organismo Operador de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento de Morelia (OOAPAS) lograron extraer casi 2 mil toneladas de maleza acuática, equivalente a 13 hectáreas de superficie del espejo de agua. Dichas medidas han sido calificadas de insuficientes y como paliativos para resolver la situación de la contaminación de esta y otras presas y lagos del estado. El investigador Arturo Chacón, del Instituto de Investigaciones de los Recursos Naturales (INIRENA) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) evidenció que toda labor de limpieza de maleza acuática es en vano si no se tratan antes las descargas de aguas residuales de la presa. En su mayoría, las aguas negras y residuos orgánicos presentes en el agua provienen de la presa de Umécuaro, la cual también presenta altos grados de azolve y de desagüe de drenes de las comunidades aledañas. Es un resultado de la contaminación orgánica que hay en la presa. Es decir, aguas negras, residuos agrícolas y azolve. El lirio interfiere con la luz solar que penetra al agua, bloquea la navegación, obstruye sistemas de bombeo y acelera la evapotranspiración. Las aguas negras proceden desde Umécuaro. Solamente es un paliativo más no la solución. Es un gasto inútil mientras no se solucionen las descargas. Se requiere mayor atención sanitaria y ecológica”, explicó el especialista. Mediciones de campo de ríos y los registros del OOAPAS muestran que ocurren grandes descargas de sedimentos (a tal punto que bloquean la planta de tratamiento) lo que indican que hay "brotes" erosivos. Este indica también que se trata principalmente de arcilla que pueden venir solamente de suelos arcillosos, o sea de la "charanda", pero también de los suelos en el fondo de los valles donde están los canales de riego y drenaje. Y es que la presencia de turbiedad en el agua, genera que la planta potabilizadora ubicada cuesta abajo, y que abastece a más del 30 por ciento de la población tarde más tiempo e invierta más recursos en dejar en buen estado el agua que recibieran cientos de miles de hogares de la zona urbana. No olvides que en tu periódico La Voz de Michoacán podrás consultar más de este tema.