Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. José Martín Godoy Castro y Germán Ortega Silva tenían una cita a las 09:00 de la mañana en Huetamo. Ahí, el gobernador Silvano Aureoles Conejo tenía en su agenda arrancar el plan de salud para policías. Ambos debían estar ahí, pues el primero era el jefe de la seguridad del estado, y el segundo, del Seguro Popular, cuyo esquema arropaba la iniciativa gubernamental de mejorar las condiciones de vida de los elementos de la Secretaría de Seguridad. El evento sí se llevó a cabo, pero los funcionarios no alcanzaron a llegar a su destino. En la serranía de Villa Madero, en las laderas del Cerro de San Juan, a unos metros de la localidad de El Zárate, en lo más inhóspito de la sierra michoacana y alejado a unas tres horas de la cabecera municipal. Los lugareños estaban extrañados, ya que un estruendo llamó su atención y voltearon al cielo. A detalle vieron cómo una aeronave cayó velozmente y se perdió entre los arbustos. De inmediato arribaron al lugar para intentar saber lo que ocurría y brindar primeros auxilios, o por lo menos ver si podían hacer algo. Era apenas el inicio de la tragedia que más tarde confirmó el gobernador Aureoles. Cuatro cuerpos esparcidos entre la serranía y una aeronave totalmente destruida era lo que encontraban los habitantes, entre ellos el encargado del orden. Intentaron auxiliar, pero ya era demasiado tarde. En el lugar estaba un cuerpo destruido, y los otros tres atrapados en la zona. No había fuego ni rastro alguno que indicara una explosión. Los habitantes de inmediato se organizaron e hicieron una fogata. Media hora más tarde del percance, una aeronave se aproximó al lugar de la tragedia. Literalmente lanzaron señales de humo para llamar su atención. Ellos ya buscaban los rastros del Eurocopter con matrícula XAVRG, mismo que perdió comunicación con la base antes de las 09:00 de la mañana. De inmediato comenzó el despliegue de policías y ministeriales. El alcalde Rodrigo Villa confirmó a La Voz de Michoacán la noticia, y fue más allá. Un habitante le compartió información y le narró que mientras ordeñaba unas vacas presenció el percance. Estaba a unos metros de donde ocurrió el siniestro pero no dimensionaba de qué se trataba. Para él, antes de que la nave se clavara en el cerro, vio que salieron desprendidos algunos objetos de la unidad. No estaba seguro si se trataba de personas. La zona fue peinada por decenas de patrullas de la Policía Michoacán. Más tarde comenzaron a llegar elementos de la Fiscalía General. Todos ellos buscaban resguardar la escena de la tragedia, mientras aguardaban la llegada de peritos del Servicio Médico Forense, quienes arribaron a las 02:00 de la tarde a lo más alto del cerro que rodea a la comunidad de San Diego Curucupatzeo, donde no hay Internet ni servicios de telefonía celular. Llegar a este punto significa desplazarse más de una hora entre carreteras pavimentadas y brechas. No había rastro mayor de una lluvia intensa que provocara caminos intransitables; sin embargo, la velocidad para desplazarse por la terracería no era de más de 40 kilómetros por hora. Subir al cerro donde fue la tragedia significaba más de una hora y media, a un punto donde no hay señal para telecomunicaciones. El equipo de La Voz de Michoacán llegó hasta el punto donde ocurrió la tragedia. Para hacerlo se recorrieron laderas que cualquier descuido llevan hasta el fondo, en un río que rodea los cerros de Villa Madero. El único camino en óptimas condiciones estaba cerrado por los policías que fueron asignados. La instrucción era no dejar pasar a nadie, sólo las autoridades estarían ahí. Durante 2 horas los peritos de la Unidad Especializada en la Escena del Crimen realizaron el levantamiento de los cuatro cadáveres. El perímetros del sitio donde quedó la aeronave estaba acordonado con cinta amarilla. Decenas de elementos realizaron las diligencias y por la noche continuaron. A las 04:00 de la tarde partió un helicóptero en el que iban los cuerpos de Godoy Castro y Ortega Silva, la finalidad era llevarlos al Servicio Médico Forense para los respectivos servicios funerarios. La unidad volvió una hora después para sacar de la zona a los dos pilotos. El lugar siempre estuvo resguardado por elementos policiales. Incluso más tarde comenzó el arribo de lámparas gigantes que ayudarían en las labores que desplegarían los peritos para continuar con las pesquisas que deslindarían responsabilidades. La postura de la Fiscalía General del estado es que ninguna línea está descartada. Los habitantes narraron a La Voz de Michoacán los hechos: Jesús Buitrón dijo que desde su casa vio cómo la aeronave perdía el control. El piloto intentó levantar nuevamente el vuelo, sin embargo, terminó impactándose con el mismo cerro. Fueron sólo segundos los que tardó la escena, y de inmediato se movilizaron los lugareños para tratar de ayudar. Uno, con motosierra en mano, intentó rescatar los cuerpos con la esperanza de encontrar a alguien con vida. También puedes leer: ¿Quién era Godoy Castro?, el hombre de poder que inspeccionó el campo de la violencia por años “Vi cómo le dio la vuelta al cerro y se escuchó un estruendo muy fuerte de algo que caía. Se trataba del motor. No se veía que las hélices funcionaran y después cayó la unidad”, dijo Maximiliano Buitrón, quien también presenció ese hecho. En realidad, en la zona no hay ruidos escandalosos ni movimiento de tanto vehículo, por lo que cualquier alteración llama la atención de los habitantes, quienes llegaron a la zona e hicieron de inmediato un grupo. Las labores del Servicio Médico Forense concluyeron después de las 05:00 de la tarde, pero la zona quedó bajo resguardo para continuar con las diligencias de aeronáutica. En los pueblos que quedaban de paso sabían de la noticia, que corrió como pólvora. Sin embargo, no sabían que se trataba del jefe de la Policía Michoacán ni del encargado de garantizar los servicios de salud en el estado.
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