Morelia, Michoacán.- Los balnearios del Estado están en condiciones de recibir a los vacacionistas en Semana Santa, así lo informó la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM). Y es que los balnearios de Michoacán fueron monitoreados por la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) y los resultados arrojaron que están dentro de norma. De las 105 muestras tomadas al agua de las albercas y balnearios del estado, 6 de ellas resultaron estar fuera de norma, por lo que se procedió a la suspensión de las mismas y no se permitió la apertura, hasta que los propietarios corrigieron las anomalías detectadas. Es por ello que este muestreo se realiza antes del periodo vacacional, para que en el caso de detectar anomalías, éstas puedan corregirse a tiempo, y los visitantes y turistas acudan sin riesgo a recrearse en temporada de asueto. De las albercas detectadas fuera de norma, 2 se encontraron en la Jurisdicción Sanitaria de Morelia, 2 en la Jurisdicción Sanitaria de Zamora y 2 más en la Jurisdicción Sanitaria de Apatzingán. Ello como parte del programa de Calidad de Agua en las Albercas que se encarga de supervisar permanentemente que las albercas de clubes, hoteles, balnearios y centros deportivos se encuentren aptas, no obstante se intensifica la vigilancia en periodos previos a vacaciones. En el caso de Morelia, se verifica un promedio de 25 balnearios, para vigilar que se encuentren dentro de los límites permisibles de Coliformes fecales y E. Colli. En Zamora se revisan en promedio 20 balnearios y albercas, mientras que en Zitácuaro 11 establecimientos con piscina, Pátzcuaro 9 y La Piedad 7. En Apatzingán se realiza una supervisión estimada a 8 balnearios, mientras que en Lázaro Cárdenas a 10 y en Uruapan a 6 más. Previamente también, los propietarios de los balnearios del estado son capacitados por el personal de la Coepris, en aras de que vigilen que los visitantes se bañen antes de utilizar las albercas, que los sanitarios estén cerca de las piscinas para que quienes acuden no realicen sus necesidades fisiológicas dentro de ellas y para que pongan reglamentos dirigidos a los usuarios que tengan que ver con buenas prácticas de higiene. La cloración del agua de las albercas también es supervisada, al igual que el agua se utiliza para que la gente lave sus manos o se bañe, entre otros aspectos más.