Maricruz Rios/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Doña Estela espera hacer su agosto este 14 de febrero. Como cada año, pone un puesto relativamente grande sobre la avenida Siervo de la Nación donde vende principalmente peluches y regalos para la ocasión. No le tema a los inspectores del Ayuntamiento, sino a la crisis, asegura. Como ella, más de un millón 350 mil michoacanos se dedican a una actividad informal o en condiciones de informalidad, sector que mueve el 69.06 por ciento de la economía laboral. De acuerdo con el más reciente informe de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y con datos hasta el cuarto trimestre de 2018, el 69.06 por ciento presentado a finales del año pasado es ligeramente superior al 69.02 con que cerró el tercer trimestre de 2018, aunque inferior al 71.6 por ciento con que concluyó el 2017. En términos generales, la informalidad laboral se ha venido moviendo entre el 68 y el 72 por ciento durante los últimos cinco años a pesar de los esfuerzos en la materia tanto del gobierno federal como del estatal. La ENOE también refleja que en la entidad hay 49 mil 490 desempleados, cifra que equivale al 2.45 por ciento de la Población Económicamente Activa. En este rubro sí hubo un retroceso entre los indicadores de 2017 y los de 2018, pues hace dos años el último trimestre reportó 2.1 por ciento de población desocupada. INEGI también reporta que la el número de michoacanos desocupados con ocupación parcial, es decir, que no completan más allá de 4 horas laborales al día, representa el 10.4 por ciento de la población. En este sentido, el coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán ya se había expresado en ocasiones anteriores de que, a pesar de la generación de nuevas plazas, las tres grandes problemáticas del empleo eran tres: labores mal remuneradas, empleos temporales y un estancamiento de la economía estatal que prácticamente obligaba en muchas ocasiones a la actividad informal. El caso de doña Estela en la avenida Siervo de la Nación no es el único. Una treintena de puestos invadieron esta mañana la vialidad aprovechando los festejos de San Valentín, con giros que van desde la venta de regalitos, pasando por las florerías y terminando por un par de “rincones gastronómicos” establecidos en dos de las esquinas de mayor afluencia. El mismo comportamiento se pudo evidenciar en un segmento de la avenida Periodismo, a la altura de la colonia Indeco. Vecinos aprovecharon para sacar puestos, además de comercios que expandieron o abrieron sucursales “temporales” a media vía pública. Omar, un vendedor de flores y tarjetas comentó que tiene un local precisamente en la colonia Lomas del Valle, pero aprovecha todas las fechas especiales para poner un puestecito en la avenida o en alguna de las vías más transitadas. “No queda de otra, está dura la economía y a uno le cargan más impuestos. En lugar de invitar a formalizarse es una llamada de atención para buscar otras opciones; mi negocio es familiar, prácticamente, tenemos un par de ayudantes, pero los que participan son mis hijos y mis nueras, un hermano”, detalló. Acomodando las cajas está incluso un joven de nombre Nicolás, quien no cumple todavía siquiera los 15 años pero está bien consciente de la complejidad financiera que atraviesa el estado y su familia: “pues uno ve las noticias, todo mal, mi tío me paga bien, nos cuida a todos, el trabajo no es pesado y nos ayudamos todos, también ayudo en la tienda”. Según información de la ENOE el 30.77 por ciento de los empleos se dan en este tipo de unidades económicas familiares, sin prestaciones como la seguridad social ni reporte de impuestos de ningún tipo. De hecho, la Encuesta revela que el 77 por ciento de la base trabajadora, formal o informal, no tiene acceso a servicios de salud o seguridad social de este tipo en la empresa donde se desempeña. Otro puestero, también de nombre Omar aunque atendiendo un puesto de comida, se queja de la situación pero también del accionar del Ayuntamiento. “Tenía un localito de tacos, pero a cada rato pasaban los inspectores a pedir diferentes tipos de pagos de cuotas, desde verificación de salud hasta licencias, una vez me clausuraron porque no tenía una central para hacer cobros por tarjeta, acá no pasa nada, ni vienen casi”, opina. Y es que uno de las quejas más importantes del sector formal del comercio, al menos del Centro Histórico de Morelia, es la permisividad con que ha actuado el Ayuntamiento encabezado por Raúl Morón Orozco con respecto al ambulantaje, que representa el sector informal más importante del primer cuadro de la ciudad. Acciones como el remover movers, obstáculos e incluso clausurar algunos locales de empresarios establecidos pero permanecer, según la misma iniciativa privada, inoperante en contra de los puestos ambulantes no ha caído bien. Es de destacar que desde septiembre de 2018, mes en que Morón Orozco asumió como presidente municipal, cada mes ha habido alguna festividad por la cual la alcaldía ha otorgado permisos de tolerancia a ambulantes: comenzó en septiembre con las Fiestas Patrias; octubre, con el Día de la Raza; noviembre, debido al desfile por la Revolución Mexicana; diciembre, con motivo del Día de la Virgen de Guadalupe y las fiestas decembrinas; enero, con la venta de Reyes Magos, y en esta ocasión un nuevo permiso a varias decenas de ambulantes por San Valentín.
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