El Universal/ La Voz de Michoacán Ciudad de México. Comienza como un dolor persistente e irritante en el pie o en la parte inferior de la pierna, luego se vuelve más intenso, tal vez con hinchazón, y pronto el corredor siente que está sufriendo una de las lesiones más comunes por correr: una fractura por estrés. Una investigación revela ahora que la gran mayoría de fuerza sobre el hueso proviene de la contracción de los músculos, no del impacto del pie en el suelo al correr. Estas pequeñas grietas en el hueso pueden detener el entrenamiento durante meses o incluso terminar una temporada deportiva. Un segmento de la industria de los dispositivos portátiles multimillonarios pretende salvar a las posibles víctimas de este destino, pero un profesor de Ingeniería de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, encontró un problema importante: los dispositivos están midiendo algo incorrecto. Trabajando con un club de carreras local, un especialista ortopédico que asesora a la ‘NFL Players Association’ y miembro de un equipo de ingenieros de Vanderbilt, el profesor asistente de Ingeniería Mecánica Karl Zelik descubrió que los sensores solo miden el impacto del pie en el pavimento, que es lo que virtualmente hacen todos–, diciendo a los usuarios poco sobre las fuerzas en los huesos que conducen a las fracturas por estrés.