Joven siria estudia en Morelia

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Foto: La Voz de Michoacán. La joven siria se encuentra estudiando en la UNLA.

Dalia González/ La Voz de Michoacán

 

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Morelia, Michoacán. Se encuentra en la capital michoacana la primera estudiante refugiada de Siria, Silva Namo, quien forma parte de los 9 estudiantes que ha traído el Proyecto Habesha.

La estudiante llegó a México, con el motivo de .rabajar con grupos vulnerables para retribuir el apoyo que le han brindado los mexicanos. Para Silva llegar a México fue un respiro de esperanza, debido a las condiciones en las que vivía en el refugio de Irak, donde contaba con oportunidades de estudio.

El proyecto Habesha es una iniciativa internacional de tipo humanitaria liderada por México desde sociedad civil, señaló, Luis Sámano, vocero del Proyecto Habesha, así mismo indicó, “hemos traído 10 estudiantes de varios refugios entre ellos del Libano, Jordania, Iraq, Satari, entre otros”.

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Hasta el momento los 10 jóvenes han sido recibidos por universidades de Aguascalientes, Ciudad de México y Morelia; en el caso de la capital del estado, la Universidad Latina de América fue la que recibió a Silva, cabe mencionar que en mayo se firmó el convenio entre el proyecto y la universidad.

Dicha iniciativa surgió hace tres años a raíz de que el conflicto armado comenzó a agravarse, el cuál dejó en ese año a 11 millones de refugiados, por lo que un grupo de personas comenzó a reunirse en México para generar alguna estrategia que permitiera traer 30 estudiantes al país con el objetivo de enviar un mensaje de paz a la nación hermana Siria, explicó el vocero.

El proyecto, se encarga de tramitar el pasaporte sirio, el visado mexicano, el boleto de avión, gestionar becas, además de que se busca un lugar donde vivir, una mesada para que puedan mantenerse y un seguro médico.

El conflicto

La guerra en Siria ha causado más de 300 mil víctimas mortales, 6.3 millones de personas ha tenido que dejar sus hogares debido a los bombardeos, tan solo en un refugio de Turquía hay 3 millones de personas, en los refugios de Egipto , Iraq o Jordania hay un millón y en el 2016 se registró casi 340 mil solicitudes de asilo en Europa.

Silva Namo, joven de 22 años, nació en el distrito de Al-Malikiyah el centro administrativo de Al-Hasakah en el noroeste de Siria. En el mes de agosto 2013, Silva tuvo que escapar de Siria para poder reunirse con el resto de su familia en el campo de refugiados en Domiz en la provincia de Duhok en el Kurdistán iraquí.

Un año antes de esto, alrededor de 25 miembros de su familia residentes de Damascos la capital del país, huyeron de esa ciudad para refugiarse en su casa familiar en Al-Malikiyah, muy cerca de la frontera con Iraq. En ese mismo año los servicios públicos se colapsaron. El suministro de electricidad era disponible 4 horas por días y solo un día por semana había disponibilidad de agua.

Silva comentó que, durante todos sus viajes para poder encontrar un lugar un poco más seguro donde vivir, perdió muchas personas que quería, tuvo que dejar de ver a su padre por un tiempo, mientras éste preparaba la llegada de la familia a Iraq.

Cuando llegamos al refugio en Iraq, me sentí muy mal, el lugar no era nada parecido a mi casa mis cosas,  ya no era la misma, perdí muchas cosas, mi escuela, mis amigos, fue muy difícil para mí, viví 4 años y medio en el refugio con mi familia, estuve trabajando 2 años ayudando personas en el refugio, cuando me enteré de que existía este proyecto. Recibir esa noticia fue para mí como si un persona moribunda recibiera una esperanza mágica”, expuso.

La joven siria, terminó su preparatoria y debido a los conflictos no pudo continuar sus estudios y se vio forzada a dejar su país para poder acudir a un refugio en Iraq, donde fue invadida por la tristeza.

Comentó que las primeras noches no podía dormir pues había 15 personas dentro de una sola tienda de campaña que había sido provista por la Agencia para los Refugiados de ONU, ACNUR. Durante esta primera etapa Silva sufrió una crisis psicológica, la joven se la pasaba mucho tiempo recostada o sentada sin hablar, “solo pensaba en cómo era posible que estuviera en esta situación”.

Después de recibir el visto bueno del proyecto, Silva se embarcó con rumbo a una nueva vida, una oportunidad de cambiar el panorama de su familia que la apoyó para que esta se aventurara, primero llegó a Harrán en Turquía, para después volar a Moscú y de allí a la Ciudad de México.

Ha sido difícil dejar a mi familia, todo el tiempo estoy pensando en ellos, pero siempre recuerdo porque estoy aquí, tomo fuerza y me concentro en mis objetivos, debo ser fuerte todo el tiempo porque es una oportunidad muy grande que tengo”.

Hace 4 meses que arribó a México, y desde su llegada está tomando clases de español para poder adaptarse y estudiar en la Universidad Latina, misma que le ha brindado la oportunidad de tomar clases de oyente, para que pueda tomar una decisión de qué carrera escoger; Silvia piensa en dos posibles profesiones, ser nutrióloga o dentista.

Por el momento, tendrá que pulir su español mientras que se adapta a su nueva vida en México y será en enero cuando comience su semestre, por lo pronto le están mostrando en la universidad un poco de la cultura mexicana.

Sobre la migración masiva que está teniendo su país, Namo, mencionó que en su país solo se tiene de 2 opciones vivir luchando en el conflicto o migrar a los refugios o a otros países, destacó que la situación es tan grave que es difícil mantenerse en un solo lugar , puesto que los refugios están llenos, por lo que es común que los migrantes utilicen botes o lanchas para poder huir a países como España entre otros más.

La gente se ve forzada a buscar otro lugar donde vivir no es fácil tener que dejar todo, pero solo buscan sobrevivir de un conflicto que afecta a todo el país” expresó.

Resaltó, que pese a que existen varias organizaciones que están ayudando, éstas no dan abasto a toda la población de aquel país, porque toda Siria está siendo afectada, por todo el conflicto, esa es otra razón por la que la gente sigue buscando un lugar seguro donde poder vivir.