Son el olor, la textura, el sabor, además de las costumbres alimenticias de nuestros padres y la sociedad en que vivimos lo que determina el tipo de dieta que desde niños ingerimos, lo cual nos predispone o no a la obesidad de adultos, explicó la doctora Rocío del Carmen Montoya Pérez, durante la primera charla del ciclo “Ciencia para niñ@s y sus papás” que se llevó a cabo este sábado a las 12:00 del día en el auditorio del Centro de Información Arte y Cultura (CIAC) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Al captar la atención de unos 30 pequeños acompañados de sus padres, la investigadora explicó en una serie de proyecciones, cómo lo que es más agradable al paladar no es siempre lo más sano para el cuerpo. En un inicio la información parecía enfocada para los pequeños, pero conforme fue avanzando en el tema, el interés de los padres creció. Explicó cómo captamos los sabores a través de la lengua y la intervención del sentido del olfato para determinar si algo nos gusta o no de acuerdo a su textura, temperatura, olor y gusto. Afirmó que hace unos 10 años los japoneses descubrieron un quinto sabor de los cuatro que conocemos (ácido, dulce, salado y amargo), al que pusieron el nombre de umami, el cual se percibe en la parte central de la lengua, mismo que lo contiene la salsa de soya, el jtomate y en general la comida oriental, al tener entre sus componentes químicos el glutamato monosódico. Respecto de los chiles y la comida regional, explicó que la sensación que le encanta a los mexicanos al tener comida sazonada con este ingrediente indispensable es la de dolor, “a los mexicanos nos gusta que nos duela la comida” definió. De los sabores dijo que aún existe otro que es especialmente agradable para el ser humano: lo grasoso, asociado con lo salado. Así entre los alimentos preferidos entre la gente están las papas fritas, chips, churros. “Más allá del gusto por un alimento, está la necesidad del organismo por ciertas sustancias químicas que necesita el ser humano --explicó-- la grasa en cierta proporción se antoja porque nos proporciona energía, calor y acumulada en el cuerpo se convierte en un aislante de la temperatura ambiente”. El gran reto que tenemos los seres humanos es tener una buena nutrición que logremos asociar con un buen sabor de las cosas, explicó a los papás, que para ese momento de la charla eran quienes más preguntas tenían, “hay prácticas sanas que se deben fomentar, en vez de papas fritas o churritos se puede ingerir un gaspacho, fruta, jugo de frutas naturales, se deben evitar el refresco y agua de sabor ya que llevan gran cantidad de azúcar que no da la sensación de saciedad en el estómago y se sigue ingiriendo sin medida”. Datos sobre las cantidades correctas para ingerir carnes, vegetales, frutas, cereales y panes, frijoles, habas, así como leche, agua y café, sorprendieron a más de uno de los presentes, resulta mejor que ingerir un refresco, tomar té con las comidas. Necesitamos entre 5 y 7 frutas diarias enteras, no en jugo. La proporción de carne de vaca, pollo o pescado para un adulto es de apenas 150 gramos; entre 6 y 8 vasos de agua pura se deben ingerir a diario. La doctora Rocío del Carmen Montoya aceptó que con el ritmo de vida actual, la mayoría de las personas nos preocupamos poco por la dietética y planeamos nuestra alimentación diaria de acuerdo a nuestro estilo de vida y a la herencia de nuestros padres y abuelos, “es necesario preocuparnos por nuestra salud nutricional ya que con ella determinamos no sólo nuestro peso, sino el de nuestros hijos: padres con sobrepeso, engendrarán hijos y nietos con sobrepeso”. El tema es importante, concluyó, ya que en Morelia 3 de cada 4 niños tiene obesidad, esto es, el 75 por ciento de la población infantil, que en su etapa adulta pasará a ser el 90 por ciento de la población. “Por ello es importante darle a los niños a probar todos los alimentos, sin importar si a los papás les agrada o no, acostumbrarlos a las proporciones adecuadas, para que las células que guardan la grasa en el cuerpo y que tienen desde que nacen, los adipositos, no se multipliquen en la infancia, ya que de adultos aunque bajen de peso las seguirán teniendo como parte de su estructura y la heredarán”. Posteriormente se abrió una sesión de preguntas y respuestas, en donde los primeros en preguntar fueron algunos padres y luego una larga fila de pequeños. Cuando quedaron aclaradas las dudas, Rocío del Carmen Montoya hizo algunas preguntas a los pequeños para reafirmar lo aprendido. Fiinalmente, el jefe del Departamento de Divulgación de la Ciencia de la UMSNH, Horacio Cano Camacho hizo una cordial invitación a regresar el próximo sábado a las 12 del día, con amigos y papás de los amigos para la segunda charla que con motivo del Día del Amor y la Amistad, ofrecerá un investigador que hablará de cómo estos sentimientos jugaron un papel importante en la evolución del ser humano.