Jorge Manzo/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Después de que por décadas el sindicalismo magisterial michoacano se mantuvo enquistado en el poder con gobiernos estatales, su opinión era clave y clasificada como “visto bueno” para apoyar a gobernantes, ya que se erigían como los responsables de “nombrar” a secretarios de Educación, poco a poco la autoridad ha ido recuperando la rectoría del sector. La Reforma Educativa si bien trajo una serie de conflictos políticos que hoy la mantienen “moribunda”, sí logró constreñir el margen de maniobra de los dirigentes. Hoy en día, el sindicalismo representado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es la “fuerza básica” del partido Morena, que surge como un movimiento político encabezado por el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. La cúspide en Michoacán la alcanzaron en la era de Leonel Godoy Rangel, en donde tenían el control casi absoluto de los temas educativos. Sus fuerzas básicas se formaban en las filas de las escuelas normales, que intentaron “reconvertir” en gobiernos anteriores. El surgimiento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Michoacán en 1979 significó a la larga uno de los golpes más significativos al sindicalismo institucional. El estado en corto tiempo se posicionó como uno de sus bastiones, al igual que ocurría en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, en donde las decisiones que iban en contra de su ideología, no eran aceptadas. El poder que ejercían en sus inicios logró que ni las políticas federales fueran aplicadas a cabalidad. El poder del magisterio democrático En Michoacán han sido ungidos siete liderazgos visibles. A inicios de los 90, Raúl Morón Orozco se convirtió en el primero, aglutinando a más de 40 mil trabajadores de la educación que en esos tiempos había. A contracorriente, dirigió tanto el gremio disidente, como al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Hoy, es el presidente de Morelia. Al terminar su mandato, Juan Pérez Medina asumió la batuta de la CNTE. Su gestión marcó el inicio de una clara ruptura de ideologías entre los institucionales y los democráticos. En su era comienza el crecimiento de la plantilla de trabajadores en el sector, que hoy en día está valuada en más de 80 mil plazas y que consumen el 95 por ciento del gasto educativo estatal. Él hoy en día es uno de los operadores políticos del partido en el poder. Más tarde, en la era de Sergio Espinal García se logró un proceso de mayor unificación al interior del magisterio pero también es considerada una de las dos dirigencias más radicales en la CNTE, junto a la de Artemio Ortiz. El profesor michoacano ocupó el cargo de titular de esta fracción entre 2001 y 2005, elegido en un congreso realizado en el Estadio Venustiano Carranza, donde participaron más de 25 mil profesores para nombrarlo sucesor de Juan Pérez. Acto seguido, con Artemio Ortiz Hurtado se vivió una de las eras más cruentas del magisterio democrático. Lograron imponer su poder y las confrontaciones comenzaron a subir de tono. En su gestión comenzó el “divorcio” con los gobiernos que iban en contra de sus ideologías o que simplemente no se dejaban someter a su poder. Hoy, él también es un claro y visible actor clave en el partido Morena. Con Jorge Cázares Torres se consolidó la disidencia interna en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Nunca han dejado de ser parte del gremio que rechazan. La oposición a las políticas de los gobiernos federales, quienes marcaron cercanía casi absoluta con la dirigencia institucional, representaron serios choques que se representaron en la divergencia de las políticas educativas, desde la impresión de los libros de texto gratuito. Juan José Ortega Madrigal, quien inconsistentemente con la ideología que pregonaba, gozaba de doble plaza y participaba en la Carrera Magisterial, a la que decía repudiar, marcó un antes y un después en la CNTE. En su gestión se agudizó la división que ya comenzaba a vivirse al interior de la disidencia. El hartazgo social provocó que los trabajadores de “a pie” también tuvieran que deslindarse de las constantes y sistemáticas manifestaciones que realizaban y que terminaban por afectar a los michoacanos. Su era estuvo marcada por denuncias de corrupción y que provocaron las órdenes de aprehensión de figuras visibles del movimiento. Por lo menos 24 carpetas de investigación se abrieron en la Procuraduría General de Justicia en contra de cuadros visibles, en donde se contemplaban a exlíderes. En 2016 inició el mandato de Víctor Manuel Zavala, profesor de Educación Física –con por lo menos tres plazas registradas- en el Fondo de Aportaciones para la Nómina y el Gasto Educativo (FONE). Entre sus responsabilidades ha sido coordinador en Pátzcuaro y contralor del movimiento democrático. Su designación se dio en medio de forcejeos, golpes e insultos. El próximo año concluye su mandato. En su administración, el movimiento recobró el poder, aunque de manera distinta a sus inicios. Con su apoyo, hoy hay gobernantes electos, quienes han impulsado echar abajo la Reforma Educativa, misma que se convirtió en su “enemiga”. A paso lento, recuperación de rectoría educativa Para Mexicanos Primero Michoacán, el poder de los sindicatos se ha constreñido de una forma importante en la medida en la que se ha limitado la incidencia de las cúpulas gremialistas en los asuntos públicos, como hace algunos años sucedía, en los que intentaron incluso impulsar a sus líderes a ocupar el Solio de Ocampo. No obstante, admiten que aún falta mucho para poder decir que el Gobierno del Estado posee la rectoría plena de la educación estatal. Al respecto, en lo general, tanto los municipios, el gobierno estatal como la federación han hecho un buen trabajo en cuanto a no otorgar prebendas extraordinarias a favor de grupos sindicales específicos. Hoy en día, indudablemente el control de la Secretaría de Educación en el Estado lo posee el gabinete educativo, ya que ha sabido ejercer sus atribuciones en un verdadero laberinto que constituye el sistema de actores clave y grupos fácticos, los cuales en su momento tenían a la SEE prácticamente inmovilizada y a su merced”, externó Erik Avilés Martínez, representante en Michoacán. Se rompen incercias “A mitad del sexenio se rompieron inercias que entregaban en caída libre el control de las actividades, recursos y procesos de las instituciones educativas estatales a manos de quienes medraban con ellas. Lo anterior no necesariamente ha sido lesivo para la defensa de los derechos laborales, ya que al acotarse la extralimitación que buscaba generar presencia y control omnímodos de la vida de los michoacanos, los sindicatos han retomado su camino de luchar por el respeto de los derechos de sus agremiados, especialmente en el marco de la crisis financiera que impactó en prácticamente todo el sector educativo”. En cambio, para las hegemonías de cada fracción sindical fue un año complicado, puesto que se exhibieron ante sus bases y en prácticamente todos los sindicatos hubo movimientos en pro de impulsar nuevos liderazgos que derrocaran las viejas prácticas, actos de corrupción y vicios enquistados en movimientos de bases. Caso especial es el de la Sección XVIII de la CNTE, en donde se promueve la revocación de mandato de la actual dirigencia, la cual de cualquier forma irá a un proceso estatutario de renovación en el VIII Congreso Seccional de Bases, con fecha, lugar y términos de referencia por definir. Respecto a los representantes del magisterio michoacano que participaron en el proceso electoral y lograron obtener cargos públicos, muy aproximadamente, a mediados del 2019, concluirá el periodo de curva de aprendizaje para los funcionarios, con lo que estaremos en condiciones de analizar si los funcionarios y representantes populares que fueron impulsados desde el sindicalismo magisterial preservan identidad y conciencia de clase, privilegiando a los grupos de los que son originarios y desde cuya representación accedieron a la función pública”, expuso Avilés. Los grandes retos para 2019 en el sistema educativo estatal: Garantizar la inclusión y la equidad para que las escuelas michoacanas sean auténticas comunidades de aprendizaje en donde se impulse el derecho a aprender en su máxima expresión, desde educación inicial hasta posgrado. Resolver el rezago histórico en infraestructura, equipamiento y asignación de personal en cientos de planteles precarios en la entidad. Respetar los derechos laborales de los trabajadores de la educación, desde la formación inicial hasta la actualización y capacitación continuas. Garantizar los mecanismos de gobernanza, colaboración y participación ciudadana en todos los planteles escolares de la entidad, articulándose de forma municipal y estatal, para que la escuela pública sea asunto de todos y por ende, sea arropada por la ciudadanía. Que la autoridad educativa se responsabilice totalmente por la dotación de recursos dignos y suficientes para que las escuelas de la entidad sean un modelo de la sociedad futura que estamos construyendo colectivamente y se garantice el principio constitucional de gratuidad educativa