Masacre e impunidad

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

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Por: Raúl Castellano.

 

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México ha venido viviendo una etapa de violencia en todo el territorio nacional, que hace que la gente viva atemorizada, por decir lo menos. Las cifras de muertes violentas, muchas de ellas por ejecuciones de bandas delictivas, luchas por la dominación de territorios para la venta y distribución de drogas, levantones, desapariciones forzadas y otras más, nos darán una cifra de muertos que solo ocurren en lugares donde hay guerras declaradas.

 

La muerte violenta se ha enseñoreado entre nosotros. Todos supimos en su momento, que en España existió una organización terrorista vasca, que se formó en el norte de aquel país, y que se llamó, Euzkadi Ta Askatasuna, que en lengua vasca significa: Patria Vasca y Libertad, de ahí que se le conociera mejor como ETA, por sus iniciales. Esta organización que mató a muchas personas, muchos de ellos policías, operó cerca de 50 años, casi medio siglo. Bueno, en todo ese tiempo, solo consiguió matar a 829 personas.

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Pues bien, con la intención de dar al lector una cifra comparativa, señalaré que en México, del 1º de enero de 2016 a septiembre del mismo año, se lograron localizar 855 fosas clandestinas, de las que fueron exhumados 1,548 cuerpos.

Como podemos ver, esta cifra resulta ser casi el doble de las personas asesinadas por ETA en casi 50 años. Aquí, en solo 9 meses, asesinaron al doble de seres humanos.

 

Ahora bien, dentro de estas cifras del horror figuran dos hechos, dos crímenes proditorios. El primero que mencionaré, aunque no ocurrió antes que el segundo, es la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Rural de Maestros de Ayotzinapa, en el Estado de Guerrero. El segundo, es el de la masacre ocurrida hace siete años, en Allende Coahuila, que llevaron a cabo los Zetas, con la complicidad del Gobernador del Estado, Humberto Moreira. Los dos hechos tienen en común la participación de las autoridades, lo que desde luego agrava los hechos.

 

De los 43 estudiantes de Ayotzinapa, por ser un caso de sobra conocido, me limitaré a decir que este grupo de jóvenes fueron detenidos por la Policía de Iguala para evitar que interrumpieran el acto en el cual la esposa del Presidente Municipal daría a conocer el informe del DIF. Ya en manos de la policía, estos los entregaron a un grupo delictivo que opera en la región, y que  los hizo desaparecer. Hoy se habla de que ya se ha averiguado toda la trama de esta tragedia.

 

Respecto de la masacre de Acuña, ocurrida hace siete años, debemos recordar que Humberto Moreira, siendo Gobernador, entregó el Estado a los Zetas, para que pudieran operar en todo ese vasto territorio. A cambio de esto, los Zetas entregarían periódicamente una fuerte suma de dinero, misma que le llevaban a Saltillo, conforme a lo que declaró uno de sus miembros que fue detenido y procesado en los Estados Unidos por lavado de dinero y operar con recursos obtenidos de manera ilícita.

 

Los hechos ocurrieron el 18 y 19 de marzo de 2011. De lo ocurrido nada se supo, pues las autoridades, coludidas, no intervinieron y, además, no informaron nada de lo ocurrido, por otro lado, la gente estaba demasiado asustada para presentar una denuncia. Coahuila por ese entonces, era tierra de nadie.

 

Ahora se sabe que la masacre fue consecuencia de un error de la DEA, la agencia de EE.UU. encargada del combate a las drogas. Resulta que la DEA compartió información confidencial con funcionarios mexicanos, consistente en el propósito de que querían detener a Miguel Ángel Treviño, el Z-40 y a su hermano, y se llevó a cabo un operativo que fracasó. Hubo evidencia de que la Policía Federal filtró datos para alertar a los cabecillas de los Zetas.

 

En Allende no había ninguna autoridad y los Zetas llevaron a cabo su venganza, por lo que, como estaba planeado, las autoridades no respondieron a los ataques. Los pobladores quedaron a merced de los delincuentes, que mataron gente, derribaron casas, otras las saquearon; en fin, se desató la barbarie.

 

¿Qué cuanta gente murió? No lo sé de cierto, pero me parece que se habló de 300 personas. Una atrocidad.

 

Y frente a eso, la impunidad. Todo mundo sabe que Moreira protegió a los Zetas a cambio de dinero. No obstante, no solo está libre, sino que está protegido por Peña Nieto, a tal grado, que cuando fue a dar a la cárcel en España, a petición de Peña fue liberado, y ahora disfruta de sus muchos millones mal habidos. Moreira tiene un largo historial delictivo. Entre esos, está el haber dejado al Estado con una deuda de más de 33 mil millones de pesos, lo que resultó en la quiebra de las finanzas estatales.

 

Con su dinero, Moreira pudo imponer a su hermano, para así cubrirse las espaldas.

 

No es creíble que en un país que se ostenta como democrático, puedan ocurrir todas estas cosas y que se le otorgue impunidad absoluta, a uno de los ex gobernadores más corruptos, dentro de esa larga lista que nos ofende a todos y que nos mueve a la indignación.

 

México debe cambiar ya. Debe cambiar cuanto antes, porque de otra manera va a resquebrajarse hasta el fondo, y para entonces ya no habrá remedio.

 

 

 

6/III/18.