"México con 92% de católicos y con tanta violencia, es absurdo": Suárez Inda

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Al Cardenal designado Alberto Suárez Inda le preocupa de Michoacán la situación por la que atraviesan las familias y los jóvenes, la figura y el prestigio que tienen los profesores y que existan gobernantes en quien confiar sin que muestren comportamientos soberbios o egoístas.

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“Son cosas básicas y fundamentales pero para esto todos tenemos que trabajar unidos. Me preocupa que los maestros tengan el prestigio de ser líderes en sus comunidades y que tengan una autoridad moral ante la juventud”, expresó en entrevista telefónica para el noticiero de La Voz TV.

En este sentido, el purpurado consideró que la política es una actividad muy noble que necesita mucha honestidad y un espíritu de sacrificio por parte de sus actores. “De ninguna manera es un medio para una vida egoísta o de soberbia, sino para un servicio humilde, es un verdadero apostolado la política bien entendida”, recalcó.

Consideró que entre los actuales actores políticos existen algunos que tienen la capacidad para ocupar el puesto que les corresponde. Esperó que existan las condiciones naturales para que se puedan desarrollar las elecciones el próximo 7 de junio y se conozca a quienes definirán el futuro de Michoacán.

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El ahora príncipe de la Iglesia Católica manifestó que al haber tantas necesidades, la propia gente debe animar a otros a que trabajen y hagan desde su trinchera una labor con verdadera responsabilidad, entusiasmo y esperanza.

El purpurado comentó que durante el único dialogo que ha mantenido con el Papa Francisco, que fue en el mes de mayo pasado y que éste quedó impactado por la situación que vivía Michoacán.

“Veía como una paradoja que siendo México un país con el 92 por ciento de gente que se confiesa católicos, vivamos situaciones tan absurdas como son muertes sangrientas a cada día, secuestros, extorsiones, amenazas, miedo e inseguridad, es algo que no se concibe”, advirtió.

Suárez Inda confesó que todavía se siente algo aturdido por la noticia ya que fue una sorpresa muy fuerte e inesperada. “La estoy asimilando y digiriendo, pero por otro lado estoy muy agradecido por la confianza del Papa, es como un regalo para México y para Michoacán, para la arquidiócesis de Morelia, es un gesto de cariño y de preocupación del Papa por nuestro pueblo”, comentó.

El octavo Arzobispo de Michoacán, aclaró que el estilo de vida no cambia para Suárez Inda, ya que la vida seguirá siendo igual pero ahora con un mayor trabajo por lo que tendrá que racionalizar la fuerza que le resta y delegar responsabilidades.

Aclaró que su misión como Arzobispo de Morelia continúa en tierras michoacanas y que únicamente se añade más trabajo como lo es el ser parte del órgano consultivo del Sumo Pontífice en el Colegio de Cardenales, por lo que de vez en cuando estará viajando a la ciudad de Roma.

“Ser Cardenal significa parte de aquella Diócesis Primada de todo el mundo que es Roma en donde el sucesor de Pedro es cabeza de todos los Obispos del mundo. Más que un honor lo siento como un peso, como una responsabilidad de una mayor entrega. Simbólicamente es participar del martirio, el color rojo de la vestimenta cardenalicia indica la sangre que uno tiene que estar dispuesto a (ofrecer)”, comentó.

El purpurado apuntó que hasta el momento desconoce si el Santo Padre lo designará como miembro o consultor de algunos de los organismos de la Iglesia Universal, ya que en el Vaticano hay una especie de secretarías dedicadas a temas de educación, salud, seminarios, o vida religiosa.

Indicó que su principal función será continuar al frente del gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Morelia y tratar de servir a los ciudadanos con la participación de sus hermanos Obispos de Michoacán en una nueva evangelización para lograr la reconciliación del estado. “Que todos los católicos laicos asuman su papel, esa es la principal visión de un Obispo y de un Cardenal con mayor razón”, dijo.

El príncipe de la Iglesia Católica resaltó la necesidad de trabajar mucho en la educación de las nuevas generaciones y en la
concientización de quienes tienen responsabilidades públicas como empresarios, académicos y políticos para que haya una sociedad digna que refleje la condición de verdaderos ciudadanos con sentido de honestidad.