Morelia, Michoacán. El beato sahuayense José Sánchez del Río, conocido como "El niño cristero", será canonizado el 16 de octubre, anunció El Vaticano. [pageview url="http://www.lavozdemichoacan.com.mx/infografias/infografia_santos/santos/santos4.html" width="740" height="1120" ] José Sánchez del Río fue cruelmente asesinado a los 14 años de edad durante la sangrienta Guerra Cristera, que enfrentó de 1926 a 1929 a las tropas del régimen revolucionario con un movimiento católico campesino que se levantó en armas contra el anticlericalismo del nuevo Estado. El nuevo santo mexicano alcanza la gloria de los altares por haber intercedido en un milagro: la curación de una niña que nació hace cinco años con un 90% de muerte cerebral. Sánchez del Río nació el 28 de marzo de 1913, fue un joven católico que participó en la Acción Católica de la Juventud Mexicana y cuando estalló la Guerra Cristera en 1926 quiso unirse a las fuerzas de la resistencia, pero su madre no se lo permitió. El proceso y ejecución de José fue presenciado por dos de sus amigos de la infancia. Uno de ellos, el padre, quien "presenció aquellos hechos admirables y se grabó en su corazón para siempre el ejemplo de fidelidad a Cristo Rey que había recibido de su amigo mártir José. En varias ocasiones, el padre ha narrado el martirio de José, sobre todo cuando habla a los jóvenes para mostrarles un ejemplo claro de cómo tiene que ser todo cristiano auténtico. El viernes 10 de febrero lo sacaron de la parroquia al mesón general del ejército federal. Le desollaron las plantas de los pies y lo obligaron a caminar con los pies desollados por la calle Insurgentes, hasta topar con lo que hoy es el Instituto Sahuayense; dieron vuelta en el boulevard y siguieron hasta llegar al panteón municipal. Durante todo el trayecto, José iba dando gritos y vivas a Cristo Rey y a la Virgen de Guadalupe. Llorando pero a la vez rezando por el camino, le fue señalada su tumba y poniéndose al pie de ella fue sometido a ahorcamiento y acuchillamiento por sus verdugos.Uno de ellos, Rafael Gil Martínez apodado "El Zamorano", lo bajó del árbol donde había sido colgado y le preguntó: ¿Qué quieres que le digamos a tus padres? José respondió con voz de mucha fatiga: ¡Que viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos! El verdugo sacó su pistola y lo mató de un tiro en la sien. Eran las 11:30 de la noche. Su festividad sería el 10 de febrero, día en el que murió.