Juan Bustos/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Las mujeres dedicadas a la ciencia enfrentan desafíos importantes, tanto para el desarrollo profesional como el tener lidiar todavía con los roles tradicionales asignados a las féminas en la sociedad: al decidir tener un hijo o criarlo puede interrumpir varios años sus carreras, señalan académicas nicolaitas, quienes, en el marco del Día Internacional de la Mujer, apuntaron que se tiene que romper estereotipos de que las carreras de este tipo “no son para las chicas”. En un contexto donde en México únicamente el 36.6 por ciento (unas siete mil mujeres) de los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) es sector femenino, y donde de las más de 63 mil becas que se otorgan a través de Conacyt, sólo 46.5 por ciento son para mujeres; y en el programa de Cátedras para la Investigación, 42 por ciento son féminas. En entrevista con la Voz de Michoacán, Alejandra Ocho Zarsosa, investigadora nicolaita nivel II del Sistema Nacional, subrayó que una carrera científica implica sacrificios muy particulares para las mujeres a diferencia que sus pares hombres: “A lo mejor hay que postergar etapas importantes de nuestras vidas como mujeres, entre ellas la maternidad o la crianza de hijos”. La directora del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología, Manifestó que incluso muchas veces las investigadoras tienen que empatar su actividad científica como el de ama de casa, “esta diferenciación se ve en los números del SNI, donde realmente se ve que son pocas las mujeres frente a los hombres”. Subrayó Alejandra Ocho incluso para muchas investigadoras el tener a una pareja que rompa estos esquemas y con el que se compartan las labores es una “fortuna”, en términos de que permiten el desarrollar una vida académica y poder tener una familia. Consideró que sí hace falta una política integral en la vida académica que tenga consideraciones para mujeres que tiene esta carga, y donde hasta temas como las cuotas de genero para temas de puestos directivos ligados a los centros de investigación, y no como una manera de imposición, sino de contemplar circunstancias que le afectan a las mujeres que tienen que desarrollarse en la investigación. “Existen avances importantes, sin embargo, aún hay pendientes con las mujeres, porque hay un trato diferenciado en ciertos aspectos; es importante la equidad de género, las visiones se enriquecen a diferencia de comités o áreas solo integradas por hombres”, dijo. En torno a las concepciones que se tienen de que las carreras científicas o tecnológicas, solo son para los varones, Alejandra Ocho dijo que hay una integración de las mujeres cada vez más amplia, particularmente en el área químico biológica. Ocho Zarsosa se especializa en la primera barrera de defensa de las células durante la interacción hospedero-patógeno, y desde hace varios años, ha estudiado el efecto que ejercen pequeñas moléculas de defensa conocidas como “péptidos antimicrobianos” durante esta interacción, particularmente aquellos producidos por plantas. En una trinchera muy similar, María Guadalupe Zavala Páramo, también investigadora nicolaita, expuso que aún se tiene hacer frente a una sociedad sexista y racista, “como investigadoras, se dan casos de que hay discriminación, aunque no es tan abierta como se puede observar en otros niveles”. Coincidió con su homóloga en términos de que en la parte personal es muy importante la pareja con la que están para lograr equilibrios en caso de que se quiera llevar una familia, “donde se compartan una responsabilidad en las actividades, no hay facilidades para las madres de familia o amas de casa”. Manifestó que un ejemplo claro en su caso es que las mujeres tienen que planificar el momento exacto en que se quiere tener familia, “esto va impactar en cuando nosotros después de tener el hijo vamos a incorporarnos al trabajo”. Señaló en su caso implicó, por ejemplo, en que su pareja se contrató en una universidad antes que ella; “tuve que retrasar la actividad profesional para la maternidad, me fui a estudiar el doctorado fue muy pesado y demandó mucho más”. La investigadora y fundadora del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología consideró que se requiere facilitar algunos temas muy finos, “las políticas se tienen que mejorar si uno tiene por razones personales destinar un poco más de tiempo a esos asuntos, que esos asuntos no nos afecten en las evaluaciones”. Subrayó María Guadalupe Zavala que el hombre no tiene que atender familia muchas veces y las parejas de ellos asumen estos roles por lo que para las investigadoras la brecha es enorme, “las evaluaciones son académicas e iguales para todos, pero no con la misma carga que traemos nosotras, es un tema que se debería analizar”. Para cerrar, subrayó que, en caso de la incursión de las mujeres en carreras de ciencia y tecnología, aún es un tema que no agrada o se entiende al generar estereotipos en torno a que las mujeres son una “princesas” y juegan con muñecas porque son frágiles, y que condicionan a que las mujeres no entren a ingenierías, carreras sólo de hombres, tema que de a poco se supera, pero todavía hay mucho trabajo. “Soy bióloga egresada de la UMSNH, hice maestría en biología experimental en la Universidad de Guanajuato e hice mi doctorado en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato y soy fundadora del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología”… un trabajo intenso que ha significado incluso más esfuerzo del normal sólo por el hecho de ser mujer.