¿Qué tan factible es que en un par de décadas se puedan desarrollar robots con características similares al ser humano? ¿Podría una máquina automática ser capaz de sentir emociones como las personas? ¿Llegará un momento en que los humanos sean desplazados por entidades virtuales? ¿Cómo se encuentra México en comparación con otros países en innovación robótica?. Estas han sido algunas de las inquietudes que desde hace años la población se ha hecho, y que este sábado, fueron explicadas por investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y de la Universidad Autónoma de México (UNAM), al culminar la película de ciencia ficción “Yo, robot”, que forma parte del ciclo de cine comentado “La Ciencia en el Séptimo Arte 2014”. Con una gran participación sobre todo del público infantil, los científicos argumentaron los escenarios futuristas que podrían cristalizarse en años posteriores, y descartaron algunas de las tesis que se plantearon en el filme del director Alex Proyas. A decir del profesor-investigador de la máxima Casa de Estudios de la entidad, Moisés García Villanueva, estamos lejos de crear robots con la capacidad de evolucionar como los humanos. “Actualmente se crean robots que cumplen actividades muy precisas, porque su concepto es que son máquinas que ejecutan cosas de manera eficaz y repetitiva, pero a corto plazo no se vislumbra un panorama como el que muestran en la cinta cinematográfica”. En este mismo tenor, la doctora adscrita a la UNAM, campus Morelia, Ireri Rojas puntualizó que difícilmente se podrán simular la cantidad de neuronas que tenemos los seres humanos; “mientras nosotros tenemos miles de millones de neuronas, una máquina apenas podría intentar simular millones de éstas”. Asimismo, descartó que los robots logren desarrollar sentimientos, toda vez que, dijo, lo único que podrían hacer es simular alguna emoción y mostrar cierta simpatía con alguna persona que manifieste algún sentimiento. “Por ejemplo, en el caso de que una persona se mostrara decaída, lo máximo que llegarían a hacer es poner una cara triste”. En cuanto al desarrollo tecnológico, el doctor García, de la Facultad de Ingeniería Eléctrica, reconoció que existe una brecha grande entre las naciones asiáticas y México, toda vez que mientras en nuestro país utilizamos cientos de robots en la industria manufacturera, en naciones como China y Japón (líderes mundiales en robótica), emplean miles de entidades virtuales en el área industrial.