Agencias/La Voz de Michoacán Key West, Florida. "¿Les han dicho que estamos en plena evacuación? Escuche, es obligatoria, está viniendo un huracán de categoría 5, urgimos a todos los residentes a que se vayan". La agente de policía Janeth Del Cid advierte –tajante– a un grupo de personas en una calle habitualmente turística de Key West; ahora está casi desierta. Quienes escuchan a la agente la miran escépticos. Desde el miércoles en la noche, los residentes de los Cayos del sur de Florida, un conjunto de islas con más de 70,000 habitantes, deben marcharse al norte por la alta vulnerabilidad de la zona ante el paso del potente huracán Irma. Al menos 31,000 ya habían huido al norte antes que eso, según dijo el gobernador Rick Scott. Pero hay quien se queda. Por trabajo, por falta de dinero, por confianza en que no pasará nada, porque siempre se han quedado... La policía de Key West dice que no puede detenerlos por no irse, pero que durante el huracán no habrá médicos ni bomberos ni policías para rescatarlos. Estos son sus testimonios: "Demasiado dinero" "¡Evacuación para todo el mundo!", dice Armando Sánchez, un cubano que lleva 14 años en Key West. "Pero yo no tengo una economía tan grande como para irme a un hotel y no sé cuando voy a volver". Dice que el costo de evacuar sería demasiado alto para él, su esposa y su hijo: comprar gasolina hasta llegar mínimo a Orlando (400 millas), muchas noches de hotel, comida... Por eso deja el tráiler en el que vive y se marcha a casa de su suegra, en la misma isla pero en un edificio más alto. Se va con las últimas bolsas en auto con su hermano y dejan en la puerta de casa un pequeño bote. Si sube mucho el agua, como máximo, se pondrá a flotar, anticipa Sánchez. "No conocemos a nadie en el norte" Salvador López, inmigrante mexicano, recuerda que el huracán Katrina le dejó agua hasta la cintura en su casa tráiler en los cayos de Florida en 2005. "Siempre hemos pasado (los huracanes) aquí". Esta vez también se quedará en su hogar hasta que el agua empiece a subir. Si llega al nivel de la cintura prevé –en plena inundación– moverse en auto a casa de un compañero de trabajo en la misma isla. "Esa es de concreto, aguanta más el viento", justifica. ¿Pensó en marcharse al Estados Unidos continental como piden las autoridades? "No conocemos a nadie y no tenemos tanto dinero", contesta. "Los jefes no están y ahora somos los encargados" El hondureño Jorge Goff tiene listas dos bolsas de basura grandes y negras con su ropa y sus documentos. Se marcha de su casa tráiler al hotel donde trabaja en Key West. Se refugiará y laborará desde allí: con cuatro compañeros, se ocuparán de los animales, de las piscinas, de resguardar todo antes de que las ráfagas de viento sean incontrolables. Sus jefes sí se han marchado de los Cayos. "Los jefes confían en uno. Ellos no están allí, presentes pero siempre nos están llamando por teléfono". Pasará el huracán en The Paradise Inn. "No tengo miedo" Un compañero de casa de Jorge, el mexicano José López, 31 años, se refugiará de momento en el tráiler. "Yo no tengo miedo", dice. "Esto es lo que tengo que hacer". Dice que si Irma es peor que Katrina, tiene algún escondite a donde ir. Admite que su casa es muy vulnerable: "Si viene un huracán fuerte esta trailano va a aguantar". Tiene tres habitaciones, viven cinco personas, las láminas metálicas ya están abultadas y han puesto varias maderas en las pocas ventanas al exterior.