Regina quiere jugar “voli” y Alondra casarse; ambas luchan contra el cáncer

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Foto: Víctor Ramírez. Regina espera volver a clases y jugar “voli”; Alondra planea casarse, ambas esperan que termine su tratamiento contra el cáncer.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Este 15 de febrero se conmemoró el Día Internacional del Cáncer Infantil, es una fecha para recordar a todas esas personas que, incluso antes de cumplir la mayoría de edad, recibieron la noticia de que enfrentaban este padecimiento. Tanto compleja como muchas veces mortal, es una situación a la que llegan cerca de 100 niños michoacanos cada año, como el caso de Regina y Alondra, pacientes del Hospital Infantil de Morelia.

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Una mascarilla azul cubre la barbilla de Regina. Mientras permanece sentada se ve inquieta, se mueve de un lado a otro de la silla y recarga su rostro sobre la mesa. Bajo sus ojos grandes se han marcado dos círculos rosados, pero cuando sonríe su rostro se vuelve a iluminar. Lleva puesta una gorrita tejida con dos detalles a los lados que asemejan colitas de cabello rubio.

Dice que se la regalaron, que en realidad, le han regalado muchas gorritas y en el hospital la “chiquean” mucho.

Su madre, Saraí, precisa la edad de la pequeña paciente. Tiene siete años y desde hace ocho meses la diagnosticaron con leucemia. Después de haber sido atendida en Zamora por diversos médicos fue trasladada al Hospital Infantil de Morelia.

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Me acuerdo que los primeros síntomas que tuvo fue que le dolían los huesos, no quería comer, se le complicó una infección en la pancita que no se le quitaba y ya en un momento nos mandaron a hacer unos estudios para descartar leucemia. Honestamente creíamos que era un dolorcito normal, nunca creímos que iba ser algo tan grande. La verdad, en esos momentos se te viene el mundo encima, mi niña nunca había pisado un hospital, este fue el primer hospital que ella pisó”, rememoró la madre.

“Me gusta el volibol, yo jugaba en una cancha, empecé desde los seis años”, recuerda Regina. “Ella practicaba voli, entrenaba de forma regular y de repente empezó con que le dolían las articulaciones y yo creí que a lo mejor le dolían porque a lo mejor le dio mal al balón o algo, nunca nos imaginamos que iba a ser leucemia”, agrega la madre. “En la escuela me iba bien, aunque ya no he ido”, añade la pequeña paciente.

Foto: Víctor Ramírez. “Me gusta el volibol, yo jugaba en una cancha, empecé desde los seis años”, dice Regina, de siete.

Saraí explica que su hija no alcanzó a concluir de forma regular el primer año de primaria, ya que prácticamente tuvieron que dejar toda su vida en Zamora para mudarse a Morelia, donde su esposo consiguió un nuevo empleo y ocuparon una nueva casa en renta, todo con miras a luchar contra la leucemia de la niña.

El director general del Hospital Infantil, Francisco Vargas Saucedo, explica que Regina forma parte del programa “Sigamos Aprendiendo”, con el que algunos de los pacientes reciben clases de educadoras de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en sus hogares para evitar su desactualización en el área académica.

La madre reconoce que la parte más difícil del tratamiento son las sesiones de quimioterapia que tienen una duración de 24 horas, pero por otra parte han recibido un importante apoyo de parte de sus familiares y del personal del hospital. “Son muy atentos. Cuando nuestro doctor se va de vacaciones nos llega su mensaje que me pregunta cómo está Regina”, comenta Saraí. “Me chiquean mucho”, reitera la paciente y se toca la gorrita tejida, aunque dice que no se acuerda quién se la dio. Su madre explica que le han regalado muchas.

Alondra, con planes para el futuro

Mientras Regina espera llevar a cabo su tratamiento para regresar a la escuela y volver a jugar el deporte que tanto le gusta, Alondra ha llevado un proceso de tratamiento de casi tres años en el mismo nosocomio. Cuando fue diagnosticada todavía era menor de edad, ahora tiene 19 años y espera que las quimioterapias terminen aproximadamente en cuatro meses. Además, ya tiene planes para después de que eso ocurra.

De repente dejé de comer, sentía dolor de cabeza y me la pasaba acostada, aunque antes era una persona que se la pasaba para arriba y para abajo, lo que más me gustaba era jugar baloncesto”, comparte la paciente.

Foto: Víctor Ramírez.

Los recuerdos son amargos, fuertes, difíciles de traer a la mente y más difícil todavía de compartirlos. Se conmueve, deja de hablar y busca recuperar las fuerzas en el abrazo de su doctora, Silvia Chávez Gallegos, jefa del servicio de oncología. Los especialistas coinciden en que enfrentar el cáncer es un proceso sumamente difícil emocionalmente para un menor de edad, es por ello que se requiere de la calidez en el tratamiento y el apoyo de los familiares. En el caso de Alondra, ese respaldo lo ha encontrado especialmente en su padre.

Para los tres años que llevamos de tratamiento va muy bien; a comparación de cómo estaba cuando la traje, va mucho mejor. Me acuerdo que estaba muy mal cuando la traje. La tuvimos ocho días internada en Uruapan y no me daban un diagnóstico fijo de ella de qué era lo que tenía. Cuando llegamos aquí, ya nos dijeron que tenía”

Al igual que Alondra, la voz le flaquea por un momento al padre soltero: “Fue doloroso, pero es mejor saber para seguir el tratamiento".

Alondra dice que son cuatro meses, casi tres, los que le faltan en su proceso de quimioterapias. Cuando le preguntan qué sigue en su vida, responde sin contratiempos: “Pues casarme”. Pero no tiene una fecha precisa. “Estamos en eso", dice, "va a ser por el civil y después por la Iglesia. Desde antes que empezara con esto, yo ya tenía novio y él ha estado conmigo en todo el proceso”.

Más del 60 por ciento lo logran

Silvia Chávez Gallegos, jefa del servicio de oncología del Hospital Infantil, explicó que los pacientes de cáncer de esta unidad se dividen en dos grandes grupos de los que forman parte Regina y Alondra, es decir, niños pequeños en edad escolar y jóvenes que están prácticamente por cumplir la mayoría de edad. Añadió que cerca de la mitad de los pacientes de cáncer del hospital padecen leucemia y se tienen un registro actual de sobrevida por encima del 60 por ciento.

Foto: Víctor Ramírez.

Cuestionada sobre la tendencia de casos de cáncer infantil en Michoacán, la especialista respondió:

En el 2003 tuvimos un registro anual como de 60 u 80 casos, más o menos del 2006 al 2009 tuvimos un promedio de 100 pacientes por año, del 2010 al 2017 tuvimos de 70 a 85 pacientes por año y el 2018 lo cerramos con 90 pacientes nuevos, incrementó un poco, pero la constante ha sido de 100 por año”.

Precisó que sí hay un ligero aumento en el número de casos, pues los años anteriores donde hubo cerca de 100 registros correspondían también pacientes de zonas cercanas, en tanto que los 90 casos de 2018 son específicamente de Michoacán. Mientras que Vargas Saucedo añadió que el hospital actualmente atiende a 180 pacientes, de los que cinco cumplieron la mayoría de edad, al igual que Alondra.