Arturo Molina/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Derivado del agotamiento del acuífero subterráneo superior, la ciudad de Morelia se hunde a un ritmo de hasta 6 centímetros al año. Un comportamiento riesgoso y muy similar al observado en urbes como la Ciudad de México y regiones geográficas de la Megalópolis. Información de Víctor Hugo Garduño Monroy especialista en Geología Estructural e investigador del Departamento de Geología y Mineralogía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), reveló para esta casa editorial que este comportamiento se debe a que el mismo peso de las estructuras civiles en combinación con la ausencia de agua en el acuífero, lo que ha derivado en la tendencia de hundimiento. Si bien algunas unas zonas de la ciudad presentan menor grado, el hundimiento es generalizado. En tanto unas áreas de la ciudad se hunden a un ritmo de los 2 centímetros de profundidad otras se encuentran a 6 centímetros. Actualmente, se tienen ubicadas al menos doce fallas que son el indicador latente del riesgo que implica que se extraiga agua y no se permita la recarga del acuífero. Por lo anterior, el geólogo especialista explicó que la falta de manejo en el crecimiento de la ciudad y el uso de agua desproporcionado ha generado esta situación. Advirtió la necesidad de que se actualicen los atlas de subsidencias, peligros sísmicos así como estudios de microzonificación para analizar el comportamiento del suelo ante una catástrofe natural como movimientos telúricos e inundaciones. Tiene que ver con cuánta agua sacas y cuánto se va a hundir. El volumen que quitas del agua es el mismo que se tiene que hundir porque el soporte lo pierde. Hay más de 12 fallas. Todas orientadas masomenos igual. Van de este a oeste o las otras que están más al norte y que son fallas que se hunden hacia el norte. Es un fenómeno muy natural que todas las ciudades que se edificaron en antiguos lagos van a presentar este problema de los sedimentos se hunden. Ciudad de México, Celaya, Querétaro, la Piedad, Salamanca, Tarímbaro y Santa Ana Maya, están viviendo este problema porque crecieron sobre un acuífero”, precisó. El primer reporte de hundimiento se dio a conocer en 1985, uno de los principales indicadores fue el hundimiento del edificio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la avenida Nocupétaro, el cual debido a la deformación del suelo, ya fue derribado. Pese a las advertencias de los especialistas y la ubicación de las fallas, el desarrollo habitacional ha continuado sobre las fallas que ya han comenzado a generar afectaciones a las viviendas. Es a partir de esta falla ubicada en la avenida Nocupétaro, en donde se ha registrado la mayor tasa de hundimiento orientándose hacia las colonias ubicadas del norte de la ciudad.