Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Si bien en años anteriores el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lanzó una estrategia encaminada a ofrecer un buen trato al derechohabiente y reducir los tiempos de espera en los servicios médicos, hoy en día continúan las quejas e inconformidades en estas áreas de atención. El señor José Luis Ortiz Arias, de más de 65 años de edad, representa uno de estos casos, pues denunció que ha esperado casi dos meses para ser atendido por un problema ocular y recientemente fue sujeto de malos tratos en una de las unidades médicas del instituto en la capital del estado. De acuerdo con la CEDH, ha disminuido en número de quejas presentadas ante este organismo en prácticamente un 15 por ciento, aunque esto no significa que la problemática haya desaparecido o que evidentemente exista una mejor atención, pues sigue existiendo una cifra oscura de pacientes y derechohabientes que no denuncian porque creen que no pasará nada o bien que recurren a otras instancias para hacerlo. El caso de José Luis Ortiz José Luis Ortiz es un ciudadano de la tercera edad y con un problema de catarata ocular que quiso hacer público uno de estos casos. En su caso, expuesto a La Voz de Michoacán, explica que a finales de diciembre de 2018 fue referido de la Clínica 75 a la Clínica 83 del IMSS para recibir una consulta de medicina interna. Sin embargo, en esta segunda unidad se le informó que esas consultas se otorgarían hasta inicios del siguiente año, por lo que nuevamente se presentó el día 11 de enero de 2019 y se le dijo que la cita sería hasta el día 6 de febrero a las 10:00 de la mañana. De acuerdo con su versión, se presentó con una hora de anticipación a su consulta y, sin embargo, ya había una fila de 44 personas en espera. Por ello, preguntó en recepción si alcanzaría a ser atendido ese día, a lo que recibió una respuesta positiva, de manera que regresó a su lugar número 45 en la fila. Había pasado más de un mes desde que fue remitido a la Clínica 83, y más de tres horas de pie en la fila, cuando se le informó que no se le podía dar la consulta porque no contaba con su pase a la Unidad Médica Ambulatoria (UMA). Malos tratos y contradicciones Ortiz Arias afirma que fue entonces cuando se presentó su inconformidad, pues la misma persona que revisó sus documentos y le dijo que estaban en orden, le informó que le faltaba el pase a la UMA, se negó a respetar su lugar de espera y tuvo gestos por los cuales él se sintió ofendido. A continuación, se presenta la conversación que tuvieron, de acuerdo con la versión del derechohabiente. Ahorita le traigo el pase que falta”, señaló el paciente, a lo que la persona que le atendía respondió: “Aunque lo traiga se va a tener que formar de nuevo”. “Tengo tres horas formado, respéteme el lugar. Ahorita vengo”, pero la empleada contestó que “si no se vuelve a formar, no le doy cita”. “Formarme en un lugar que es como el 85 a partir de este momento, no se me hace justo”, reclamó el derechohabiente. “Pues si no se forma, no le doy consulta, o vuelva el próximo mes”, advirtió la empleada. “Mire, señorita, no me gusta su sonrisa sarcástica, deme por favor su nombre”, pidió el paciente; “no, ¿por qué?”, y él respondió: “Para no equivocarme al poner mi queja”. En entrevista con La Voz de Michoacán, José Luis Ortiz explicó que la señorita identificada como Paulina X le dedicó “una sonrisita que no le cayó nada bien” y se negó a respetar su lugar en la fila, a pesar de ser una persona de la tercera edad con más de 65 años cumplidos, y además de que ni a su llegada a la clínica ni durante las tres horas que hizo fila se le informó que le faltaba un documento para poder recibir la consulta. No fue el único que pasó por una mala experiencia El derechohabiente continúa su relato afirmando que buscó hacer una queja presencial con el director o el subdirector de la Clínica 83 del IMSS, pero ambos se encontraban atendiendo una reunión y un trabajador que se identificó con el puesto de “mensajero” se ofreció a atenderlo. No obstante, el hombre mayor rechazó esta oferta. En este punto, reconoció que hubo una trabajadora de nombre Karina X que lo trató de forma cálida y trató de apoyaron en su proceso. Pero no fue el único paciente que pasó un mal rato ese día, agregó, porque al regresar al área de atención había un desorden que estaba a punto de llegar a ataques físicos entre los derechohabientes. Había un caos en la consulta para internista. Estaba un desorden y un maremágnum de gente que estaba punto de agarrarse a golpes, que decían que se habían metido en la fila, otros decían que nada más iban a preguntar, que sacaron a alguien de la fila, que no se habían formado. Era una cosa que ya se agarraban a golpes. Esta fila de 85 personas ya estaba en el punto del caos”. Finalizó señalando que el día 6 de febrero de 2019 no fue atendido y fue citado dos días después, tras lo cual se le programó una realización de estudios para el próximo 20 de marzo. Es decir, cuando llegue esa fecha se habrán cumplido tres meses desde que fue referido a la Clínica 83. El derechohabiente considera posible que sólo cuenten con uno o dos médicos internistas para la atención de cientos de pacientes. Y además lamentó que muchas personas han adquirido una actitud sumisa ante los fallos en los servicios del IMSS, o que cuando se atreven a quejarse sólo se manifiestan en la zona de servicios, pero posteriormente no hacen una queja formal. La gente que llega a poner una queja en la Dirección, llegan agachados y con la voz bajita. Otro detalle es que cuando llevé mi queja y me la firmaron de recibido, una trabajadora me dijo que de todas las personas que estuvieron vociferando por el problema que se dio en medicina interna, yo fui la única persona que lo hace ‘como Dios manda’: con horarios, con nombres de personas y con su identificación, porque todos mientan madres pero nadie llega con una queja en forma”.