Héctor Jiménez/La Voz de Michoacán Morelia. Este 11 de febrero se cumplen tres meses en los que las autoridades municipales no han procedido a las acciones de derribo de los árboles ubicados en el Bosque Cuauhtémoc presumiblemente afectados por la plaga del gusano barrenador. Si bien dicha situación se dio a conocer en noviembre del año pasado, no se conoce la cifra de ejemplares afectados, pues aún no se dan conocer los resultados del estudio correspondiente. Fue a inicios de noviembre de 2018 cuando un árbol de unos 15 metros de altura se desplomó al interior del Bosque Cuauhtémoc a plena luz del día. Posteriormente, trabajadores de la Secretaría de Servicios Públicos Municipales procedieron a retirar el ejemplar, tras lo cual anunciaron que se llevaría a cabo un censo para conocer la situación completa de los árboles que tuvieran que ser retirados por cuestiones de seguridad. Luego de esta inspección se confirmó que al menos 15 árboles se encontraban afectados por la plaga de la polilla conocida como “gusano barrenador”. “Van a ser entre 15 y 20 árboles de cedro blanco que están plagados del gusano barrenador; éste descorteza totalmente el árbol, lo seca y ya no tenemos la posibilidad de salvarlo, por lo cual tenemos que derribarlos y retirarlos inmediatamente porque rápidamente se pasa a otros árboles”, explicó el director de Imagen Urbana del municipio, Alejandro Carrillo Hernández, en entrevista con La Voz de Michoacán. Si bien se proyectaba que el derribo de los arboles afectados se llevara a cabo a la brevedad, los representantes del municipio señalaron que la Dirección de Medio Ambiente y Sustentabilidad del Ayuntamiento de Morelia debía hacer el estudio correspondiente para que se pudiera garantizar que los arboles representaban un peligro para la ciudadanía y por ello debían ser retirados, además de que a lo anterior se sumaba la intención de informar a las asociaciones protectoras del medioambiente sobre dicha situación, para con ello evitar malentendidos. En un segundo momento, después de que transcurrieran varias semanas sin que se efectuaran las acciones de derribo, se informó que las autoridades municipales no podían tomar por sí mismas la decisión de tomar esta clase de acciones en el Bosque Cuauhtémoc, pues primero debían contar con la autorización de la Comisión Forestal de Michoacán (Cofom), al ser la dependencia con jurisdicción en la mencionada área arbolada de la capital michoacana. “Nosotros como dirección nos detuvimos del derribo de árboles porque el Bosque Cuauhtémoc, en tanto que está considerado dentro del contexto de bosques del estado, es injerencia de la Cofom y ellos inciden en las decisiones que se tomen ahí, en concreto en el Bosque Cuauhtémoc. Entonces hicimos el contacto con ellos para hacer un recorrido para revisar cuestiones técnicas de especies y peligrosidad de los árboles”, explicó Carrillo Hernández. Bajo esta nueva dinámica de colaboración entre la Cofom, la Dirección de Medio Ambiente y Sustentabilidad, y la Dirección de Imagen Urbana, se esperaba que el estudio correspondiente fuera revelado en diciembre de 2018, las acciones consecuentes culminaran antes del cierre de año e incluso se procediera a plantar cerca de 30 nuevos ejemplares para sustituir a las unidades derribadas. Sin embargo, llegaron los primeros días del 2019 sin que se difundieran los resultados del estudio o se notificaran acciones concretas en el Bosque Cuauhtémoc. Al solicitar información sobre los avances de este tema, el Ayuntamiento de Morelia informó que todavía se sigue en el proceso de recabar las firmas necesarias para retirar algunos árboles que se encuentra en mal estado, y dichas acciones se darían a conocer en un anuncio formal cuya información corresponde tanto a la administración municipal, la Cofom y también se había sumado la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). El equipo de La Voz de Michoacán llevó a cabo un recorrido por el Bosque Cuauhtémoc en el que, si bien no se ubicaron árboles que a simple vista representen un riesgo de seguridad para la población, sí se hicieron visibles algunos problemas en cuanto a mantenimiento de las instalaciones y recolección de residuos. En el área de ingreso al Hospital Infantil de Morelia fue derribado uno de los pilotes que impiden el paso de vehículos. En la esquina de Justo Mendoza y Rafael Carrillo se ubicaron pilas de basura abandonadas al pie de bancas de uso de los ciudadanos. Además de que se contaron al menos cinco elementos de cantera o mobiliarios con grafitis o residuos de pintas.