La Reforma en el amplio término del concepto no debe ser de fachada, sino de corazón, en el caso religioso, la Curia cristiana debe dejar de lado los privilegios y el encierro cobarde para buscar ventajas y así salir a vivir con la feligresía de forma solidaria, criticó Alberto Suárez Inda, Cardenal de Morelia. En entrevista, Suárez Inda indicó que lo anterior fue expresado por el Papa Francisco I a todos los obispos al dirigirles “palabras duras” pidiéndoles apegarse a los principios de la fe cristina. “El Papa Francisco I es un reformador y ciertamente encuentra resistencias en algunos ambientes, porque a nadie le gusta que lo toquen en sus hábitos de vida adquiridos, necesitamos estar dispuestos a arriesgar mucho a que nos critiquen y ser autocríticos”, opinó. En ese tenor, el Cardenal de Morelia resaltó que la reforma debe efectuarse poco a poco, para día a día ir revisando las acciones realizadas, “debemos ver que tanto estoy siendo coherente con mi palabra y con mi proyecto de vida, sin duda que Dios nos habla a través del pueblo y el sufrimiento de la gente, no podemos ser insensibles ni encerrarnos en un castillo de autoprotección, ni marginarnos; sino tener el corazón sensible ante los demás y ser hombres nuevos cada día”, conminó. Agregó que la iglesia está constituida por la feligresía por ello, invitó a todos los cristianos a transformarse, ser discípulos y misioneros. Además, Monseñor Suárez Inda reconoció que los sacerdotes se han alejado de los laicos “por comodidad o espíritu burocrático” o porque se sienten de “otra categoría”, “debemos ser como todos, sin dejarnos llevar por un contagio de mediocridad, sino ser ejemplo de los demás de sacrificio y la manera de servir para inspirar vida de los laicos y sus familias”, dijo. Expuso que la iglesia no es una empresa ni un sindicato, sino un pueblo que busca la apertura a raíz del Evangelio y el Espíritu Santo, el cual los empuja para seguir a Jesús hasta la muerte. Asimismo, reseñó que los sacerdotes deben reconocer que son pocos los que viven realmente el Evangelio, de ahí la importancia de reconocer la libertad de culto y no vivir de la tradición religiosa, sino de convicción. Y es que el Cardenal de Morelia indicó que Michoacán está compuesto de un mosaico de paisajes que van desde lugares prósperos, hasta “Pueblos Fantasma” como El Caracol en Hidalgo o como el pueblo de El Granjenal en Puriandiro, los cuales están poco habitados debido a la desigualdad de oportunidades, condición que obliga a los michoacanos para migrar a Estados Unidos. No obstante, el Cardenal indicó que no solo en los pueblos fantasma hay desigualdades, sino en las grandes ciudades también existen cinturones de miseria, “hay constantes invasiones de tierra que no están instalados como seres humanos”, consideró. Insistió en que en Michoacán existe una variedad enorme de crisoles, entre la cual se detecta que el 92 por ciento de los pobladores son considerados cristianos “de palabra”, pero aun faltaría verificar “qué tan comprometidos están”. “Hay muchos católicos de nombre, sin poca formación, pero también hay evangélicos que merecen nuestro respeto y tienen coherencia y autenticidad de fe, algunos otros ya la perdieron y merecen nuestro respeto y pedimos perdón por ser motivos de escándalo y hasta resentidos viven por tener maltrato por responsables de iglesia o por mal ejemplo o descuido de los sacerdotes”, mencionó. Puedes encontrar la entrevista completa en la edición impresa de este 4 de enero del 2016.