Arturo Molina/La Voz de Michoacán Luego de reconocer que las hoyas de agua implican un riesgo civil, daño ambiental y un problema que debe de atenderse, autoridades ambientales federales han reconocido “vacíos legales” y también legislativos en lo que refiere a la regularización y autorización de estas estructuras que pueden llegar a almacenar hasta 20 millones de litros de agua. En la actualidad no existen procedimientos legales para la regularización o instalación de dispositivos. Y es que ni las leyes estatales, así como la Ley General de Aguas Nacionales, no contienen información precisa sobre los procedimientos y requisitos que deben de tener estas construcciones tanto como cuerpos de agua, como construcciones. A decir de Mauro Ramón Ballesteros Figueroa, Delegado de la Secretaría de Medio Ambiente Y recursos Naturales (SEMARNAT), en la actualidad se han presentado complicaciones por las atribuciones de cada una de las dependencias tanto estatales como federales en lo que refiere, a la intervención de estas construcciones. Con base a lo anterior, urgió a que se generen encuentros y mesas de trabajo entre las dependencias estatales y federales, a fin de trazar rutas que permitan delimitar la forma de proceder para quienes desmontan cerros para construir hoyas de agua que después servirán para la agricultura o como abrevaderos para los animales de crianza. Las mismas condiciones de las hoyas, lo barato que representa su construcción, así como la reducción de los costos de electricidad al jalar agua de ríos o cuerpos naturales del vital líquido, han generado que estos cuencos proliferen y sigan creciendo de manera exponencial junto con la deforestación. “La ley es clara, hay un aparente vacío de ley en la constitución de las hoyas de agua, tenemos identificadas, de 18 mil y 20 mil hoyas de agua, es un número importantísimo no tanto por el agua sino por la obra civil que se realiza y porque muchas de esas hoyas no se realizan con planeación de ingeniería y que pueden representar riesgos como ya lo hemos visto en algunas zonas. Entonces esa parte o está regulado ni por las leyes estatales ni la federal de aguas para empezar a trabajar en la regulación”, explicó. En regiones como en Tacámbaro, Zacapu y Madero, cada huerta de aguacate cuenta con su propia hoya de agua y en los casos más graves, con un pozo profundo que abastece a la misma hoya. En lo que respecta al riesgo civil, la autoridad refiere que se tienen que realizar los dictámenes necesarios para proseguir con la construcción de la infraestructura. Para su mismo uso, las hoyas se construyen en zonas elevadas, con el objetivo de que la gravedad les ayude a alimentar los sistemas de irrigación de las huertas. Las ollas de captación son depresiones en el terreno para lograr un espacio de control que el agua proveniente de escurrimientos superficiales no se infiltre y se almacene. Esto se logra generando una barrera impermeable mediante geomembranas. La Comisión Nacional del Agua, distingue estas construcciones con el término de hoya o abrevadero. Con base a lo anterior, Ballesteros Figueroa evidenció que prácticamente en todos lo municipios de Michoacán se tienen ubicadas este tipo de construcciones. “los riesgos que representan es que si no es tan bien construidas en una venida importante se desbordan y causan daños importantísimos. Proceso legal para la construcción de hoyas de agua no tenemos las instituciones, por lo tanto, no tenemos ninguno. Es importante que nos sentemos para regular la construcción. En todos los municipios. El caso de afectación, se menciona el caso de Peribán”, manifestó. Los principales usos que les llegan a dar, ganadería, agricultura, acuacultura, piscicultura, fines lúdicos y de recreativos, lagos artificiales y, sobre todo, como una reserva de agua para los cada vez más largos periodos de sequía. El uso de estas ollas de captación es muy variado como son almacenar y administrar agua de lluvia con fines pecuarios, siendo alternativo para que el ganado obtenga agua durante épocas de sequía, reduciendo los problemas ligados a la indisponibilidad del agua. Para el proceso de construcción se utiliza maquinaria pesada para realizar los movimientos de tierra necesarios para limpiar el terreno. A decir de especialistas, las pruebas de topografía son muy necesarias para dar el trazo y alineamiento del terreno. Cabe destacar, que el uso de las hoyas de agua, está completamente ligado a la presencia de monocultivos y los efectos que trae consigo. Uno de los argumentos legales que se han usado para clausurarlos, ha sido el de cambio ilegal de uso de suelo, fenómeno que, a decir de la SEMARNAT, sigue siendo el principal problema de la entidad. “El reto más grande de Michoacán en materia ambiental es el cambio de uso de suelo que ya está afectando a las mismas actividades productivas, y tenemos daños que verdaderamente no solo es el cambio de uso de suelo y transgrede los riesgos a áreas urbanas como ya lo hemos visto. Es económicamente rentable, pero nos está generando impacto ambiental”, explicó.