VIDEO | Dan último adiós a Miguel y Ginebra, quienes fallecieron ahogados en el lago de Pátzcuaro

Los cuerpos de Miguel y Ginebra fueron localizados el domingo, 8 días después de que desaparecieron cuando paseaban en una moto acuática.

Redacción / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Entre lágrimas y dolor, dieron el último adiós a Miguel y Ginebra, padre e hija, quienes fallecieron ahogados en el Lago de Pátzcuaro.

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A las 9 de la mañana, en el Santuario de Guadalupe de Pátzcuaro, familiares, amigos y conocidos se reunieron para celebrar la misa.


Los cuerpos de Miguel y Ginebra fueron localizados por pescadores, quienes por la mañana del domingo encontraron el cuerpo de Miguel flotando en la zona de Puácuaro y por la tarde fue localizado el de la pequeña de tan sólo 7 años.

El pasado 14 de febrero, Miguel de 25 años de edad y su hija de tan sólo 7 años, paseaban en el Lago de Pátzcuaro en una moto acuática, cuando ambos desaparecieron.

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Foto: La Voz de Michoacán.



Al no saber nada de ellos, familiares, amigos y habitantes pidieron ayudar para localizarlos y fue así que a través de un operativo por aire, con drones, pescadores y decenas de voluntarios se unieron a la búsqueda durante 8 días, hasta que ayer por la mañana fue localizado el padre de familia.

Con ayuda de un helicóptero fue peinado cada uno de los rincones del lago, mientras que los buzos los buscaban al interior del lago.

Incluso a la búsqueda se sumaron “Balam” un perro de la raza Border Collie y su equipo de rescate, quien subió a la lancha y en la punta asomaba e inclinaba su cabeza olfateando hacia el lago, acompañado de sus entrenadores y también rescatistas.

“Balam” está entrenado para la recuperación de cuerpos humanos en cuerpos de agua y tierra, ya que en su historial de rescates participó en el rescate del sismo del 2017 en la Ciudad de México, así como en el rescate de cuerpos después de haber hecho erupción el volcán de fuego en Guatemala. Es Balam, quien marcará la zona, para que los buzos puedan emerger y buscar a Ginebra y Miguel.

RECUENTO DE LOS HECHOS

Este lunes, después de las exequias en el Templo del Santuario de Guadalupe, ubicado en el centro de Pátzcuaro, se presentó personal de la Fiscalía, para retener los cuerpos, que ya eran llevados al panteón, y trasladarlos al SEMEFO, para practicarles la necropsia de ley.

Al momento del hallazgo de los cadáveres no se les permitió a los fiscales llevárselos, amparados en los usos y costumbres de las comunidades indígenas, así que las autoridades optaron por retirarse del lugar.

Ante esta situación el desconcierto fue general entre la población que los acompañaba, por lo que, anunciaron que de no entregarles los cuerpos empezarían a bloquear el libramiento Ignacio Zaragoza y la carretera Erongarícuaro – Puácuaro, lo que no ocurrió, al ser devueltos a sus deudos poco después de hora y media, tras practicarle la necropsia a cada uno.

Al llevarlos a la funeraria, el séquito empezó a seguir a las dos carrozas fúnebres, primero iba Miguel y atrás Ginebra, en su carroza ataron unos globos blancos que se movían con el aire, los cohetes que tronaban en el cielo, anunciaban la partida de papá e hija, cientos de personas los acompañaron, sin tomar en cuenta las medidas sanitarias por el COVID-19, no había sana distancia, ni tampoco el uso del cubrebocas, no importaba tampoco el intenso calor, todos iban atrás de ellos para despedirlos.

Pasaron por la plaza Vasco de Quiroga, subieron por la cuesta de Don Vasco, para continuar por la calle de Serrato y así llegar hasta al panteón del Cristo, en un ambiente de tristeza, que era interrumpido por los sones de la banda de música, el baile de los dos toritos de carnaval que de lejos se les veía mover al aire, como si estuvieran volando, las maringuias también bailaban y de esta manera les rindieron un tributo, principalmente a Miguel, quien cada año participaba en el martes del carnaval bailando el toro.

La muerte de Ginebra y Miguel conmocionó a las poblaciones de la Ribera del Lago de Pátzcuaro y algunas regiones de Michoacán, desde la noticia de su desaparición a través de redes sociales la gente oraba por ellos, les daban ánimos. Durante toda la semana al menos unos 200 pescadores participaron diariamente en la búsqueda, además accedieron a no arrojar las redes de pescar y quitar las que ya tenían.

A Ginebra y Miguel, los acompañaron cientos de personas, desde su misa a las nueve de la mañana y hasta el panteón, le dijeron a dios y por fin, papá e hija están descansando juntos.

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