Un juez de la ciudad estadunidense de Cleveland absolvió este sábado a un policía blanco, que en noviembre de 2012 disparó 49 tiros a una pareja afroamericana desarmada. El juez John O'Donnell, del condado de Cuyahoga, explicó que las acciones del agente Michael Brelo fueron constitucionalmente justificadas. El policía, que persiguió a la pareja, subió al toldo del auto en que iban Timothy Russell, de 43 años, y Malissa Williams, de 30, a quienes mató con sus últimos 15 tiros. Más de 60 autos de la policía participaron en 22 minutos de persecución al auto, que tenía problemas de deflagración en el escape, lo que los uniformados pensaron que eran disparos. Los policías rodearon el auto conducido por Russell y dispararon 137 tiros contra el vehículo, en donde no se recuperó ningún arma de fuego. Pese a que el auto estaba detenido y a que el resto de los policías dejó de disparar, el oficial Brelo, de 31 años, subió al auto, lo que la fiscalía consideró acciones no razonables que fueron más allá de su deber como oficial. “Estamos pidiendo a nuestros oficiales, con base en su entrenamiento, para que no se sientan impelidos a disparar por miedo cuando tienen otras opciones razonables, objetivamente razonables, a su disposición. Y las había. Él (Brelo) quería matar”, dijo el fiscal James Gutierrez. El juez O'Donnell estimó sin embargo que las acciones de Brelo fueron justificadas, porque no era claro que la amenaza percibida por los oficiales desapareciera cuando el auto se detuvo. Según medios de comunicación locales, varias personas de la comunidad afroamericana esperaban el veredicto afuera de la corte, algunas de las cuales lloraron al difundirse la decisión, y al menos un hombre clamó que el veredicto era una farsa. “Lo único que sé es que no confío más en la policía. Ningún policía. No podré recuperarme de esto. Este veredicto no es real, es una farsa”, dijo un hombre no identificado, de acuerdo con la cadena CNN. El incidente sucede luego de tres sucesos de alto perfil en Nueva York, Ferguson y Baltimore, en que policías blancos mataron a afroamericanos desarmados, sin enfrentar cargos en los dos primeros casos. Tales situaciones generaron masivas demostraciones en numerosas ciudades de Estados Unidos, aunque están lejos de ser los únicos abusos de parte de policías blancos contra afroamericanos. La ciudad de Cleveland, de hecho, sigue en espera de las conclusiones de la investigación en torno a la muerte de Tamir Rice, un niño de 12 que jugaba en un parque con una pistola de juguete, a quien policías de una patrulla mataron sin mediar palabra. El propio presidente Barack Obama ha expresado que las protestas masivas por estos casos han sido generadas en buena medida por la “sensación de impotencia e injusticia” entre la comunidad afroamericana de Estados Unidos.